Capítulo XXX

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Zu: Es un completo imbécil-llegue a una de las esquinas e intenté prender un cigarrillo pero mi pulso me fallaba, lo tiré al suelo y maldije, habia un hombre de gafas y un poco callado a mi lado, se acomodó sus gafas y me habló.

Se: Si está ahí no va a poder encender el cigarro-la mujer lo volteó a ver confundida.

Zu: Qué?

Se: Por la dirección del viento-hizo señas con las manos tratando de explicar su punto, pero al ver la cara de la mujer decidió olvidarlo.- Olvidalo, cosas mías-unos segundos en silencio y volvió a hablar-Sergio Marquina por cierto-extendió su mano.

Zu: el famoso profesor-tomó la mano del hombre-Andrés cumplió su palabra, te sacó de la cárcel.

Se: si si esos lugares son espantosos.

Zu: Ni me lo digas, los conozco perfectamente, por cierto Zulema Zahir.

Se: He escuchado muchas cosas sobre el escorpión de las cárceles Cruz-ambos rieron-y que haces aquí?

Zu: Bueno se puede decir que vengo a ver al padre de mi hijo casarse... Míralo es el de allá.

Se: Ah Samuel si estuve con el y María hace unos minutos.

Zu: Maria.. María... Se ve feliz, no?

Se: Pues sí-ambos tenían la mirada puesta en la mujer que bailaba con los amigos del novio-pero no es la misma mujer que conocí, tiene algo diferente no lo sé, oscuro y no entiendo porque volvió o cómo, ella desapareció del mapa sabes nunca supimos nada de ella y resultó ser la enfermera que cuidó a Andrés, es raro pero quien entiende el destino cierto.

Zu: No la conocí antes pero también me da mala espina, pero como se lo prometí a Andrés, trataré que pasé más tiempo con Samuel, al fin de cuenta la vera todo el tiempo.

Se: Disculpe la indiscreción pero usted estaba con Andrés antes en su habitación?

Zu: Sí, lo estaba ayudando con su traje.

Se: Ya.. Con su traje bueno... - en ese momento un tipo con acento argentino llegó.

Pa: Vamos a bailar un moco profesor, no sea tan abuelo-tomó al hombre y lo llevó a la pista de baile.

Samuel llegó donde su madre, había jugado demasiado y estaba un poco cansado, estiró sus brazos para que su madre lo abrazara, la mujer lo tomó y no pasaron dos minutos cuando este cayó dormido en su hombro, Andrés llegó y se sentó junto a ellos.

An: Mi campeón, ha gastado todas sus energías, anda dámelo-Zulema le dio al niño y este lo acomodó.

Zu: Bonito discurso, pero parece que te equivocaste de mujer.

An: No lo hice, le hablé a la mujer que quería hablarle, solamente que esta se encontraba al fondo y no frente a mí-acomodó el cabello del niño y beso su cabeza.

Zu: Entonces porque mierda te casaste si como dijiste estas pensando en otra mujer-el hombre sonrió levemente y la miró

An: Porque te propuse irnos juntos, a este punto estariamos rumbo a un pais exótico para continuar con nuestras vidas, pero dijiste que no, así que lo único que puedo hacer es decirte que aún te sigo amando por medio de esas tácticas, al menos de que me lo digas en la cara-se acercó a ella-solo tienes que decirlo, hay un auto esperando afuera-la mujer repitió el acto y se acercó a él.

Zu: eso no va a suceder-se separaron y justo al frente estab María que claramente había observado la pequeña escena, tenía una sonrisa bastante forzada en su rostro, dirigió su mirada a la mora y está le correspondió.

Ma: Será que me puedes prestar a mi marido por favor.

Zu: rió-claro todo tuyo, dame al niño-Andrés le dio al niño, María tomó la mano de hombre y lo llevó a la pequeña pista de baile mientras iban caminando Andrés volteó a ver a Zulema y con su mano formó un teléfono, con su boca gesticulo las palabras llamame, Zulema solamente rio, así pasaron las horas, los monjes se despidieron, los amigos también, Zulema estaba terminando de empacar pues esa misma noche se irían a la cabaña que había propuesto a Andrés, cerró la maleta y Samuel entró corriendo con una caja- que es eso Samu-el niño corrió a le entregó la caja, Zulema la abrió era una cadena de escorpión justo como la que tenía Samuel, solo que esta tenía tres iniciales, Z, S y A-rió y seguidamente entró Andrés a la habitación.

An: Se te va ver perfecta-avanzó hasta ella y tomó la cadena-el auto está afuera, aún estas a tiempo-terminó de colocarla, sus miradas se conectaron-deja tu orgullo a un lado por cinco minutos.

Zu: De verdad que eres un pesado, ve con tu esposa, no creo que esté muy contenta de que estés aquí en su noche de bodas-tomó la maleta e iba a salir pero Andrés se interpuso.

An: Te vas sin despedirte.

Sa: Beso.. Beso-dijo el niño, era una nueva palabra-los mayores rieron, para nuevamente quedar en silencio por unos segundos Andrés sin mucho rodeo colocó sus manos detrás de su espalda y simplemente se inclinó no lo suficientemente para llegar a los labios de la mujer pero sí para que está tuviera que hacer el mínimo movimiento para unir sus labios, el hombre tenía los ojos cerrados, Zulema sabía perfectamente lo que quería hacer y simplemente lo besó, fue un pico rápido y justo después tomó al niño para que se despidiera de su padre.

An: Bueno muchachote, esto no es un adiós ya que nos veremos todos los días, iremos al parque, al bosque, donde tu quieras vale-el niño asintió-venga dame un abrazo-se abrazaron y luego Andrés vio el auto alejarse por la ventana.

Las semanas pasaron y como lo prometió Andrés, todos los días iba a visitar a Samuel, iban a caminar por el bosque, ao parque o simplemente se quedaban en la cabaña pasando el rato, Zulema no era mucho de ir a parques o lugares donde tuviera que convivir con mucha gente, pero la mayoría de veces los acompaña, por otra parte María estaba formando una bonita relación con el niño, Zulema no se oponía ya que cierta manera debía aceptar que Samuel pasara tiempo con ella. Una tarde Andrés llegó a la cabaña tocó el timbre, María lo esperaba en el auto, pues esa tarde irianal parque, Zulema abrió la puerta, estaba pálida y con unas ojeras notables.

Sa: Papá-el niño corrió a los brazos de su padre.

An: Hola Samu-lo alzó y después vio a Zulema que hacía masajes en su cien.- Y a ti que te pasa?

Zu: anoche comí de la lasaña que hizo María y me sentó fatal no pude dormir, pasé la noche vomitando, creo que no los voy a acompañar al parque.

An: Vale si, necesitas descansar, me lo llevaré unas horas para que puedas dormir, voy a traerte unas pastillas.

Zu: Vale, portate bien Samu-beso su mejilla-Andrés llegó al auto con el niño.

Ma: Y Zulema?

An: No se siente bien, no nos acompañará.

Ma: Aw que lastima, pero pasaremos tiempo con este angelito, a que si Samu-beso su frente-Dios que guapo estas.

Pasaron un rato en el parque, Andrés fue a comprar unos helados mientras María jugaba en la arena con Samuel, la mujer vio llegar a la persona que estaba esperando, dejó al niño jugando y fue a sentarse en la banca.

Ma: es aquel de allá-señaló al niño-es perfecto cierto-la persona asintió.-Falta poco.-Hablaron un poco más, se despidieron y Andrés llegó con los helados

 Amor Egocéntrico Donde viven las historias. Descúbrelo ahora