La Última Vengadora - Hermione/Loki

21.- Madrugada

 "Tic Tac"

"Tic Tac"

00:58

Hermione seguía sin poder dormir, daba vueltas en la cama. Sentía las sabanas, antes frías, ahora recalentadas bajo su piel y, aunque cerrase los ojos, no había forma de dormir. Suponía que la magia que Loki había aplicado a su pie se había acabado ya, porque ahora este dolía, no tanto como antes, pero lo suficiente para impedirle el sueño.

Todo aquello sumado a la, ahora pequeña, presión en el centro de su pecho.

En su cabeza había demasiadas cosas que tampoco la dejaban ir al mundo de Morfeo, tales como sus compañeros, amigos e incluso Ron pasaba por sus pensamientos. Se preguntaba en qué harían todos, como estaría Harry y cómo estarían las parejas secretas entre los vengadores.

¿Cómo estará el pequeño Teddy?

¿Phil consiguió salir con la violonchelista?

¿Habrá habido alguna batalla?

"Tic Tac"

"Tic Tac"

00:59

¿Los chicos siguen buscándome?

¿Se han dado por vencidos en encontrarme?

No aguantaría un minuto más en la cama, se moriría del aburrimiento o de preocupación si aquello pasaba. Su mente no se detenía y empezaban a dolerle las sienes.

Se levantó de la cama con suspiro, por mucho que no le gustase divagar por la mansión, mucho menos a aquellas horas de la noche, pero necesitaba un poco de agua fría. Tal vez comer algo y aclararse la mente.

Loki había llegado temprano por la tarde y ella no había querido verle la cara, así que cuando este dio una señal de estar allí, ella se encerró en su habitación. Había estado allí desde entonces y empezaba a dolerle el estómago.

Los pasillos oscuros de la mansión casi no le permitían ver nada de no ser por las pequeñas velas que flotaban a los laterales. Su mente instantáneamente se fue a Hogwarts y sus magníficas lámparas. Cada habitación de la casa estaba vacía, Loki probablemente estaba llevando a cabo sus planes para apoderarse del mundo.

O conseguir un trono

O gastar la mayor broma del universo

Ella ya no estaba segura de nada de lo que el dios hacía.

Bebió agua con un poco de hielo del congelador y suspiró con alivio cuando notó el líquido bajar por su garganta.

Una de las grandes preguntas que le pasaban por la cabeza en ese momento era la que llevaba meses haciéndose "¿Por qué no me ha hecho daño todavía?" Era cierto que estaba herida, pero aquello era culpa suya, Loki en ningún momento le había levantado la mano.

Ni siquiera le había levantado la voz.

La humillaba con sus ingeniosos y mordaces insultos que hacían que quisiese matarlo, pero jamás la había herido de forma física. En el pasado, cuando había estado secuestrada había significado tortura constante y traumática que no podrías olvidar jamás. Ahora estar secuestrada significaba pasar el rato con alguien desagradable.

Sus divagaciones se vieron interrumpidas al escuchar la puerta de la cocina abrirse y la figura de Loki entrar, con la apariencia imponente.

- ¿Qué haces aquí tan tarde? -la voz de Loki parecía sorprendida.

-Te podría preguntar lo mismo

-Podrías, pero estamos en mi casa

Hermione frunció el ceño, le desagradaba las contestaciones del dios, pero era demasiado tarde y no se encontraba de humor para discutir con nadie. Ya se encargaría de pelear con él por la mañana.

-Tengo insomnio, he venido a beber agua -suspiró, con el vaso aún en las manos.

Loki se preparó para contestarle, pero cerró la boca al verla por completo. Hermione estaba de pie, con el camisón que él mismo preparó para ella, sus brillantes rizos revueltos sueltos, su pálida piel contrastando con el azul oscuro del camisón y los dorados ojos brillando levemente gracias a la luz de la luna que entraba por la ventana de la cocina. Todo aquello sumado a los labios de la bruja, aún húmedos por el agua con hielo.

No hizo falta que nadie se lo dijese para darse cuenta de que estaba delante de la criatura más hermosa de los nueve mundos.

La castaña se sorprendió por el silencio que él proporcionó, era la primera vez que él estaba tan callado con ella delante, ya debería estar insultándola por ahora.

- ¿Pasa algo?

Casi llegó a retroceder al ver a Loki disminuir el espacio entre ellos dando un par de pasos en su dirección, pero se negó a mostrarse débil ante él y se quedó en su lugar.

-No deseo pelear a esta hora, Loki

El dios la ignoró y se acercó aún más, hasta que sus cuerpos casi se rozaban. La miró directamente a los ojos, Hermione no supo descifrar su mirada, pero la mantuvo, negándose a apartar la mirada primero.

-Ahora lo entiendo -la voz de Loki fue un susurro y, si no hubiesen estado tan cerca y en aquel silencio, no hubiese llegado a escuchar nada.

- ¿Entender el qué?

Y era cierto, ahora lo entendía todo. Entendía por qué todos parecían asombrados por cualquier cosa que ella dijese, entendía la fascinación que Hermione le traía a cada persona a la que conocía.

Ella era un ser excepcional, era valiente, pero sabía, fuerte pero voluble, era estricta, pero cedía a sus amigos, era confiable y moriría por cualquiera sin que nadie se lo pidiese.

La castaña estaba tan decidida a no apartar la mirada que no vio las manos del dios levantarse levemente, dudando en cogerle las manos de la forma en la que deseaba hacerlo. Su interior rogaba por hacerlo, pero sabía la forma en la que ella reaccionaria y no era buena.

Sintió las manos temblar y se enfadó con sí mismo, por no poder controlar aquello de la forma en la que controlaba cualquier otra cosa. Los ojos de Hermione ya no parecían tan disgustados y su pose ya no estaba tan defensiva.

- ¿Loki?

La suave voz de Hermione se escuchó y supo que ella ya no estaba tan agresiva, simplemente con la guardia alta, pero aquello solo hizo que él se enfadase más consigo mismo.

-Apártate de mi camino, bruja

Pasó de largo y la empujó en el camino, caminó decidido hasta su habitación, dejando a una Hermione colérica en la cocina que deseaba seguirle para golpearlo con fuerza. No debería haberse acercado tanto a la castaña, no creía que su mente soportase otra escena como aquella.

Ahora entendía la razón por la que Thor se había enamorado de ella, porque él estaba empezando a sentir lo mismo.