05.

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Me acerco a él rápidamente y me abraza fuerte, hago una mueca y me alejo un poco.

— ¿Estás bien? ¿Qué estás haciendo acá?. — me pregunta y me toma del rostro.

— Escapé. — murmuro. — Y no, no estoy bien.

Me mira preocupado y toma mi mano, saluda al conserje y nos lleva al ascensor, aprieta el número doce y toma mi mochila llevándola él.

Subimos el ascensor en silencio y luego salimos a un pasillo, nos lleva a una puerta y abre ésta entrando detrás de mí.

— Que lindo. — le digo mirando el departamento.

— Gracias. — cierra la puerta y me guía hacia el sillón.

Nos sentamos y me quedo en silencio mirando todo.

— Vanessa. — lo miro. — ¿Qué pasó?.

Suspiro y le cuento lo que pasó hace una semana, le digo que estuve en el hospital internada por culpa del Ignacio, él solo me mira atento, le cuento que hoy llegó ebrio y aproveché la oportunidad de escapar.

— Perdón por venir a éstas horas, es solo que no sé dónde viven mis exs amigas y no quería ir a la casa de mis papás, no hablo con ellos hace años y llegar de la nada sería un problema.

— ¿Y lo denunciaste?. — asiento.

— Sí, lo denuncié ese mismo día en el hospital pero los pacos dijeron que no habían suficientes pruebas. — suspiro y me paso las manos por el rostro. — Mira, solo quiero pasar esta noche acá, si es que puedo, mañana me iré, buscaré algún lugar o no sé. — niega y toma mi mano.

— Tranqui, yo te ayudo, puedes quedarte pero yo me iré a Antofagasta en dos días más. — lo miro y hace una mueca. — Podrías quedarte acá o puedes llamar a tus amigas y te quedas con ellas.

— ¿Y si me voy contigo?. — murmuro y nieto rápidamente. — No, lo siento, no puedo hacer eso.

Él me mira y se levanta, toma mis manos y me levanta también.

— Ve a dormir, mañana lo conversamos mejor, ahora estás cansada y noté que te duele el estómago. — asiento. — Anda a mi pieza, es muy cómoda.

— ¿Y tú?.

— Yo duermo en la de invitados, no te preocupes.

Tomo mi mochila y camino a la habitación, dejo la puerta abierta y mi mochila la coloco a los pies de la cama, me recuesto en la cama y cierro los ojos.

Logré salir.

*****

Dejo las tazas con café sobre la pequeña mesita y voy a la cocina dejando las tostadas sobre un plato, las llevo a la mesa y las dejo sobre ellas.

—¿Qué es todo esto?. — miro hacia delante y es Erick.

— El desayuno. — le digo.

— No es necesario, normalmente pido servicio a la habitación.

— Oh. — murmuro mirando la mesa. — ¿Entonces lo boto?.

—¿Qué? No, se ve todo muy rico, pero no tenías por qué hacerlo. — se sienta en una de las sillas y se lame los labios. — Muchas gracias.

Juego con mis dedos de las manos y me siento frente a él, tomo mi taza y le soy un sorbo al café.

— Uhm. — lo miro y está buscando algo. — Ya vuelvo.

El Mino De Los Tatuajes. [Erick Pulgar] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora