18.

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Me doy vuelta en la cama sintiendo un pitido en mi oído, tomo el cojín colocándolo sobre mi cabeza y apretando mis ojos con fuerza.

Ay, mi cabeza.

Escucho la puerta de la habitación abrirse y siento alguien acostarse a mi lado.

— ¿Te duele mucho la cabeza?. — escucho la voz del Erick y gimoteo apretando el cojín a mi cabeza. — Supongo que eso es un si.

Se levanta otra vez y lo siento caminar hasta llegar frente a mi, abro un ojo mirándolo y veo que deja una pastilla y un vaso de agua en la mesa de noche.

Estiro mi mano llevando la pastilla a mi boca y tomo el vaso de agua dándole un gran sorbo. Me acomodo en la cama sentandome con los ojos entrecerrados y fijo mi vista en él.

— Gracias. — le digo y él me sonríe mostrando sus lindos dientes.

— De nada, tus amigas están peor. — suelto una leve risa pero al instante me tomo la cabeza con ambas manos cuando el dolor se incrementa. — Anoche tomaste caleta.

— Si... Hace rato no tomaba tanto. — murmuro y cierro los ojos sintiendo un dolor horrible en la sien.

— ¿Necesitas dormir más?.

— Si, pero mi vuelo sale en unas horas y tengo que prepararme. — digo y abro los ojos suspirando.

— Pero duerme nomás, tienes las maletas listas, descansa por mientras.

Lo miro y él está parado con una sonrisita tierna, suelto una risa mirándolo y estiro mi mano hacia él.

— ¿Puedo darte un beso para que se te pase el dolor?. — me pregunta tomando mi mano y niego.

— No me he lavado los dientes. — se acerca a mi y toca la punta de mi nariz con su dedo.

— ¿Quién dijo que te lo iba a dar en la boca, coqueta?. — suelta una risa y siento mis mejillas calentarse.

— Ay, pesado. — suelto su mano y me tapo las mejillas mirándolo mal.

Me sonríe y se agacha dándome un beso en la frente, toma el vaso vacío y se da media vuelta saliendo de la pieza.

Me vuelvo a acomodar en la cama tapandome completamente y cerrando mis ojitos lista para dormir.

Pero obvio que eso sería imposible.

Siento unos pies arrastrarse y luego alguien se tira sobre mi haciendome jadear sacando la cabeza por encima de las sábanas.

Veo a la Isi arriba mio con los ojos cerrados y me nuevo intentando sacarla de encima, veo que entra la Gabi con los ojos a medio cerrar y se acuesta al lado mío acurrucandose en mí y de último viene la Vale super feliz comiéndose un plátano.

— Quiero vomitar. — murmura la Isi y abro los ojos moviendo mis piernas para que salga.

— ¡Arriba mío no!. — digo y ella se arrastra por encima mio acostandose al lado de la Gabi.

— Que eri llorona. — murmura y escucho a la Gabi roncar.

— ¿Te traigo un platano?. — me pregunta la Vale y le sonrío asintiendo.

— Si, porfa.

— Traele el del Erick. — dice la Isi y escucho a la Vale reírse saliendo de la pieza.

— Que desubicada. — murmuro y ella me mira riéndose.

— Ulala, desubicada. — mira a la Gabi y luego a mi. — Pero anoche estuviste re bien bailandole al duque.

El Mino De Los Tatuajes. [Erick Pulgar] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora