Thirty one

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La luna de miel era una tradición que no podía faltar en la temporada de festejos para Scarlett y Roger.
Habían escogido París, Francia... Un clásico.

Luego de un vuelo no muy largo, llegaron a la ciudad destino con sus maletas y una felicidad inexplicable. Aquello seguía siendo como un cuento de hadas, y lo mejor eran la relación que tenían. Algo en ellos había cambiado para bien, quizá sería el darse cuenta que ahora eran marido y mujer y que su historia (que recién comenzaba) sería para toda la vida. Un largo camino les esperaba ¿Y lo mejor? Es que estaban juntos por elección.

Un botones los llevó a su habitación, al llegar les mostró dónde estaba todo y el protocolo básico de servicio a la habitación, hora para desalojar por la mañana entre otra información. Luego de agradecerles por todo, el muchacho se retiró de ahí dejando a los recién casados acomodarse en aquella lujosa habitación.

Scarlett dejó su maleta encims de la cama y camino hacia el gran ventanal, la vista era lo que había soñado desde siempre, París en su mayor expresión y la torre Eiffel en el fondo. Hacia un día soleado sin ninguna nube, el cielo estaba más azul que nunca y el verde lucía más verde.

– ¿Te gusta? – preguntó Roger sacándola de sus pensamientos, mientras sacaba algo de ropa para acomodarla en los armarios que habían en la habitación. Scar volteó y suspiró.

– ¿Que si me gusta? Ésto es increíble... Es demasiado. – mordió su labio inferior. – Tu me amas demasiado.

– Lo hago. Nada es suficiente para el amor de mi vida... Además, conozco tus gustos y sabía que esta vista te encantaría.

– ¿Ya la habías visto?

– No, pero con Freddie pedimos una de las habitaciones con mejores vistas hacia la Torre Eiffel. Sería una anécdota que recordaremos por siempre... – se encogió de hombros doblando un sweater. Scarlett camino suavemente hacia el y tomó su rostro entre sus manos, observándolo desde unos centímetros más abajo.

– Adoro que hayas pensado en todo, en cada mínimo detalle. No sé cómo podré compensarlo...

– Lo haces todos los días Scarlett... Deberías disfrutar más y agradecer menos. – soltó una risita y le robó un beso en los labios. – ¿Que te parece si ordenas tu ropa, y vamos a nuestro primer destino? – sugirió amable. Scar sonrió y asintió con su cabeza siguiendo las órdenes del rubio.

Terminaron de ordenar un poco y salieron de su habitación tomados de la mano y hablando de lo emocionados que estaban de estar ahí. Roger le dijo que era sorpresa así que solo tendría que esperar a ver dónde era el destino.

Mientras caminaban por las calles de París, observaron que se trataba de una ciudad con calles muy largas y rectilíneas, cada cuadra tenía una historia con una belleza única, bohemia y artística tan característico de Francia.

Roger tenía bastante ventaja puesto que en las giras que habían hecho él ya había estado en París y lo había conocido muy bien junto a los muchachos.

Llegaron a un gran monumento, que Scarlett no supo bien qué era puesto que era realmente grande. Roger no sabía mucho de francés, lo básico que le enseñó Freddie y llevaba consigo un pequeño libro diccionario y traductor para ayudarse. Scarlett no sabía absolutamente nada en francés, únicamente lo básico como "bonjour" "au revoir" "Je t'aime" o "Je m'apelle  Scarlett".

– Musée du Louvre. – mencionó el rubio orgulloso de su pronunciación en voz alta. Scarlett lo miró sonriente.

– ¿Un museo?

– Exacto, uno de los más famosos de Francia. Con un tour de dos hora y aún así te quedas corto porque tiene una infinidad de obras y esculturas. – explicó emocionado, Scar notó aquel brillo en sus ojos y se acercó a besarlo suavemente.

A Kind Of Magic | Roger TaylorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora