A prepararse

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Lottie

Hace poco Ellie nos llamó diciendo que mañana se llevaría a cabo la venganza. Ya lo estoy deseando. El plan es coger fotos vergonzosas de los chicos, quedar en casa de Mel, pegarlas todas por toda una habitación y encerrarlos ahí una noche enterita. Emma quería dejarles son comer por un día entero, pero estaba claro que a Niall le daría un chungo malo. Para poder estar sola en casa, le dije a Niall que se fuera a comprar comida, así me dará tiempo de buscar las fotos. El álbum estaba escondido bajo la cama dentro de una caja. Cojo la caja, la abro y me encuentro con dos APESTOSOS calcetines blancos encima del album. Hijo de puta, sabía que lo miraría algún día. Tapándome la nariz, cojo los calcetines y rápidamente los tiro por algún lado de la habitación. Después me encargaré de quemarlos, esa peste no era normal. Cojo el album, lo abro, y me encuentro con muchas fotos de Niall de pequeño. En la bañera, en la playa, en un parque... Fotos increíbles y muy, pero que muy vergonzosas. Justo lo que buscaba. Cogí unas cuantas y las guardé en una bolsa a mi lado, rápidamente guardé de nuevo el album en su sitio, y como antes dije, cogí los calcetines, bajé al salón y los tiré a la chimenea. Sonreí satisfecha y me puse a ver la tele.

Ellie

Edward y yo dejamos la charla en el aire. Me llevó a comer fuera al Burguer, su sitio favorito. Nos reímos y charlamos durante toda la comida. Había mucha gente hoy.

- Esta es una buena cita. Tú, yo y una rica hamburguesa. - Dijo para después meterle un bocado a su hamburguesa de pollo.

- Si, totalmente tú. Nada de vino, ni restaurantes, ni elegancia. Nada mejor que una comida que te engorda kilos y que... - El llanto de un bebé detrás nuestra me interrumpió.

Con una mirada triste miré a Edward, quién estaba mirando en su dirección con una sonrisa muy bonita. ¿A qué venía esa sonrisa? Paró en seco sus actos y miró detenidamente al bebé sin pestañear. Por curiosidad, me giré para poder verle yo también. La madre preparaba su comida para dársela. El bebé como mucho tenía un año. Estaba en un carrito negro y gris, llevaba un gorrito de lana celeste con un lacito a un lado de este, unos guantes del mismo color, y encima una manta color amarillo. Una monada. Sus mofletes estaban rojas y gorditas. Era muy pequeñita. En cuando la madre le acercó la cuchara con la papilla, se tranquilizó y empezó a comer. Suspiré y me volví a girar para ver a Edward, el cuál ahora tenía la mirada perdida en algún lado y la hamburguesa en la mano medio comida. ¿Estaría pensando lo que yo? Eso espero...

- Cariño. - Lo llamé.

- ¿Eh? Amm... si, si, claro.

- ¿Si a qué? - Pregunté riendo.

- A que... ni yo lo sé, perdona.

- Estabas distraído.

- Si, estaba en otro mundo, pescando.

- ¿Y pescaste algo?

- Si, salmón para esta noche, y yo invito.

- No tienes por qué gastarte tanto en eso.

- Oye, la comida es mía y la cena tuya.

- Eres un tonto.

- Pero me amas.

- Demasiado.

Marcel

¡El regalo va perfecto! ¡Nos vamos de viaje! ¡A España! Exactamente a Andalucía. Dicen que es muy bonito con gente estupenda. Además, allí vive un buen amigo mío y me va a dejar su casa por unos días y poder estar ella y yo solos. Espero que no lo descubra... Falta 1 semana para su cumple.

Emma

- Aahh Harryyyy siiii más más.... aahh

Agarré las sábanas blancas con fuerza por el puro placer. Tenía mis ojos cerrados con fuerza. Harry me estaba haciendo sexo oral para sacarme lo que las chicas y yo planeamos. No sabe que es para ellos, ni lo que vamos a hacer, pero por cojones lo quiere saber. Tenía toda su boca y su lengua en mi coño. Metía y sacaba cuatro dedos de mí a toda velicidad, y con la otra mano jugaba con mis pechos. Já, no sé que va a conseguir con esto.

- Dilo, sé que no aguantas más.

- Nooo aahhh. No hablaré aahh sii

Cuando ya estaba a punto de llegar, paró sus actos. Le miré con enfado. ¡Hijo de puta!

- ¡Hijo de puta!

- Y ni se te ocurra masturbarte, porque Dusty te estará vigilando.

- Ya ya...

Este chico si que es cruel...

- Cuidadito ¿eh? Que ahora me tengo que ir al banco. Besos, te quiero.

Y se fue... mientras Dusty me miraba atentamente.... me da miedo...

Ellie

Al parecer ya todas teníamos las fotos escondidas para mañana. Pobre Eddie, él se lo buscó.

- ¡Ellie! ¡Bolita no me quiere! - Gritó Edward desde el salón mientras yo me ponía el pijama en la habitación.

- ¡No es mi culpa!

- ¡Mala! ¡Le has hablado mal de mí!

Por lo ridículo que eso sonó, decidí no contestar. Terminé de cambiarme y bajé para ver qué demonios pasaba. El conejo estaba dando saltitos por todo el salón y Edward estaba sentado en el suelo, con las piernas cruzadas como un indio y con cara de tristeza. Me miró con ojos de perrito e hizo un puchero exagerado.

- No me quiere. - Señaló a Bolita.

- Si te quiere, y yo también a tí. - Me acerqué y me senté en el sofá.

- Sigo sin saber por qué lo compramos. - Comentó sentándose a mi lado y pasando su brazo por mi cintura.

- Porque en cuanto le vimos en el escaoarate de la tienda de mascotas nos enamoramos de él.

- Ella. Es chica. Es nuestra hijita.

En cuanto escuché eso, un nudo enorme se formó en mi estómago.

- Si... nuestra... hijita.

Me costaba decirlo, porque yo quería una de verdad. O uno, nunca se sabe. Queda esa charla pendiente...

Holii!! Esto es todo lo que he podido escribir :( Siento la tardanza, espero que os halla gustado el capii.

Adoro a los bebés!!!!!!! XD

Votad y comentad nenaas

Os kiero xx

Los trillizos han vuelto {TERMINADA}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora