Estoy muy nerviosa, no sé qué hará Ashton y eso me está desquiciando. De pronto, toma unas esposas que no sé de dónde ha sacado y me las pone por delante de mi cuerpo. Me dan ganas de reírme. ¿No se da cuenta que así puedo seguir moviéndolas? Él parece saber lo que pienso, ya que se ríe entre dientes y entonces mete su cabeza entre mis brazos, quedando más pegado a mí, aumentando el roce de nuestras entrepiernas, lo que provoca que suelte un gemido.
Él vuelve a reírse, pero esta vez más suave, y luego acerca sus labios a los míos. Me quedo paralizada. Quiero que me bese y que haga lo que quiera, ya no soy capaz de pensar en nada más que en él y de seguir todos sus movimientos con atención. Él lo sabe, y sonríe con suficiencia, lo que me hace odiarle aún más, pero en vez de besarme, roza sus labios con los míos con sensualidad, que me provoca un jadeo. Saca su lengua y con un golpecito de aquel rosado y húmedo apéndice, toca mi labio inferior y yo misma relamo mi labio después y lo muerdo hasta dejarlo hinchado y de un color rojo, todo ello sin dejar de mirarle a los ojos. Vuelvo a sacar la lengua y esta vez soy yo quien roza sus labios con ella, provocándole un pequeño gruñido que hace que mi piel se erice.
-Así que a la señorita Thompson también le gusta jugar... -susurra con aquella voz ronca que acabaría volviéndome loca. Ríe levemente y no entiendo por qué, hasta que me doy cuenta que estoy acariciando su pelo, entonces paro-. Ya que te gusta jugar, juguemos.
Aquello me asusta un poco, pero entonces sus labios van hasta mi mandíbula y rozan la piel, y sus caderas vuelven a rozar las mías, haciéndome sentir la dureza que Ashton guarda en los pantalones, provocada por mí, o al menos eso creo. Aquel bulto se pega justo en mi entrepierna y tomo de nuevo su pelo entre mis manos para evitar gemir, sin embargo, noto una dulce y sensual succión en mi cuello y un movimiento más rápido de sus caderas, que no paran de rozarse con las mías.
Ya no me molesto en ocultar mis gemidos ni en tirar de su pelo a mi antojo. Él tampoco deja de morder, lamer y marcar mi cuello una y otra vez, moviéndose cada vez más rápido, soltando de vez en cuando algún gemido por el roce de las telas y nuestras entrepiernas.
No sé cuándo ha puesto las manos en mis caderas para sujetarme, porque yo también me estaba moviendo para rozarnos con más intensidad, pero entonces él se pega por completo a mí, sin separarse un centímetro. Sus acciones se vuelven más duras y continuas, su cadera se mueve cortamente, pero de forma rápida, y los mordiscos en mi cuello son un tanto más intensos. Hace rato que no soy yo misma, pero empiezo a temblar de puro placer, gimiendo sin pausa, notando como poco a poco, con aquel intenso roce, me acerco al orgasmo.
Ashton detiene su frenético vaivén y se separa sonriendo con malicia. Le miro confundida, sonrojada, desesperada, al borde del abismo.
-Se acabó el juego, nena -susurra y abro los ojos como platos, sin entender nada.
-¿Qué? Pero... si iba a...
-Lo sé -me interrumpe aun con esa estúpida sonrisa que, de verdad, estoy empezando a odiar con toda mi alma-. Dije que jugaríamos. Ahora serás tú la que venga a por más...
No me dio tiempo a hablar, porque entonces salió de la habitación, y no sé cómo, yo estaba atada al cabecero de la cama.
-¡Ashton! -le grito, y entonces, como con un pestañeo, despierto en mi habitación con la ropa sudada y la respiración acelerada. Enciendo la lamparita que hay a mi lado, y compruebo, en efecto, que todo aquello fue un sueño. Ashton nunca estuvo en mi cuarto, al menos no aquella noche, pero yo había soñado que sí, y que habíamos tenido un jueguecito muy erótico-. Pero... ¿qué...?
-Lena -me llama una voz y giro la cabeza para ver a Rose, que me mira entre asqueada, divertida y sorprendida. Sí, una mezcla muy rara-. ¿Estabas teniendo un sueño húmedo con Irwin?
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Bully (Ashton Irwin Fanfic)
FanfictionA Lena no le gusta malgastar su preciado tiempo. Ashton solo quiere divertirse. ¿Pero sabéis que? Que, quien no arriesga, nunca conseguirá ganar nada.