Twenty one

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Roger despertó en la cama de su prometida. Al abrir sus ojos se encontró con los de la castaña, mirándolo fijo con una expresión de tristeza en su rostro.

Anoche había sido su última noche "juntos", enero 15 había llegado y aquella tarde a las 16hs salía su vuelo a Nueva York, la gira ya había llegado.

Habían sido los días más difíciles, para todos. Para los chicos había sido muy estresante, ya que organizar una gira no había sido tarea fácil, requirió meses de preparación y organización. También en parte la tristeza de tener que dejar por fin a sus amigos, familia y novias. Pero en el fondo, la felicidad y emoción no cabía en sus cuerpos, y por primera vez todos sintieron que aquello era lo correcto, y que era lo que estaba destinados a ser.

Scarlett firmó su contrato con Mary Quant para la colección de primavera verano 72'. Grandes cosas venían para ella también. Y al obtener un nuevo trabajo en la industria de la moda, tuvo que despedirse de su querida Boutique Biba, su primer trabajo, y el lugar que fue partícipe de su historia con su amiga, los chicos, su carrera, su prometido... Prácticamente gran parte de la historia de su vida. Fué triste y Roger la apoyó emocionalmente hasta su último día de trabajo, era un chico increíble. Scarlett notó cómo había cambiado ese aspecto en él, volviéndose una persona empática no sólo con ella sino con sus amigos también. Entendía sus sentimientos y se preocupaba siempre por ella, apoyándola y haciéndola sentirse mejor, siempre.

– Buenos días. – el rubio sonrió apenado y subió su mano al rostro de la jóven, secó una lágrima que se había escapado de sus ojos. – No llores... – Murmuró incorporándose un poco.

– Lo siento...  – se disculpó la muchacha y lo abrazó con fuerza. – Buenos días... No puedo creer que el día haya llegado. – Murmuró en sus brazos. Él acarició su desnuda espalda suavemente, recordando cada centímetro de su piel.

– ¿Y qué mejor que estar juntos? No podría haber elegido otro lugar para pasar mi última noche... A tu lado.

Scarlett suspiró y se incorporó un poco. Secó otra lágrima y sonrió.

– ¿Qué quieres desayunar? Déjame prepararte el desayuno. – Sugirió amable. Roger sonrió amplio, y besó su mano específicamente donde estaba el anillo que él le había dado.

– A ti hermosa...

– Tonto. – rió mordiendo su labio inferior. Roger pellizcó con cariño su mejilla.

– Sorpréndeme. – alzó repetidamente sus cejas. Scar asintió con su cabeza y se incorporó poniéndose la camiseta del rubio que estaba en el suelo.

En una media hora volvió con el desayuno a la cama. No era nada especial, sino lo de siempre. Un té para Roger y un café para ella, junto a algo de torta que les había mandado Winifred, la madre del rubio.

Desayunaron sin volver a tocar el tema de la gira. Sino charlando con temas indistintas y de la rutina de Scarlett, como si él no fuera a irse ese mismo día. Ambos se ducharon y se dirigieron a la casa del rubio, sus padres lo habían invitado a almorzar para despedirse de él, y Scarlett también estaba invitada.

– Lo he notado muy triste la última vez que vino a vernos. – le comentó Winifred mientras secaban la loza después de haber almorzado.

–  Si... Es algo duro para todos, pero sé que en el fondo está muy feliz. Es lo que lo hace feliz. – le respondió Scarlett sonriente, y dejó unos platos sobre la mesada.

– Me alegra saber que te ha encontrado a ti Scarlett, sé lo mucho que te quiere... – observó la madre de Taylor sonriente y dejó la toalla para platos a un lado. – Y sé que él ha cambiado mucho desde que están juntos. Haces muy feliz a mi Roger.

A Kind Of Magic | Roger TaylorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora