Thirty

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Luego de salir de la iglesia tomados de la mano y con una expresión de fecilidad incomparable en sus joviales rostros, todos los presentes salieron a tirarles arroz mientras se daban un último beso antes de salir hacia el salon.

Varios paparazzis les habían tomados cientos de fotos una vez que salieron de la iglesia, serían la primera plana de todos los periódicos y programas por los siguientes días, de eso estaban seguros.

Llegaron al salón de eventos mientras charlaban de lo nerviosos y felices que estaban, y todos ya estaban ahí esperándolos. Scarlett pudo notar por fin, lo bello que había quedado el lugar.

Con una decoración en color crema y plata, cortinados color crema, sillas forradas color gris plata, manteles de etiqueta. Todo era como de película, y no podía creer cómo Roger junto a Freddie y Mary se las habían arreglado para organizar todo eso.

Comieron los más ricos platos que habían escogido, y bailaron toda la tarde hasta que se hizo de noche.

La gente no paraba de felicitarlos y darles sus mayores deseos a la jóven pareja recién casada. Scarlett lanzó el ramo y se lo ganó Chrissie.
Cortaron la torta de vainilla y Frambuesas y todos elogiaron lo hermosos que se veían sus yo miniatura, Scarlett con su castaño cabello y Roger con su típico peinado rubio y alocado, efectivamente había sido un motivo de risa para todos los invitados.

Y sin pensarlo, la noche entre familiares, amigos y conocidos se había pasado más rápido de lo que creían. Con discursos de los chicos, chicas y los padres que hicieron reír, llorar y avergonzar a la pareja, pero que jamás se olvidarían.

Comenzaron a despedir a los invitados cuando el reloj marcó las doce y ya todos comenzaban a irse, dejándoles a cada familia un bonito presente de souvenir, eran dos tazas de té de porcelana con un dibujo de dos alianzas, con sus nombres pintados y la fecha de su boda.

Luego de mandar todos sus presentes con un asistente a su residencia, Roger y Scarlett se dirigieron a un hotel de lujo dónde pasarían su noche de bodas.

Llegaron entre risas, cansados y ya algo despeinados a la habitación haciéndose cosquillas juguetonas.

– Señora Taylor, ¿Gusta un poco de champagne? – preguntó Roger fingiendo una voz bastante elegante corriendo al carrito que la recepción les había dejado. Tenía una fuente de chocolate, frutillas, frutas, malvaviscos y más ricuras. Dos copas y un fresco champagne Moët & Chandon de etiqueta blanca .

– Por supuesto Señor Taylor. Eso me encantaría. – llevo una mano a su frente y suspiró como una damisela haciendo reír al rubio. Éste abrió la botella y sirvió en las dos copas el champagne que salía burbujeante.

– Por nosotros. Porque ahora soy tuyo, y tú eres mía. – alzó su copa.

– Somos nuestros, y somos eternos. – murmuró ahora poniéndose más seria chocando ambas copas.

Roger sonrió y bebió de su champagne. Encendieron la fuente y una cascada de chocolate comenzó a caer.

– Te tengo una sorpresa. – Murmuró Scarlett. Roger la miró curioso mientras bañaba una fresa.

– ¿Ah sí? – preguntó mientras comía la fresa. Scarlett rió y asintió con la cabeza.

– No te muevas de aquí. – lo señaló con el dedo índice y desapareció de ahí.

Se dirigió al baño unos minutos, y después salió. Roger se había quitado el saco, quedando en camisa y corbata. Su cabello estaba algo alborotado.

A Kind Of Magic | Roger TaylorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora