33.- Maduración. Tal vez

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-Bueno...no, pero supuse que...-El bochorno al que se vio empujado el más joven fue visto por todos, que llegaron a sentir lástima por él.

- ¿Supusiste? ¿Así que podrías haberte quitado la máscara delante de cualquiera?

-Lo siento, señor Stark

-Por favor, señor Stark. No sea muy duro con él –La señora Weasley habló, sonriéndole dulcemente a Peter.

Tony sintió la frustración acumularse en su cuerpo, él no quería regañar al pequeño héroe, pero este a veces hacía algunos movimientos que le podían acabar costando la vida. Si alguien no se lo hacía entender, su vida correría peligro y aquel era un destino que no deseaba para el joven genio.

Suspiró y, frotándose las sienes, intentó poner buena cara para los invitados. Luego hablaría seriamente con Peter.

-He venido a llevaros a nuestro cuartel, podríais dormir allí esta noche.

-No es necesario, tenemos el hotel -Harry habló, tomando la delantera- Solo déjenos guardar las maletas en las habitaciones e iremos con usted

-Por supuesto. Tómense su tiempo –Agarró el brazo de Peter, que sonrió hacia ellos una vez más- Nosotros estaremos en la cafetería del hotel

Después de haber dejado a su esposa en su habitación con las maletas, él fue a dar una vuelta por el hotel. Él había intentado ayudarla, pero un "Es que no sirves para nada" de su esposa y una patada en el culo, habían hecho que saliese de la habitación.

Así que allí estaba, en una parte del hotel que no conocía porque se había perdido dando un paseo.

"Que inteligente soy" pensó

- ¿Por qué ahora Ronald? Estamos en otro país, deberíamos estar dando paseos románticos por Central Park

La voz de Lavender entró por sus oídos y él hizo una mueca, no podía ver a ninguno de los dos en el pasadizo, pero sabía que estaban detrás de la esquina en la que estaba. Usualmente él no se metía en asuntos que no le interesaban, pero la curiosidad que le picó fue suficiente para hacer que se quedase a escuchar la conversación.

-No hemos venido aquí de viaje, Lavender.

-Pero aún así, podríamos estar disfrutando juntos. ¿Por qué estás haciendo eso?

Desde detrás del pasillo, Harry frunció el ceño. ¿Qué se suponía que Ron estaba haciendo? La curiosidad le superó demasiado, así que solo se movió un poco para poder ver aquella escena.

Pudo entender parte del contexto de la situación, pero algún detalle se le escapaba. Ronald y Lavender estaban delante de la puerta de la habitación del pelirrojo, la castaña con un albornoz que no dejaba bastante a la imaginación y Ron no parecía dispuesto a dejarla entrar.

-Llevó tiempo pensando en hacerlo y lo sabes

- ¿Pero por qué aquí? ¿Por qué dejarme en Nueva York?

-Tú fuiste la que decidió seguirme aquí

El pelinegro abrió la boca más de la cuenta ante aquel monologo ¿Ron de verdad la estaba dejando? ¿Después de todo se atrevió a hacerlo?

-Ella no va a perdonarte

Atacó con el contexto más bajo que encontró, ella había estado allí todos los días de los últimos dos años, mientras él lloraba por su antiguo amor perdido. Ella había sido la que intentó bajo todo término que él la olvidase con el amor que le entregaba.

Al saber que él se iba a Nueva York, ella lo siguió sin dudar. Su trabajo y sus amigos no importaban en nada, el amor de su vida se iba y ella lo iba a seguir.

Cuando vio a los demás magos y supo la razón del viaje a los Estados Unidos, sintió la frustración llenar su cuerpo, pero solo se colgó de su brazo y fingió una sonrisa.

Ella había estado con él cuando él lloraba. ¿Acaso eso no contaba para nada?

-No espero que lo haga, Lavender.

- ¿Por qué haces esto, entonces? ¿Dejarme cuando casi la encontramos? ¿Por qué otra razón lo harías?

-Quiero pedirle perdón por el daño que le hice y, con suerte, cerrar este capítulo de mi vida definitivamente –El pelirrojo la vio sollozar, pero no la abrazó. Si llegaba a hacerlo, ella hubiese vuelto a coger esperanzas imposibles, como ella siempre hacía- Mudarme a otro país, poder enamorarme de otra persona.

- ¿Otra persona? Me tienes a mí

-No te amo, Lavender. Y lo has sabido desde que nos conocimos

-Pero...llegué a pensar que había cambiado

-Lo siento, Lavender. Lo siento mucho –Bajó la cabeza, iba a aceptar todas las consecuencias de sus actos.

-Tú fuiste el que vino a mi cuando estabas desolado –Aquella voz que hace unos minutos estaba hundida en lágrimas resurgió en gritos hacía el pelirrojo, que no hizo nada más que suspirar.

-Y me equivoque al hacerlo. No debí buscarte –Ronald le mantuvo la mirada a la castaña, pero la apartó con sus manos cuando esta le intentó rodear con sus brazos- Al hacerlo te di falsas esperanzas.

-Ronald, no. Por favor

-No debí ir contigo cuando tenía el corazón roto. Solo conseguí hacerte ilusiones

-Won Won

-Lo siento, Lavender. Espero que tú también encuentres a alguien más y seas muy feliz

- ¡Ronald!

-Pero para eso necesitas olvidarme, y yo necesito olvidar a Hermione

-Por favor, no

Antes de desaparecer por el pasillo, Ron besó su frente y le entregó la última sonrisa dirigida hacía ella. Una sonrisa exactamente igual que en sus años de Hogwarts, una sonrisa que hizo que ella sollozase más fuerte, pero aquello no paró al pelirrojo.

Weasley y Potter cruzaron miradas al chocar en el pasadizo, Harry no dijo nada y Ron solo agachó la cabeza al pasar.

"Wow, de verdad está madurando" pensó el elegido.

Lo que parecieron unos treinta minutos después, bajó a la recepción, donde se encontraba el señor Stark junto con un Peter vestido como un muggle normal. También estaban todos los demás magos, Harry pudo ver a Ron a una esquina de la habitación, cabeza alta y aguantando los comentarios y malas miradas del clan de serpientes.

- ¿Dónde está tu nueva novia? ¿Acaso esta también te abandonó? –habló Draco

-No la engañarías con otra ¿Verdad? –soltó Blaise a su lado.

El pelinegro pudo ver a sus anfitriones, Peter parecía incómodo y confundido, mientras que Tony miraba a Ronald fijamente con mala mirada, pero jamás abrió la boca. Harry supo que él sabía.

-Malfoy, basta –dijo con voz fuerte

Las serpientes se quedaron en silencio, mientras que él tuvo que soportar la mirada confundida y el ceño fruncido del rubio. Pero él lo ignoró, al mirar a Ron, casi pudo ver una ligera sonrisa de agradecimiento.

-No hemos venido a pelear, hemos venido a encontrar a Hermione. Mantened eso en la cabeza. –Miró al señor Stark, que dejó de observar a Ron y le miró con una sonrisa- ¿Qué debemos hacer?

-Iremos a nuestro cuartel, en el jet

Segundos después Tony estaba saliendo por la puerta con un Peter contento al lado y un clan entero de magos a sus espaldas. 

La Última Vengadora - Hermione/LokiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora