A Kind Of Magic | Roger Taylor

Nineteen

Los días pasaron, y con ellos los meses. Diciembre había llegado.
Scarlett finalmente había finalizado su carrera de diseño, en una formal ceremonia de entrega de diplomas a la que obviamente asistieron todos sus amigos incluidos sus padres y su hermana mayor que no veía hace tiempo.
Presentó la colección de diseños hechos por ella misma, aquella por la que había estado trabajando todo éste tiempo con ayuda de el amor de su vida, Roger y Freddie. También para los diseños femeninos y unisex habían ayudado Mary, Chrissie y hasta Verónica. Fue una experiencia muy linda, tardes de trabajo y risas con amigos. Pero lamentablemente los modelos eran alumnos de una escuela de modelaje y sus amigos no pudieron modelar en aquella ocasión. Todo bajo la autenticidad de su nueva marca Scarlata - un nombre que Freddie había adorado desde el momento en que lo oyó -. Su colección contó con un total de 20 distintos atuendos con los diseños más modernos del 1971/72, y era una especie de proyecto final para terminar la carrera.

En la presentación una gran diseñadora llamada Mary Quant había asistido, en parte para evaluar a los alumnos graduados. Y se enamoro por completo del trabajo de Scarlett. Tanto así que le aseguro una colaboración para el verano del 72'.
Eso significaba trabajo seguro, éxito seguro, y probablemente cientos de libras. Mucho dinero.

Por otra parte los chicos ya tenían su destino trazado. Estados Unidos estaba a tan solo un mes. Ninguno tenía certeza de cuánto duraría, pero sabían el total de Shows previstos con los lugares que su representante ya había firmado. Eran 77. Scarlett casi se cae sentada al oír el número. y sabía que era mucho tiempo.

Sin embargo ninguno quería hablar sobre eso, cada vez que el tema de la gira salía solo mencionaban lo felices que estaban uno del otro, pero en el fondo ocultaban un temor. Un temor a la incertidumbre del qué ocurriría después, un temor a perder todo lo que habían construido, un temor a alejarse por mucho tiempo, porque Freddie ya le había avisado a todos que aquella gira no duraría solo uno o dos meses.

Costaba dejar atrás a sus amigos, novias y familia. Pero era algo que ellos habían elegido, y ésto recién comenzaba.

– ¿Vas a llamarme? – preguntó Scarlett apenada. Se encontraban almorzando en su apartamento, mientras Roger jugaba con Silvestre.

– Por supuesto que voy a llamar. – respondió obvio el baterista y volvió a lanzar la rata de juguete de Silvestre. Scarlett comió de su ensalada.

– Te amo, Roger. – soltó apenada. Roger levantó la mirada, éste había terminado de almorzar primero, y Scarlett siempre era la última en terminar.

– Yo también te amo, con locura, Scarlett. – le respondió sonriente. Y se acercó a la jóven para darle repetidos besos en todo su rostro.

– Cariño, estoy comiendo. – respondió entre risas.

– Perdón, es que eres muy bella y no me puedo controlar.– respondió el rubio y se sentó en su silla. Sacó un cigarro de su cajetilla y lo encendió.

– ¿Estás nervioso? – preguntó la castaña curiosa mientras terminaba de comer.

– Muy. Es un mundo nuevo, territorio desconocido... Pero la euforia es más grande.– explicó con una gran sonrisa en el rostro.

– Lo sé. Debe ser emocionante. – sonrió la joven al ver el entusiasmo en el rubio.

– Es como cuando sacaste tu nueva colección... Después de mucho trabajo al fin llega lo que esperabas, la sensación es única.

– Ahora entiendo ... – sonrió de lado. – Sobre eso, tengo una entrevista con la compañía de Mary Quint. ¿Recuerdas su propuesta?

– Por supuesto que la recuerdo bebé, eso es increíble.– se levantó nuevamente a abrazar a su novia y la sentó encima de él, en sus piernas. – felicitaciones.