Utahime
El primer trimestre terminó con los exámenes finales y le dimos la bienvenida a las ansiadas vacaciones de verano. Todo suena como la vida estudiantil perfecta ¿cierto? ¡Pues no lo es cuando eres estudiante de tercer año! A raíz que debemos tomar el examen de admisión a la universidad nos adelantan el cronograma de clases, debemos hacer dos trimestres en uno solo y es... desesperante. Se supone que debemos dedicarle el antepenúltimo trimestre a la preparación universitaria, pero a este ritmo... aún no sé a qué profesión quiero dedicarme por el resto de mi vida.
— Vendremos a buscarla después de clase, Utahime-sensei — informó Noritoshi logrando sacarme de mi trance. Hoy era sábado por la mañana y mis alumnos decidieron escoltarme a la escuela; porque sí, damas y caballeros, estaba en la escuela un jodido sábado de "vacaciones".
Le sonreí a mis alumnos en respuesta, ellos se despidieron de mi persona y los vi caminar por las calles hasta que se encontraron con los estudiantes de Gojo; supuse que también lo escoltaron a la escuela el día de hoy. Al verse ambos grupos de preadolescentes iniciaron su típica lluvia de insultos y discusiones, sin embargo ahora se llevaban mejor. Ya no se caían a golpes, fue muy difícil lograr ese avance.
— A tus chicos les gusta mucho meterse con los míos — di un respingo al verlo de pie junto a mi, levanté una ceja ante su comentario. Me había encariñado demasiado con mis alumnos al punto de poner mis manos al fuego por ellos.
— ¿Y los tuyos son unas santas palomas? — ironicé dándole la espalda e ingresando a la escuela — Acéptalo, mis alumnos son mejores que los tuyos — espeté con orgullo. Escuché como bufó y caminamos hasta el patio principal.
Ir a su lado en silencio me recordaba mucho la conversación no intencional que tuve con su madre hace unas semanas. Cuando Gojo se desmayó y tuve que llevarlo a rastras hacia mi habitación, créanme que fue una batalla titánica cargar su enorme y pesado cuerpo por las escaleras, lo más problemático fue cuando su móvil comenzó a vibrar. Casi se me salía el corazón del susto.
«
Tomé el móvil temblorosa y atendí la llamada, no tuve tiempo de articular palabra porque la voz que me recibió al otro lado me bombardeó con interrogantes.— Satoru ¿dónde estás? ¿por qué demoras tanto en ir a la tienda? ¿No te da vergüenza ser casi un adulto y preocupar a tu pobre madre? ¿Te ocurrió algo? ¿Estás en una posición donde no puedes hablar? ¿Quién te está amenazando hijo? ¡Dímelo! — aquella mujer hablaba tan rápido que me preocupaba saber si respiraba al momento de decir tantas cosas a la vez. Me despegué el móvil de la oreja para leer el nombre del contacto y pude divisar «Mamá dramática».
Eso explicaba muchas cosas, exhalé y traté de hablar.
— Buenas noches señora Gojo — saludé con la voz colgando de un hilo — Su hijo está bien, no se preocupe — traté de sonar lo más convincente posible y evitar que mi nerviosismo me delate — Go... Satoru está en el baño en estos momentos y no pudo contestar el celular.
Hubo un pequeño momento de silencio donde lo único que escuché fue un suspiro por parte del otro lado.
— ¿Eres una chica? — musitó la mujer y sentí el rostro arder, ¿Qué pensará su madre de mi? — Espera... ¿Cuál es tu nombre? — su tono de voz era demandante, me sentía tan pequeña y débil solo con escucharla.
— Utahime Iori — contesté en un susurro lastimero, tuve que quitarme la bocina del la oreja porque el grito que que escuché casi me deja sorda.
— Si eres Utahime, no hay problema — su tono de voz pasó de uno preocupado, a uno ¿emocionado? — ¿Mi hijo está en tu casa? ¡Oh cariño, Satoru está en la casa de una chica! ¡Y no de cualquier de chica, en casa de Utahime!
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𝙀𝙣𝙩𝙧𝙚 𝙧𝙤𝙢𝙖𝙣𝙘𝙚𝙨 𝙮 𝙢𝙖𝙡𝙙𝙞𝙘𝙞𝙤𝙣𝙚𝙨 (PAUSADA)
Fanfiction«Dejavú» era una palabra muy corta para describirlos, ellos eran las piezas de un rompecabezas de antaño que encajaban a la perfección. ¿De dónde Satoru Gojo conocía a la enigmática chica pelinegra de ojos color ámbar? ¿Qué tenía ella para poner s...