"Buen amigo"

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Ellie

Supuestamente hoy vendría mi amiguito anónimo. ¡Já! Al saber quién será el que viene... si es que viene, claro. A lo mejor se caga y no lo hace, o directamente es un idiota aburrido haciendo bromas pesadas por internet. Aunque eso es imposible, porque entonces ¿cómo sabría de mi vida? ¡Un fantasma! ¡Seguro! Ya está Ellie, nada de coca cola por las noches.

¿¡Qué pienso!? ¡Ni siquiera tenemos de eso! Por cierto, tenemos que comprarlo... Pero volviendo al tema, que no tengo ni puta idea de quién puede ser. ¿Estoy nerviosa? Pues no os puedo mentir, un poco si. ¿Y si es alguien al que le gustaba y ahora me quiere violar en mi propia casa y delante de Edward? Demasiadas lecturas Ellie. Vale, es por la mañana y ya pienso demasiado... ¡por la mañana! ¡Los chicos! ¡Mierda!

- ¡Chicas despertad! ¡Hay que sacar a los chicos! - Grité mientras me vestía a tiempo record.

- ¿Qué dices...? ¡Oh dios! ¡Mi marcelino! - Gritó Mel haciendo lo que yo, y las demás no tardaron en hacer lo mismo.

Conduciendo lo más rápido posible, llegamos, subimos las escaleras y abrimos la puerta. Una imagen muy tierna apareció tras ella. Estaban todos dormidos. Dormían separados, parecían tranquilos, excepto Niall, que tenía el ceño fruncido y murmuraba cosas.

- No... lo que sea menos eso... no lo hagas por favor...

¿Quién lo hacía? ¿Qué hacía? ¿Qué estará soñando? Lottie se acerca a él a paso lento, se acerca a su oído y...

- ¡Despierta olgazán!

Gritó tan fuerte, que Niall pegó un gran salto y los demás también despertaron. Que voz más potente... Edward, en cuanto abrió los ojos, si mirada se posó en mí, con el ceño fruncido. Estaba enfadado. Muy muy enfadado. Seguro que en casa me montará una buena. Le tengo miedo, pero no me arrepiento de esta broma, y encima a salido perfecta.

- ¡Tengo hambre! ¡Por tu culpa tengo el estómago vacío! ¿¡Qué clase de novia eres!? - Le gritó Niall a Lottie.

- ¡A mí me bajas el tono! Además, os lo merecíais, por idiotas.

- Idiotas vosotras por hacer esta ridícula broma. - Dijo Harry enfadado.

- Será todo lo ridícula que quieras, pero bien que os a molestado. - Le contestó Emma.

- Deberíais haber sido más maduras al menos. - Dijo Marcel.

- ¿Cómo vosotros esa noche? - Le dijo Mel con sarcasmo.

- Pero supuestamente las chicas eráis las más maduras. - Dijo Louis.

- ¡Superadlo! Os hemos ganado. - Contestó Eleanor.

Y así se formó una gran pelea a griteríos, mientras Zayn y Liam se mantenían callados con los brazos cruzados. De repente, Edward, que no había dicho ni una palabra aún, me cogió del brazo bruscamente y me arrastró hasta otra habitación, la que parecía la de invitados. Cerró la puerta con pestillo, yo me senté en la cama lentamente y él, sin moverse de su sitio, me miraba fijamente sin pestañear. ¿Eso es sano?

- ¿Por qué? - Ahora me daba cuenta de que no estaba enfadado, si no furioso y su tono de voz era frío, peor que cuando le conocí.

- ¿Y por qué no? - Contraataqué.

- No juegues conmigo, Ellie. - Gruñó.

- Yo no juego, vosotros habéis empezado con las tonterías de niño chico, y nosotras nos defendemos.

- Fue una idiotez de nada, pero con esto os habéis pasado un huevo.

- ¿¡En serio!? Que no os hemos encerrado en un calabozo o algo joder.

- Las fotos te las podrías haber ahorrado.

- No haberme engadado.

- El que ahora está enfadado soy yo.

- Ni que me importara. - Le dije ya molesta.

- Pues debería, porque un Edward enfadado, no es nada bueno.

- Que me da igual.

- No te conviene vacilarme...

- ¿Me estás amenazando? - Pregunto incrédula.

