11.

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ERICK PULGAR.

— Ya, pero con una condición. — le digo sonriendo.

Ella me ve con los ojos entrecerrados y le da un sorbo a su vaso de agua.

— Uhm, no me gustan las condiciones. — dice y me rasco la mejilla pensando.

— Pero si ambos ganamos. — le respondo y acerco mi cuerpo más a la mesa. — Por favor.

— ¿Cuál sería la condición?. — alza una ceja.

— Mira, yo te dejo ganar pero solo si tenemos una cita. — ella niega y mira las cartas que tiene en la mano.

— No me convence. — sonrío.

— Pero si ambos vamos a tener lo que queremos. — me mira y se muerde el labio.

No antoje.

— Uhm, okay, pero me tienes que dejar ganar. — me apunta con su vaso y luego le da un sorbo.

— Si, obvio. — sonrío.

Ella saca una carta del mazo de la mesa y la coloca en sus cartas, me mira sonriendo y entrecierro mis ojos hacia ella, separa sus cartas y coloca las tres escalas sobre la mesa.

Puta la hueá.

— Oye, se supone que yo tenía que dejarte ganar. — la miro y saco una carta del mazo, no me sirve.

La boto y ella se ríe suavemente sacando una carta de la mesa, la mira y luego a mí.

— Lo siento, es que soy muy buena en este juego y tu eres pésimo, además revolviste horrible y me salieron las dos escalas de una. — sonríe y bota un cuatro de diamantes en su escala.

La otra carta que tiene en la mano la bota al revés sobre el mazo de la mesa.

— Puta oh. — ella se ríe y pone sus codos en la mesa apoyando su cabeza en sus manos.

— Lo siento, parece que no tendrás tu cita. — la miro y dejo las cartas en la mesa cruzandome de brazos.

— Pero ganaste.

— No gracias a tí. — sonríe y me saca la lengua.

Niego sonriendo y me levanto de la silla yendo a la cocina.

—¡Era sin enojarse!. — la escucho y me río devolviéndome con un posillo de papitas.

— No estoy enojado, lo juro. — asiente terminando de beber su agua y se levanta estirandose. — Juguemos algo más.

— Sea lo que sea te ganaré. — se cruza de brazos y me rio negando.

— Imposible. — saco una papa y me la como.

— Ponme a prueba. — la miro y asiento acercándome a ella.

— Okay, okay, como digas. — estiro mi mano hacia ella y la mira confundida. — Si yo gano, te llevaré a una cita y también tendrás que aceptar el teléfono que te regalé.

— Y sigues con eso. — se ríe levemente y toma mi mano apretandola. — Okay, pero si yo gano, devolverás ese teléfono a la tienda y te tendrás que meter al mar con tu ropa más cara.

Asiento estrechando su mano y ella me mira entrecerrando sus ojos, le sonrío y suelto su mano.

— Trato.

— ¿Y qué jugaremos?. — pregunta acercándose a la mesa donde hay cartas uno.

— Fútbol. — digo y ella me mira con los ojos abiertos.

El Mino De Los Tatuajes. [Erick Pulgar] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora