La semana llegaba a su fin y tanto Jean como yo tendríamos que volver al cuartel de la Legión, había mucho que hacer ahora que estábamos tratando de restaurar Shiganshina y la milicia era la encargada de hacer voluntariado.
Además, tenía ganas de volver a mi rutina, encontraba algo de confort en ella, y me mantenía ocupada lo suficiente como para no pensar en lo que había pasado entre Jean y yo en la sala de su casa.
Aquel suceso no salía de mi mente y mi persona no parecía encontrarlo como algo malo, sabía de qué se trataba, no era idiota, cuando vivías rodeada de personas con los niveles de estrés sumamente altos, entendías que había una manera muy placentera de quitártelo, sólo había que caminar por el pasillo de los soldados con más edad para escucharlo.
- Mañana volvemos ¿huh? - me habló Jean.
- Técnicamente lo hacemos en un rato pero sí... volveremos. - respondí yo, mi cabeza se dirigió a su hombro y la suya se recargó en ella mientras nuestras manos jugueteaban entre nosotros.
Habíamos subido al techo de su casa y nos encontrábamos mirando las estrellas desde ahí, ya no había nada de lo que no habláramos y desde que Jean también buscaba huir de sus pesadillas, ambos nos hacíamos buena compañía cuando caía la noche, mentiría si dijera que aquella semana no me había servido para nada, de hecho, podía notar que me encontraba un poco menos tensa que al inicio; por más que hubiese encontrado comodidad en mi rutina como cadete de la legión, necesitaba olvidarlo por un momento.
Sentir que era una persona normal.
Los padres de Jean habían sido maravillosos conmigo y para ese punto, lograba llevarme muy bien con ellos, pasé la semana ayudándole a cocinar a la señora Kirschtein y jugando partidas de cartas con su esposo, enseñándole todos los sucios trucos que Connie había usado conmigo alguna vez, Jean también se veía aliviado de estar en su casa, aunque no lo mencionara, sabía que le gustaba estar ahí, disfrutaba a su familia, a veces los miraba con una melancolía que hacía que quisiera llorar y encontrar una manera de que pudiese vivir una vida normal alejado del peligro.
Pero tanto él como yo, vivíamos un infierno juntos y mi parte más egoísta no quería perder aquello, nos teníamos el uno a la otra y aquello era mucho más de lo que alguna vez pude pedir.
- Quisiera... quisiera poder quedarme un rato más ¿sabes? Con todo esto, no tengo idea de cuando volveré a verlos, hay un montón de cosas que tenemos que hacer y... no lo sé, extraño un poco mi vida normal. - admitió él, se estaba rascando la nuca con vergüenza y un leve sonrojo le recorría las mejillas.
- Oh vamos... no estás diciendo nada vergonzoso, es obvio que quieras quedarte aquí, tienes una familia muy linda, se ve que tus padres te adoran Jeanboo - dije yo usando el apodo que su madre le había dicho unos días antes, Jean se sonrojó más.
- ¡Dios! Yo sabía que en el momento en el que te hicieras con ese apodo nunca lo dejarías ir. - bufó, no se escuchaba molesto, por lo que me permití seguirlo picando con ello un buen rato.
Finalmente, nuestros labios dejaron de soltar palabras para pasar a comunicarse de maneras distintas, tanto Jean como yo habíamos terminado acordando casi sin necesidad de palabras no volver a dejar que nuestros cuerpos estuvieran uno debajo del otro (al menos no en su casa) y aquello nos llevaba a estar acostados, con nada más que sus brazos encima de mí para mantenerse enderezado.
Una vida así de pacífica no sonaba mal.
***
- ¡Espero que nos visites pronto Ellie! Fue un gusto conocerte. - habló la señora Kirschtein mientras sus brazos me rodeaban con fuerza y una enorme sonrisa se plantaba en su rostro.
ESTÁS LEYENDO
About Last Night / 𝐉𝐞𝐚𝐧 𝐊𝐢𝐫𝐬𝐜𝐡𝐭𝐞𝐢𝐧
FanfictionSer un soldado es vivir en un infierno, especialmente si eliges la Legión de Reconocimiento. Es bueno tener a alguien acompañándote. TODOS LOS PERSONAJES A EXCEPCIÓN DE LA PROTAGONISTA LE PERTENECEN A HAJIME ISAYAMA. EL FANART DE LA PORTADA NO ES...