Los trillizos han vuelto {TERMINADA}

Se ha ido...

Tony

Llevé a Ellie lejos de la ciudad, porque estaba convencido de que alguien iría a buscarla, y ese alguien es Edward. Además, sé de un club muy bueno. Al llegar, ella parecía asustada.

- Hey, que estoy contigo. Prometo no separarme de tí en ningún momento.

- Va...vale.

Bajamos del coche y entramos. La música era buenísima, el volumen es tan alto que podría llegar a Marte, y la gente que viene siempre hace las cosas sin importarles los demás. Cogí a Ellie de la cintura y fuimos a la barra.

- Oye Jack, unos vodkas.

- Marchando.

- Tony, yo no bebo...

- Vamos, solo una.

- Bueno vale.

Bebimos nuestros vasos de un solo trago. La llevé a bailar a la pista en cuanto pusieron una canción muy movida. La agarré de la cintura, ella puso sus manos en mis hombros y empezamos a bailar muy pegados el uno del otro. Tenía que aprobechar. Sin que se diera cuenta, empecé a mover mi pelvil contra su sexo haciendo que ella se mordiera el labio inferior. Estuvimos así como media hora, canción tras canción.

- Tony, tengo sed. - Me dijo haciendo un puchero. Que sexy...

- Vamos a tomar algo a la barra.

Delante suya le dije a Jack que le diera un vaso de agua, pero sin que ella lo supiera, me acerqué al oído de él y le pedí una mezcla de todo lo que llevara alcohol en un vaso más grande. Ella al verlo, arqueó una ceja, pero aún así, lo bebió. Al terminarlo, ya estaba borracha, como había planeado.

- Ven nena, vamos a un sitio más tranquilo. - La cogí de la mano y la llevé a una habitación cerrando bien la puerta.

- ¿Por qué dá todo vueltas y vueltas y vueltas y vueltas y...?

- Será el cansancio. Ven, vayamos a la cama. - Hice que se tumbara en esta y yo me puse encima suya. - Tú relájate. - Comencé a devorarle el cuello, dejando una gran marca para que viera que ella siempre sería de mi posesión.

- Ay, me duele. - Se quejó.

- Perdona. - Mis besos pasaron de su cuello a su boca. Inmediatamente, metí mi lengua en su boca para explorar, pero ella no ne correspondía. - Vamos muñeca, sé que aún me quieres tanto como yo a tí.

- Yo quiero a Edward, a mi Eddie.

- No, él no te quiere.

- Sí lo hace... y lo echo de menos.

- No lo haces.

- Que sí, quiero verle. Llévame con él.

- No...

- ¡¡Tony!! - Me gritó llorando.

- Vale vale, vamos.

Hoy no, pero pronto sí.

Edward

Ellie tardaba mucho en venir. Ya son las cuatro de la madrugada y no sabía nada de ella. Estaba jodidamente preocupado, la llamaba, le enviaba muchos mensajes... pero nada. Pensar que estaba con Tony no me ayudaba en nada, al contrario, lo empeoraba. Sabe Dios que le estará haciendo a mi chica, y donde estarán. Pero ya he buscado por toda la ciudad y no hay rastro de ninguno. Pienso partirle la cara a ese come pollas, y a Ellie le va a caer el peor castigo de su vida, de esta no se libra ninguno de los dos. Jamás me he preocupado tanto por una persona, menos por una chica. Con lo bien que estábamos los dos solos, y tiene que aparecer Tony para joderlo todo. Maldita sea... Vuelve ya, cariño.