La Última Vengadora - Hermione/Loki

4.- Presentaciones

- ¿Qué tengo que hacer ahora?

-Se le otorgará una habitación propia, es libre de decorarla a su gusto –fue explicando mientras tecleaba cosas en la pantalla frente a él, Hermione se preguntaba qué era lo que hacía exactamente- ¿Cuándo le vendría bien mudarse?

-Ahora mismo me vale

- ¿Disculpe? –preguntó confuso, no se esperaba tantas ganas.

La bruja no contestó, simplemente hundió los hombros y bajó la mirada. Todos los miembros de los vengadores y Nick observaron la incomodidad de la muchacha con ciertos niveles de lastima. No sabían absolutamente nada de ella pero, por alguna razón, ella no tenía un piso donde vivir en ese momento. Bajar la mirada a los pies de la castaña fue suficiente para unir un par de puntos en sus mentes.

La caja que antes traía uno de los fortachones en traje, ahora reposaba delante de sus pies, cerrada de forma desordenada y las manos de la bruja estaban unidas, jugueteando nerviosamente entre ellas.

-Se le entregará una habitación –esperó a que ella alzase la mirada y asintiese para seguir hablando- ¿Sabe pelear?

-Sé tener duelos mágicos, soy bastante buena con la varita

-Me refería a combate cuerpo a cuerpo, sin varita

-Entonces no –negó con la cabeza, intentando que la incomodidad que se había instalado en el pecho disminuyese- No sé pelear

-De acuerdo, será entrenada

-Yo puedo entrenarla

-De acuerdo, Natasha te entrenará

La mujer pelirroja que estaba sentada en la mesa circular levantó la mano y la miró con una sonrisa, a pesar de estar sonriéndole, de cierta forma Hermione se sintió intimidada. No estaba acostumbrada a ese tipo de pelirrojas.

"Aunque Ginny es bastante salvaje cuando se enfada" pensó, pero aun así Ginny no le asustaba tanto.

Sacándola de sus propios pensamientos, aquella mujer se puso de pie e hizo su camino hacia ella, tendiéndole la mano.

-Natasha Romanoff, encantada –ella le devolvió el saludo, estrechando su mano y sonriendo levemente.

-Hermione Granger, un honor

-Tranquila, seré suave contigo

-No, por favor –habló y aquello pareció pillar por sorpresa a la pelirroja- No te contengas conmigo

- ¿En serio?

-Por supuesto, trabajo mejor cuando son estrictos conmigo

-No te arrepientas de tus palabras

-Tranquila, no lo haré

Natasha sonrió con fuerza, por las cortas frases que llevaban cruzadas entre ellas, la castaña parecía ser el tipo de persona que realmente se llevaba bien con ella. Esperaba no arrepentirse de creer que podría aguantar.

-Me caes bien

-Tú a mí también –sonrió

-Veo que has traído tus cosas ¿Sabías que vendríamos hoy?

-La verdad es que no, no sabía nada

- ¿Y la caja? –Natasha a veces deseaba no ser tan cotilla, tal vez no hubiese visto como la mirada de aquella chica se apagaba levemente.

-Temas personales

-Oh, lo siento

-No pasa nada, no te preocupes