Capítulo 20: Pequeño Sentimiento

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Capítulo dedicado a: Morfeo24, por seguir esta historia

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Capítulo dedicado a: Morfeo24, por seguir esta historia. ¡Muchas gracias!

Hinata de verdad quería llevarse bien con Tobio, y ésa fue la primera vez que pudo afirmar con demasiada seguridad que Kageyama estaba cooperando para la causa

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Hinata de verdad quería llevarse bien con Tobio, y ésa fue la primera vez que pudo afirmar con demasiada seguridad que Kageyama estaba cooperando para la causa. Quizás lo estaba haciendo sin que se diera cuenta de sus propias acciones.

—¿Vamos a dormir juntos? —cuestionó Hinata en una pregunta, sentado en su cama, preparado sólo para acostarse y dormir. Kageyama no dijo nada en lo absoluto, sólo atinando a hacer espacio en la gruesa cobija de Hinata, sólo para poder ingresar a su lado.

—Dijiste que te sentías más tranquilo cuando estaba a tu lado —murmuró el hombre, mostrando un obvio rubor en sus mejillas y tratando de evitarle la mirada. Shoyo no creí estar viviendo ese tipo de situaciones típicas en alguien como ese serio colocador. Pero ahí estaba, tratando de ser amable con él—. Pero si no quieres, puedo sacar el futón y yo dormiré abajo...

—¡No, quédate aquí! —pidió Hinata, mientras lo tomaba del brazo para que no huyera (a pesar de que Tobio no se había movido ni un centímetro de la cama). Como consecuencia, sólo generó que sus pupilas en algún momento se encontraran, y terminaran guardando silencio. Silencio incómodo entre el color azul y el café, que terminó con la instintiva necesidad de Shoyo de reemplazarlo con palabras intangibles, pero que resultaban calmantes—. Tu aroma a chocolate me calma, y además, hace que no me duela la cabeza —afirmó, dando un pequeño bostezo seguro y sin nada de delicadeza, antes de tirarse de espaldas contra el colchón, y por fin terminó completamente recostado. Kageyama no dijo nada, sólo copió su acción.

El aroma a naranja sólo era un especial golpeteo en las fosas nasales, teniendo que aceptar que era demasiado reconfortante, tan tranquilo, a pesar de que para cualquier persona que chocara con ese olor pudiera llegar a ser abrumador, para él era perfecto. Tan perfecto, que llegaba a ser extraño.

En otra situación, incluso podría interpretarse todo de forma errónea: los dos acostados en la cama, arropados, Hinata Shoyo notablemente feliz, aromas mezclados, el menor usando su suéter escolar y era de noche.

Destinados [KageHina] | Omegaverse \ En EdiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora