James se había encaminado en un apaciguado paseo por los jardines de aquel cuartel, contemplando tranquilamente la naturaleza tan bella que rodeaba el edificio que significaba tanto para él.
Después de su vuelta de Wakanda, tras haber sido capaz de soportar aquellas palabras que formaban el código que podrían llevarlo a la locura una vez más, Steve lo aceptó con los brazos abiertos en su hogar.
Él no sabía que aquel hogar se trataba del mismo cuartel donde el rubio trabajaba y entrenaba diariamente. Algo en su interior le gritaba que no aceptase la oferta que su mejor amigo tan amablemente le ofrecía, pues él mismo había hecho cosas horribles a un par de personas que también veían el lugar como su morada.
Sería egoísta de él aceptar, pero al abrir la boca para declinar la oferta, un jovial Sam llegó a la sala saludándolo con una sonrisa y dándole la bienvenida al cuartel como nuevo miembro. Lo siguiente que supo es que estaba colocando el contenido de su maleta en el armario de la habitación que Steve preparó para él.
Desde ese momento, aquel edificio que se cubría de tecnología en su totalidad se convirtió realmente en un hogar a sus ojos. Steve volvió a ser el mejor amigo que tenía en los años cuarenta, Stark y él habían hecho algo parecido a una tregua por el bien del rubio y ahora se llevaban decentemente, había entablado algo parecido a una amistad con los demás miembros de los vengadores.
Y de lo que más orgulloso se sentía, Sam lo aceptó como pareja.
Pero a pesar de que aquella edificación era su hogar, las enormes paredes y la cantidad de tecnología que las cubrían lo mareaban y a veces de causaban pesadillas sobre las maquinas a su alrededor en el momento que Hydra lo reseteaba una vez más. En esos momentos los tabiques de su morada se convertían en una gran celda blanca de la que no podía escapar y aquel pensamiento le provocó bastantes ataques de pánico.
Ataques que usualmente disipaban gracias al ángel de Sam.
En aquellas veces, se había acostumbrado a pasear por los vastos y coloridos prados que rodeaban el cuartel, frecuentemente cogido del brazo de su pareja, pero Sam aquella mañana estaba ocupado así que hizo aquella rutina por sí mismo.
Hubiese sido capaz de llegar a aquel rio que se encontraba al final del prado, pero un repentino antojo a crepes con chocolate le golpeó y recordó que no había comido nada desde aquella mañana temprano, así que suspirando cambió su rumbo fuera del bosque y hacía la cocina, esa que tenía tantas maquinas que lo mareaban.
Suspiró, una sensación de paz lo cubría entero y lo hacía sonreír. Aquella tensión subliminal que todos los vengadores originales llevaban encima se había disipado con la repentina llegada de aquella joven bruja de rulos castaños a la que solo había podido ver dos veces.
No había hablado con ella personalmente, pero Steve se había recargado en su hombro en los días que parecían no haber ninguna pista de su paradero, le había explicado todas las interacciones que habían tenido y James no pudo evitar sentir un profundo agradecimiento hacía la castaña a pesar de que no habían intercambiado palabras jamás.
Le alegraba saber que Steve hubiese podido tener el apoyo de una amiga en los momentos en los que se encontraba solo.
Ahora todos eran capaces de respirar con calma, pues el ambiente se mantenía alegre, a pesar de que el dios del trueno y el filántropo del equipo se mantenían extrañamente tensos en todo momento por alguna razón desconocida.
James juraría que esa tensión se trataba de la escena de la enfermería un par de días atrás.
Aparte de eso, todo estaba en perfecta harmonía.
ESTÁS LEYENDO
La Última Vengadora - Hermione/Loki
FanficHermione Granger, después de un corazón roto en el mundo mágico, se encuentra con un hombre que dice necesitar de su ayuda para salvar al mundo. ¿Decidirá ayudarle?