Capítulo dos

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CORREGIDO

Las pesadillas son como asesinas silenciosas, te acechan toda la noche, esperando tu momento más débil y en cuanto lo estás, te envuelven y te atacan sin piedad hasta que prometes cualquier cosa con tal de que te suelten, cuando logras safarte pasan distintas cosas, caer en cuenta de que era una pesadilla te da alivio, pero pensar en que si cierras los ojos podría atacarte de nuevo te causa terror, dependiendo de la intensidad del sueño, puedes sacar tu cena justo ahí. Estoy realmente agradecida porque aquello no hubiese pasado cuando Jean me encontró.

He vivido con pesadillas los últimos dos años y aún no logro acostumbrarme a ellas del todo, me pregunto si es posible. Vivía en Shiganshina, mi casa estaba relativamente cerca a las murallas, de puro milagro estoy viva y eso es algo que nunca voy a olvidar, el miedo, el olor a sangre y los gritos desgarradores.

No es un buen escenario para una niña de doce años.

— ¿Qué te mantiene despierta Ellie Cassel? — preguntó Jean a mi lado.

Yo no me siento con muchos ánimos de darle la verdadera respuesta.

Me tiende un pañuelo y sólo así caigo en cuenta de que he estado llorando, agradecida, lo recibo y limpio el rastro de lágrimas que bajan por mis mejillas.

— Pesadillas... — respondo, inclinándome hacia el frente, recargo mis codos en las piernas.

El chico castaño se deja caer a mi lado, incluso sentado es más alto que yo. Su cuerpo está cubierto por la misma capa que yo tengo, sólo que unas tallas más grandes seguramente, emana calor, su cabello se ve algo despeinado y parece recién despierto, con las mejillas sonrojadas.

— ¿A ti? — pregunto al ver que no responde nada a lo primero que dije.

— Estrés, a veces me da por preguntarme si seré lo suficientemente bueno para poder llegar a la policía militar, ya sabes, es mucha presión eso de los primeros diez. — responde él.

Su honestidad me sorprende, Connie y Christa suelen decir que Jean es una persona con la que puedes intercambiar palabras fácilmente, nunca había sido testigo de ello hasta ahora, y, siendo honesta, después de ver sus peleas con Eren, he llegado a dudar de las afirmaciones de mis amigos.

— Eres bueno, podría asegurarte que estás entre los diez mejores. — consuelo, no como una mentira blanca, genuinamente creo que Jean Kirschtein podría ser uno de los mejores de nuestra generación.

No mejor que Mikasa, eso seguro, pero bueno de todas maneras. Ambos guardamos silencio por unos segundos, el cantar de los grillos es lo único que no lo deja en una falta de ruido sepulcral.

— Tus pesadillas ¿Son acerca del muro de Shiganshina? — inquiere.

Lo miro unos segundos, aquello es algo que no suelo compartir con todos, no muchos recuerdan que yo también vengo de ahí y me gusta mantener esa incógnita, Eren es el que se encarga de contar la historia de la caída de los muros.

— Es que, Eren siempre cuenta su historia, a veces me preguntó cuál será la tuya. — se rasca la nuca. — cuando llegaron, sus rostros eran distintos, estaban como cubiertos por una sombra, sus ojos reflejaban algo extraño, daban un poco de miedo para ser verdad, como si hubiesen pasado toda una vida en la guerra o algo así.

Suelto una risita, Sasha me dijo lo mismo tiempo atrás, cuando decidí sincerarme con ella acerca de mi vida.

— Sí, lo son, pero te aseguro que esa no es una historia para esta noche. — respondo.

— Debió ser aterrador, lamento hacerte pensar en ello. — se disculpa.

— No lo sientas, está bien.

About Last Night /  𝐉𝐞𝐚𝐧 𝐊𝐢𝐫𝐬𝐜𝐡𝐭𝐞𝐢𝐧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora