About Last Night / 𝐉𝐞𝐚𝐧 𝐊𝐢𝐫𝐬𝐜𝐡𝐭𝐞𝐢𝐧

Capítulo nueve

Las enormes puertas de metal y pesada madera lucen tremendamente amenazantes frente a mí, cada parte de mi cuerpo tiembla casi sin control mientras los engranajes del mecanismo de las puertas comienza a funcionar para bajarlas y dejarnos salir de las murallas. Estamos por salir de expedición y la realidad me cae como un puñetazo en el estómago ahora que lo tengo frente a mí, espero que mi expresión no sea tan obvia como Jean dice que algunas veces lo es, pues no quiero que la demás gente en mi escuadrón se dé cuenta de que estoy a nada de llorar del miedo.

Vamos Ellie, tranquilízate.

La puerta cae con un estruendo y levantando polvo frente a nosotros, aún no puedo mirar completamente el otro lado, pues mi escuadrón es uno de los de hasta atrás en la fila, así que trato de buscar a alguno de mis amigos, ya que no hemos quedado juntos. Logro divisar a Hange en algún punto, al igual que al capitán Levi, ambos avanzan sobre sus caballos hasta posarse en sus lugares, no es hasta que el hombre pelinegro mira al frente que escucho la estridente voz del comandante dar el inicio a la expedición 57° de la legión de reconocimiento. Un escalofrío me sacude todo el cuerpo.

Cabalgando en la fila logro ver a Jean y a Armin en otro escuadrón, mi mirada se cruza con la del castaño apenas unos segundos, se mira muy serio, durante la mañana no tuvimos mucho tiempo de hablar, sólo una rápida conversación en la que le prometí que comeríamos algo cuando volviéramos. A pesar del desastre de nervios que es mi cabeza en estos momentos, un pensamiento me cruza la mente.

Mantente a salvo.

No pasa mucho tiempo para que logre ver en el cielo las señales de que titanes normales acaban de ser avistados cerca de la formación, mis manos se cierran con más fuerza sobre las riendas de mi yegua, al punto que mis nudillos se ponen blancos, vaya, nunca había logrado hacer eso hasta hoy.

— ¿Asustada? No te preocupes, es muy normal. — asegura uno de los soldados que cabalga a mi costado. — Quédate con nosotros y nos encargaremos de todo, vas a estar bien.

Sonrío nerviosa mientras asiento repetidas veces, pues mi voz se ha perdido muy en lo profundo de mi garganta, enserio quiero creerle, el chico no puede tener más de veinticinco años, pero supongo que algo ha de saber ¿no?

***

Ese vas a estar bien, resultó ser la peor mentira que jamás me han dicho en mi seguramente muy corta vida. Algunos metros más cerca del bosque comencé a sentir un nudo en mi estómago, del tipo que te dan cuando tienes un muy mal presentimiento y no puedes deshacerte de él. No pasó mucho tiempo antes de que supiera la razón de éste.

Para este momento ya debería estar acostumbrada, primero el acorazado y el colosal, luego Eren... muy dentro de mí, no me sorprendió verla o descubrir su existencia, con todo lo que ha estado pasando hasta se me hizo lógico, sin embargo, su tamaño y lo que puede hacer, sí que hicieron que casi me hiciera pipí en los pantalones,

Es una titán, tiene el cuerpo de una mujer, una enorme mujer bastante en forma, lo suficiente como para terminar con cada miembro de mi escuadrón en menos de cinco minutos, a excepción del chico que me había prometido que estaríamos bien, él se había separado para dar el mensaje. Después de tal masacre, mi yegua decidió que su trabajo para la legión no le daba lo suficiente y, asustada, me tiró contra el suelo, mi cabeza se golpeó bastante duro y tardé unos momentos en recomponerme, momentos en los cuales la titán bien pudo haberme aplastado como si yo fuese una vil hormiga, sin embargo... juraría que había decidido ignorarme después de mirarme, aunque lo más probable es que esté alucinando porque estoy a nada de tener un colapso.

No es hasta que los titanes aparecen que mi cuerpo comienza a actuar por mero impulso de supervivencia, pues siento mi mente paralizada totalmente.

— Mierda... mierda... voy a morir... maldita sea... — jadeo.