Suelto una pequeña risa mirando a la Isi y a la Gabi, tienen puesto en Youtube uno de los bailes del Just Dance y la verdad es que no son muy buenas, pero dan lo mejor.
Vuelvo a mirar hacia la Vale que está limpiando mi herida, me pusieron unos puntos al ser el corte tan grande así que ella ha estado como por diez minutos desinfectando todo y curando ésta.
Hago una mueca cuando aprieta suavemente la herida y coloca el parche resguardando la herida.
— Gracias. — le digo y ella me sonríe levantándose.
— De nada, son quinientos mil, bella. — me rio mirándola y ella me tira un beso. —Dime si te duele o algo y te ayudo.
— Si, obvio. — le respondo y veo que va a bailar con las demás.
Al final no me he ido de Antofagasta, ha pasado una semana desde que estuve en el hospital y las chiquillas querian estar conmigo y ver que estuviera bien.
Si me iré, en dos semanas tal vez, pero me iré, tengo pensado ir a España, cuando era chica recuerdo que unos familiares de mis padres se fueron a vivir con sus hijas, yo era muy amiga de ellas y tal vez los encuentre por allá.
No soy buena con el inglés, a penas hablo bien el español, así que prefiero ir a un país en donde entienda todo y que pueda comunicarme realmente bien con la gente.
El Erick no está feliz, lo he notado, o sea está feliz de que he avanzado y que estoy saliendo de ésta, pero sé que en el fondo no quiere que me vaya.
Antes de ayer estábamos viendo una película con la Paola que nos vino a visitar, ella estaba muy feliz de conocer a mis amigas así que literal jugamos todo el día en la Wii y en el Play y en la noche ya estaban todas durmiendo en vez de ver la película.
Con el Erick nos quedamos despiertos y me propuso que me fuera con él a Italia, me dijo que él tenía su equipo de fútbol allá y que hace rato pensaba en pedírmelo pero no sabía cómo.
En el momento me pareció una buena idea, pero después de pensarlo bien le dije que no. Fui la sombra de un hombre por dos años, fui el títere de un hombre por dos años y no quiero que nadie más me trate así, como un juguete.
Sé que el Erick es una increíble persona y haria muchas cosas solo para verme feliz, pero me gustaría aunque sea por solo una vez ser la mina que era antes de conocer al Ignacio.
Ser la hueona que su lema de vida era "La que no es puta no disfruta", decir en cada momento que de algo hay que morir, atreverme a hacer hueas que ni en sueños pensé que lograría. Quiero ser esa mina otra vez.
Erick no me quitaría esos sueños, pero de una u otra forma yo me sentiría mal por depender de alguien más. Cuando le dije mi respuesta él se enojó.
Me dijo que no quería perderme otra vez, que quería estar conmigo y yo quedé en shock, yo sé que le gusto y él también a mí, pero no estoy lista.
En ese momento me quedé callada sin contestarle y él simplemente se levantó y se fue a dormir; me sentí mal por eso, por que yo también quiero estar con él, pero no en éste momento.
Él ahora está en la casa de su mamá, me hubiese encantado ir pero no quería dejar a mis amigas solas y él tampoco me invitó.
Así que aquí estoy, me siento como si hubiese pasado un camión sobre mí, pero no quiero hacerlo notar, quiero disfrutar estos días con mis amigas.
Me levanto caminando hacia el living donde están todas aun bailando y me siento en el sillón mirándolas.
— ¡Dale, Vane! Ven pa acá. — me dice la Isi y niego mirándola.
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El Mino De Los Tatuajes. [Erick Pulgar]
General Fiction"Siento sus manos bajar por mi cuello mientras me sigue besando contra la pared, escucho la música de fondo y los gritos de emoción de la gente pero estoy más concentrada en el hombre que está comiéndose mi boca. Me separo por unos segundos quitándo...