- Te estoy advirtiendo.

- Por si ya lo olvidabas soy tu novia. Y estás haciendo una montaña de un grano de arena, así que cállate.

- No, cállate tú y escúchame bien. Esto no termina aquí, porque lo que te haré hará que se te quiten las ganas de atacarme.

- ¡Yo no te ataco! - Le grité levantándome.

- No me grites... y estate atenta.

Dicho esto, salió dejándome atónica. ¿Mi propio novio amenazándome? No sabía que Edward, mi Eddie, sería tan violento conmigo. Tenía ganas de llorar, pero no quería ser debil. Salí de la habitación, y sin importarme donde se encontraba Edward. Me fui andando hasta casa. ¿Y si de verdad me hace algo... malo? No sería capaz, ¿no? Él me ama, y lo último que quiere es hacerme sufrir. O eso espero... No puedo evitar que los nervios me ataquen ahora mismo. ¿Los demás tratarán así a las otras? Al menos espero que no. Siempre he sabido que Edward era muy... prepotente, y entiendo que se enfadara por esto, pero creo que con esto se a pasado. Tal vez si lo hablamos no me vuelva a hablar así. Cuando llego a casa, entro y todo está en silencio, lo que significa que Edward no ha llegado aún... por suerte. Aunque no tardará en hacerlo. Para esperarle, me siento en el sofá viendo una serie, de la que ni siquiera sé su nombre, e intento tranquilizarme.

Al rato, la puerta se abre dejando ver a un Edward enfadado tras ella. Genial, aquí vamos de nuevo. Mi mirada se dirije de nuevo a la tele antes de que él me viera. Entonces, en menos de cuatro segundos, está frente a mí con su rostro de furia y los puños cerrados. Me quedo estática, sin saber qué hacer o decir. Con un movimiento ágil, me quita el mando de la mano y apaga la tele para después tirarlo al otro extremo del sofá. Su mirada me penetra, estoy intimidada por mi novio. Como saque una navaja de sus pantalones me da algo. Y de repente, sin esperármelo, todo en él se relaja, ahora sus puños no estás apretados y su cara muestra arrepentimiento. Lentamente, se sienta a mi lado, muy muy cerca. Mi mirada está fijada en mis manos posadas en mi regazo. Siento su respiración en mi oreja derecha y su mirada recorriéndome entera. Un silencio incómodo envuelve el salón.

- Nena...

Pero ese silencio se vé interrumpido por su voz, tan grave y ronca. Pero al final de la palabra, se quebra. Parece que va a llorar, pero sé que no lo hará por orgullo. En cambio, una pequeña lágrima sale de mi ojo.

- Lo siento mucho. No quería que eso pasara. Ya sabes que cuando me enfado no puedo controlarme.

- No pasa nada Edward...

- ¡Si que pasa! Te he hecho daño, y no quería eso... no sabes cuanto me arrepiento. Te juro que jamás lo volveré a hacer. Te amo, mi vida.

Un sollozo sale de mis labios, lo que hace que Edward me abrace fuertemente apoyando su cabeza en mi pecho. Y para mi sorpresa, él también está llorando. Sigo sin mirarle, porque simplemente no puedo, y él nunca aparta la suya de mí.

- Ellie, mírame. - Me ordena en una súplica y le hago caso. - Te amo más que a nada en este jodido mundo. - Nos miramos a los ojos durante un largo tiempo, hasta que yo decido acabarlo.

- Yo también te amo, mi amor. - Susurro.

Edward sonría ampliamente y me abraza con más fuerza escondiendo su cara entre mis pechos. Nuestro bonito momento lo estropea el timbre. Mierda.

Me levanto y abro la puerta, y en cuanto lo hago, la sangre se me hiela.

- Hola amiguita mía. Cuanto tiempo.

Jamás pensé que volvería a oír esa voz. Ver su cara... a cambiado tanto...

- To...Tony.

Hola nenas!!! Aquí otro capii. Espero que os guste. A partir de aquí habrá más comedia y drama. Mucho drama. TAN TAN TAAAAN

Votad y comentaad chicaas y muchas gracias por vuestro apoyo, seguid así, me animáis mucho el día ;)

Os kiero xx

Los trillizos han vuelto {TERMINADA}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora