Capítulo XXXIV

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En el camino ninguno de los dos habló, mientras Andrés conducía Zulema miraba por la ventana, fue un viaje relativamente largo, dos horas en las que ninguno de los dos intentó hablar, iban por una carretera bastante linda, habían vacas y árboles a ambos lados, el GPS hizo que tomaran una desviación, unos metros más adelante el auto lentamente fue parando.

An: Joder lo que faltaba nos quedamos sin gasolina y aún faltan 10 minutos-sobó su frente-Joder...... - se veía frustrado, abrió la puerta del auto, Zulema lo siguió con la mirada hasta que esté se detuvo y se sentó a la orilla de la carretera, se estaba poniendo el sol así que la luz estaba comenzando a disminuir. Zulema se bajó del auto y metió las manos en los bolsillos de su chaqueta y caminó hacía el hombre el cual estaba tirando piedras hacia el bosque.

Zu: Son 25 caminando si empezamos ya podemos llegar antes que se oculte el sol completamente-dijo parada a su lado

An: Y 45 discutiendo contigo, no gracias-seguía tirando piedras, la mujer se sentó a su lado.

Zu: Bienvenido, ya eres parte de la vida de Zulema Zahir—el hombre tiró la última piedra y la miró confundido- Si tío todos los que entran a mi vida o mueren o se les arruina la vida, es mi maldición.

An: Bueno, bienvenida al otro lado, aquí todo es oscuro, también alejo a los míos, construyo una pared que me aisle-Zulema se paro, limpió sus pantalones, le extendió la mano a Andrés este la tomó y aún sin soltarla empezaron a caminar, pocas palabras por parte de ambos pero no hicieron falta pues de cierta manera sus miradas lo decían todo, llegaron a una casa, muy bonita al principio pensaron que se habían equivocado de dirección pero Martina salió a recibirlos.

Ma: Los encontramos tratando de cruzar la frontera con nombres falsos.

Zu: Y los tienes aquí tomando el té? Que es esta casa?

Ma: Mi casa y no te confíes es más grande de lo que parece, están como me lo ordenaste Andrés atados, amordazados y con una banda en los ojos, usamos menos tela en la del hombre jajaja entienden porque solo tiene un ojo-la muchacha rió, los mayores estaban serios, Martina tosio y volvió a su postura- Vamos-entraron a la casa y bajaron al garaje.

Zu: Aquí no hay nadie-dijo Zulema al ver aquella habitación vacía.

Ma: No me mal interpretes pero imagino lo que harán con esos dos y aquí duerme mi bebé y la sangre es muy difícil de sacar, asi qué-Camino un poco y abrió una puerta que estaba en el suelo-después de ustedes.

Zu: Tienes un perro o algo?

Ma: No mi tesla, andando-entraron y cruzaron un pequeño pasillo, llegaron a la puerta-Está todo lo que me pidieron, nos vemos en un rato, arriba estoy preparando un strudel de manzana y no quiero que me quede muy amargo, si necesitan algo llámenme- sonrió y salió.

Zu: Está loca.

An: No te lo voy a discutir pareciera como si no supiera que vamos a matar a dis personas bajo su cocina,estas lista.

Zu: Sí-sonó su cuello- Andando.-entraron a la habitación María lloraba mientras Gandia estaba inmóvil ambos estaban atados a una cuerda, María al escuchar que alguien había entrado comenzó a alterarse, ambos caminaron hasta estar frente a ellos-Que lindo volver a vernos-dijo Zulema, María comenzó a llorar, mientras Gandia aún estaba inmóvil, Zulema avanzó y le quitó la venda de los ojos a la mujer, está abrió los ojos cuando miró la cara de Zulema, no tenía ningún tipo de expresión y eso le asustaba-Como estas María? - acarició su rostro-Lista para morir hoy?—la mujer se alteró y miró a Andrés, después Zulema avanzó hasta Gandia e hizo lo mismo-Cabron, te querías ir no? Sin despedirte?-sonrió, también le quitó la mordaza para que pudieran hablar.

 Amor Egocéntrico Donde viven las historias. Descúbrelo ahora