01.

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2021.

Termino de lavar los platos y los guardo en el mueble de la cocina, me seco las manos y me siento un momento en el sillón cansada.

Siento que la puerta principal se abre y miro hacia esa dirección.

— Hola, amor. — le digo a mi pololo que viene llegando.

— Hola, ¿No has hecho nada desde que me fui? Sabes que no me gusta cuando te quedas sentada. — me dice y me levanto rápidamente yendo a buscar su ropa planchada.

Dejo su ropa en el baño y él entra sacándose su ropa sucia.

— Hoy viene el Mario con el Agustín a ver el partido. — lo miro con el ceño fruncido. — ¿Qué?.

— Tu sabes que el Agustín no me cae bien.

— ¿Y? Es mi amigo, olvídate de lo que te hizo, no seai' llorona. — me dice y salgo del baño suspirando.

Cierra la puerta de éste y escucho el agua caer. Camino hacia nuestra habitación y me siento en la cama pidiendo por Uber Eats unas hamburguesas para la noche.

No me gusta el fútbol, no lo entiendo y sinceramente no quiero entenderlo, mi pololo, el Ignacio, siempre ve los partidos con sus amigos. Hace como un año conocí al Agustín, al inicio se mostró muy amable y educado, esa noche se quedó a dormir ya que él vive muy lejos. Cuando eran como las tres de la mañana yo me levanté a tomar agua a la cocina, él estaba supuestamente durmiendo en el sillón y de repente sentí que estaba detrás de mí.

Me empezó a besar en el cuello y yo simplemente quedé en shock, después de eso mi mente se quedó en blanco y lo último que recuerdo fue despertarme al otro día con el Ignacio a un lado y el Agustín al otro, con todo mi cuerpo adolorido.

Intenté decir algo pero ninguno me escuchó y pensé que lo había soñado, pero semanas después me llegaron pequeños recuerdos de ese momento y ahí noté que no había sido un sueño.

Salgo de la habitación nuevamente y me pongo a limpiar los muebles, al Ignacio le gusta que esté todo limpio y ordenado cuando él está aquí. Él sale del baño ya vestido y me sonríe.

— Que hermosa te ves trabajando, deberías hacerlo todo el día. — camina hacia el sillón y se sienta.

Se inclina hacia la mesa de centro y pasa su dedo por encima de ésta. Me mira alzando una ceja.

— Te faltó limpiar aquí.

— Aún no limpio ese lado. — le digo y me apuro limpiando los otros muebles.

— Apúrate, ya están por llegar los cabros. — asiento y él enciende la tele.

*****

Me siento al lado de Ignacio abrazándolo, noto las miradas de Agustín pero no lo tomo en cuenta.

— Amor, tráeme unas cervezas, porfa. — me dice el Ignacio y me levanto yendo a la cocina.

— Tráeme una a mí también, que ya está empezando el partido. — me dice el Agustín y bufo sacando otra.

Le suben el volumen a la tele cuando empiezan a cantar el himno en el partido, camino hacia ellos y les entrego las cervezas a cada uno, el Agustín me mira y me guiña un ojo.

Me vuelvo a sentar y saco mi celular revisando Instagram, hace muchos meses que no hablo con las chiquillas, las extraño demasiado pero no puedo hablarles así de la nada después de lo que me dijeron.

El Mino De Los Tatuajes. [Erick Pulgar] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora