34.- Explosiones

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-Cuando encendamos la máquina, vosotros lanzad hechizos. No importa de qué tipo, la maquina solo se queda con la magia esencial.

Peter sonrió tiernamente al ver la mano de uno de los magos bajar lentamente con la cara sonrojada.

Una bruja pelirroja en la primera fila fue la primera en sacar la varita y, al ver aquello, todos los demás le siguieron, haciendo exactamente lo mismo. Tony asintió antes de dirigirse hacia su nuevo invento, estando a segundos de presionarlo.

Antes de que pudiese ser capaz de encenderla, una fuerte y sonora explosión resonó desde el otro lado del cuartel, causando que el capitán se lanzase hacía el sonido.

-Esto puede esperar, quédense aquí –Soltó Tony, trayendo su traje, viendo como el pequeño Peter se lanzaba detrás su novio hacia el peligro.

-Por supuesto que no –habló Harry, siguiendo los pasos del capitán y Spiderman.

Ironman vio con sorpresa como todo el clan mágico se precipitaba detrás de su líder, pero las alertas de su cabeza resonaron con fuerza cuando vio a aquella chica pelirroja, que debía ser la novia del chico Potter seguir sus pasos.

Así que, aunque no la conocía de nada, fue hacía ella y, agarrándola del brazo, la apartó de aquel camino.

- ¿Señor Stark? ¿Qué demonios?

-Tú no vas a pelear –habló con voz firme, aunque sus fuerzas temblaban ante la mirada iracunda de aquella mujer.

- ¿Perdone? ¿Quién es usted para decidir eso?

-El dueño de esta finca, y decido que no vas a pelear. Podría salir herida

-No se meta en asuntos que no le corresponden

-No te conozco, pero no puedo permitir que una mujer embarazada se lance a la batalla.

-Usted no entiende...-la potente voz del genio interrumpió su explicación.

-Entiendo que ambos podríais salir heridos –bajó la mirada a su vientre.

A pesar de la expresión de enfado que demostraba, la forma en la que giró la cara hacía un lado le dio a entender que se sentía culpable.

-No quiero que nadie salga herido, así que quédese aquí. Los demás nos podemos encargar

Ginny suspiró profundamente antes de cerrar los ojos y asentir de forma brusca. Tony solo volteó para lanzarse a la batalla, pro se vio obligado a detener sus pasos súbitamente.

-Por favor –Pudo escuchar aquella leve voz y volteó, viendo como la muchacha seguía con los ojos cerrados y los puños apretados- Proteja a mi familia

Tony asintió antes de desaparecer definitivamente por el pasadizo, dejando atrás una bruja pelirroja apretando los puños y respirando profundamente.

No tardó demasiado en llegar hasta el lugar del incidente, pues este estaba rodeado de un humo tan denso que no te dejaba ver qué era lo que había causado la explosión. Había un círculo de personas armadas en el lugar exacto, formadas de magos y superhéroes, ambos unidos en aquella formación tan perfecta.

Voló hasta Steve, que estaba entre un muchacho rubio y un chico pelirrojo que, a pesar de todo, mantenía una sonrisa en la cara.

- ¿Qué novedades hay?

-Solo la explosión, de momento nada nos ha atacado –Habló este, manteniendo la posición de ataque- De todas formas, hemos cubierto todos los ángulos posibles de ataque.

Steve no perdió de vista el centro humeante del cuartel y Tony tuvo que regañarse mentalmente por haber estado pensando en lo pecaminoso y lascivo que se veía su novio cuando mantenía esa expresión de determinación.

Por no perder la concentración, Tony barrió el lugar con la mirada para comprobar que tipo de defensa había preparado el capitán (Aunque ya sabía que sería una defensa impecable) y cuál era su aparente lugar en aquella defensa. No pudo evitar sonreír levemente al notar que su posición en aquel tipo de defensa era exactamente el lugar en el que estaba, al lado del capitán.

A pesar de mantener su defensa preparada para atacar en cualquier momento, él siguió mirando la formación, controlando que nadie llegaría a salir herido en caso de ataque. Rió internamente al ver a Bucky plantarse al lado de Sam, a pesar de que su lugar en la formación no era aquel.

-Chicos, preparaos –Habló Potter

Todos y cada uno de los magos mantuvieron la formación inicial, pero vieron como la mirada de todos ellos cambiaba de cierta forma que podía llegar a resultar espeluznante.

Los segundos pasaban y nada llegaba a atacar, hasta el momento que todos se sintieron ansiosos.

-Friday, escanea la actividad de la sala. Enfócate en el humo

-Por supuesto, señor Stark

Unos segundos después de dar la orden, Friday habló bajo su casco.

- ¿Qué dice?

-Detecta unos rastros de magia, casi imperceptibles

- ¿Magia?

Steve frunció el ceño y dirigió su mirada a su pareja, que parecía haber perdido el color de la cara, con la vista clavada en el humo.

Al volver su mirada hasta el centro, él perdió el aliento. El viento que entraba por al gran agujero que había creado la explosión había causado que el humo se dispersase solo lo suficiente para poder vislumbrar que lo había causado, y era algo que no esperaba nadie.

Un círculo verde de luz titilante al borde de apagarse se podía llegar a ver entre los escombros, rodeando a un dios del engaño malherido y aparentemente inconsciente, descansando en el regazo de una castaña con lágrimas en los ojos que, con las manos temblorosas, intentaba mantenerlo con vida a toda costa.

La Última Vengadora - Hermione/LokiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora