La Última Vengadora - Hermione/Loki

23.- Culpabilidad

La luz que entraba por la ventana le golpeaba los ojos y evitaba que pudiese descansar en paz, unos pasos resonaron a su lado y, por un segundo, pensó que estaba soñando y que se encontraba en su cómoda habitación de la torre Stark.

Pero rápidamente recordó que se encontraba en la sala de estar y la imagen de la cara de Loki antes de desfallecer fue lo último que vio. Aquél pensamiento la obligó a abrir los ojos y sentarse en la cama de golpe, pronto se arrepintió de ello al notar un mareo que sacudió todo el mundo tras sus parpados, se vio obligada a cerrar los ojos otra vez.

-Cada día eres más estúpida -escuchó la burlona voz de Loki a su izquierda y tuvo ganas de contestar con un comentario mordaz, pero no lo hizo.

Estaba demasiado mareada para pensar en algo ofensivo sobre el dios en ese momento.

- ¿Qué tú haces aquí?

- ¿Por qué estoy en mi mansión? Buena pregunta -el tono de voz sarcástico que utilizaba él era el más irritante que pudo escuchar en ese momento.

- ¿Por qué estás respirando mí mismo aire, serpiente asquerosa? Esa era mi gran pregunta

Si a Loki le molestó aquella respuesta, Hermione no pudo saberlo ni tampoco le importó demasiado, simplemente se dejó caer otra vez sobre lo que era detectaba era el sofá.

- ¿Qué te ha pasado? -la voz de Loki había perdido la burla que utilizaba en todo momento, ahora era tan solo seria, aquello la hizo fruncir el ceño.

- ¿Te importa, acaso?

-Te he sanado, estúpida -Hermione nunca había escuchado su voz sonar tan molesta- ¿No crees que merezco una explicación? ¿O planeas ser una niñata para siempre?

Hermione se vio dividida entre dos sentimientos en ese momento, por una mano sentía la furia más básica por la actitud estúpida e innecesaria del dios contra ella. No es como si ella quisiese haberse quedado inconsciente.

Y otra parte de ella se sentía estúpida, no entendía por qué exactamente, pero cuando escuchó al dios hablar sobre ella como una verdadera molestia, una parte de su pecho se estrujó.

Y ahora estaba molesta.

- ¿Ahora te preocupas por mí?

- ¿Me has escuchado preguntar eso?

-Por supuesto que no te preocupas por mí –sonrió sardónicamente- Por eso me estás curando ¿Verdad?

Ella ya había supuesto la respuesta ofensiva que Loki le iba a dar y había pensado también en una respuesta, pero todas aquellas palabras tuvo que tragárselas porque el dios no dio ninguna señal de devolver el comentario.

La castaña sintió su estómago opresarse y aquella vez no tenía nada que ver con sus dolores. La sola situación en la que se encontraba, con Loki realmente enfadado prácticamente ignorándola la tenían, por alguna razón, molesta.

- ¿Sientes la necesidad de cuidarme? Créeme, por tu situación lo entiendo.

Intentó mostrarse ofensiva hablando de la situación familiar del pelinegro, pero no se sentía bien soltar aquellos comentarios maliciosos si no había respuesta ninguna

Ese era el momento en el que él debería mirarla con esa sonrisa de lado tan cínica y soltar algo aún más doloroso sobre su vida, pero allí estaba el dios, sin ni siquiera mirarla a la cara. Se sentía como una niña patosa y torpe que necesita vigilancia.

-No me importan tus niñerías ahora, Granger -sus ojos aseguraron sus palabras, pues eran los más fríos que había visto jamás- ¿A qué ha venido quedarte inconsciente en el salón? ¿Te sientes mal?

-Me encuentro en perfecto estado

La mano de Loki se posó en su barbilla y la hizo mirarlo a los ojos, sin hacerle daño ninguno, como ella esperaba que hiciese.

-No te atrevas a mentirme, Granger

Le molestaba más que la llamase por su apellido a que la insultase abiertamente y no conseguía entenderlo, pero quería llorar.

-Llevo dos semanas con dolores en el pecho

- ¿Dos semanas? -la voz del dios era incrédula, podría esperar cualquier respuesta, pero aquella le tomó por sorpresa,

"¿Por qué no me dijo nada?" aunque sabía que aquello no era lo apropiado preguntarse "¿Cómo pude no darme cuenta?"