Capítulo 37: Los Kageyama

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Nota: Ligero contenido sexual explícito

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¡Muchas gracias a todos los que llegaron hasta el final! ¡Espero y les haya gustado la historia!

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Un anillo reluciente y una boda cualquiera.

Shoyo Kageyama y Tobio Kageyama.

Unos meses después de que ambos lo charlaran con calma, tras obtener estabilidad económica en equipos de voleibol profesional (MSBY y Adlers), y con una casa propia lo suficientemente espaciosa como para poder mantener a alguien más, decidieron que no buscarían un permiso especial del gobierno para no tener hijos.

Eso los llevaba a la situación actual, en la que Shoyo se encontraba completamente desnudo, debajo de Tobio, dando un largo jadeo bien trazado de su boca al sentir cómo el aire se le escapó de su boca. En esa habitación de la casa donde ambos estaban, el olor del celo del Omega estaba inundando todo, un fuerte aroma a naranjas que se revolvía con el tenue aroma a chocolate de un Beta.

Shoyo gimió con fuerza, satisfecho con el miembro que se encontraba dentro de él, tenía las piernas lo más abiertas que podía y dejaba que las embestidas tocaran el punto que más le gustaba. Soltó un gemido ahogado, aferrándose más a la espalda de su pareja y sintiendo como el sudor de ambos se mezclaba al estar completamente desnudos, los cabellos se pegaban a su frente y un escalofrío certero se coló en su cuerpo cuando el mayor buscaba besar su mejilla y la susurraba unas cuantas palabras de calma.

Las estocadas fueron subiendo de nivel, Shoyo farfulló con más fuerza y arqueó su espalda lo suficiente, como si quisiera que el toque llegara demasiado rápido. Tras ese vaivén desesperado donde Tobio trataba de acallar los sonidos indecorosos que salían de su boca (fallando en el intento), y a su Omega revolviéndose al entrar y salir de él, apretando a su palpitante sexo en su agujero, la eyaculación empezó a esparcirse. Kageyama no salió de Shoyo cuando el líquido blanquecino liberó su semilla, ése era el acuerdo al que llegaron unos días antes de que el celo del más bajo iniciara, buscando la fecundación. El de hebras naranjas se removió en su placer con fuerza, aferrando sus piernas alrededor de la cadera de su pareja y sintiendo dentro de su cuerpo esa sensación caliente.

Destinados [KageHina] | Omegaverse \ En EdiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora