Bully (Ashton Irwin Fanfic)

Capitulo 10

Lo primero que hago es buscar a Luke, porque tiene que estar por algún lado en este infinito y angosto sitio. ¿Cómo es posible que haya tantas clases?

Tras cinco minutos, lo encuentro, en uno de los pasillos, guardando las cosas en su taquilla, y tiro de su camisa para hacerme notar. Él mira ligeramente hacia abajo y hace una leve mueca.

-Te dije que...

-Es importante -le interrumpo, antes de que diga nada más, y su expresión cambia a una de preocupación-. Es sobre Irwin.

-Dispara -dice con seriedad cerrando la taquilla, y yo miro un par de veces a los lados para asegurarme de que no viene nadie.

-Cuando volvimos corriendo anoche, Ashton me llevó a su cuarto...

-¡¿Qué?! -pregunta un tanto pálido, interrumpiéndome.

-Sshhhh -dije nerviosa, esperando que nadie nos oyera-. Solo me dijo que me iba a hacer la vida imposible por haberle jodido el polvo. Y luego...

-¿Luego qué? -pregunta Luke, cada vez más agobiado.

-Dios, deja de interrumpirme -gruño molesta y me aparto el pelo de la cara-. Luego me fui a dormir, y soñé que él... -la voz se me entrecorta-. Dios, soñé que me provocaba, me tocaba, me rozaba -la boca de Luke se abre y parece que le va a caber un barco entero-. Cierra el buzón, Hemmings. -espeto, sin ganas de que me suelte una charla o que se ría.

Cierra la boca al instante y finge recomponerse, apoyándose en las taquillas, antes de decir:

-¿Acabas de decirme que has tenido un sueño húmedo con Ashton Irwin?

-¿Por qué no lo dices más alto? Creo que en la planta de arriba no te han oído -gruño yo, bastante molesta, cruzándome de brazos.

-Es que... No sé. Creí que lo odiabas -se encoge de hombros y se aparta de las taquillas para caminar hacia una clase. Iba a decirle algo, pero se va, dejándome con la palabra en la boca.

Me giro y dejo en mi taquilla un par de cosas... Ya que estaba ahí, aprovecharía la ocasión. Oigo pasos, y pensando que es Luke, le digo:

-¿Qué? ¿Te has dado cuenta de que es de mala educación dejar a alguien con la palabra en la boca? -pregunto en tono burlón y me aparto de la taquilla, justo a tiempo antes de que alguien la cierre, sobresaltándome- Oye... -comienzo, pero me interrumpo a mí misma al ver la sonrisa burlona de aquel chico que me sacaba de mis casillas.

-Vaya, vaya, vaya... -empieza, apoyando la mano en mi taquilla y acercándose peligrosamente a mí-. Así que la señorita Thompson tiene sueños húmedos... conmigo, ¿eh? -su sonrisa maliciosa, esa que tanto me asquea, se agranda, y ya su cara queda a unos pocos centímetros de la mía.

No puedo moverme. Estoy paralizada... ¿es que lo había oído todo? Joder. Si ya me molestaba normalmente, aquello iba a ser mi ruina. ¡Siempre conseguía meterme en líos sin razón aparente! ¡Y además sin buscarlos!

Aparto la cara y miro el suelo. No soy capaz de levantar la mirada y posarla en sus ojos color hazel... bajarla un poco hasta el piercing que llevaba hace poco... ¡para, Lena! ¡Para!

-Déjame en paz, Irwin... no iba a meterme más en tu vida. Me ha quedado suficientemente claro que me odias -me cuelgo la mochila correctamente al hombro y muevo mi pie de forma nerviosa. Él suelta una risita, lo que provoca que yo apriete las mandíbulas-. Solo déjame en paz.

-No, preciosa -ahí estaba ese mote con el que me llamaba justo antes de hacerme algo de lo que me iba a arrepentir... como lo de la fiesta-. Te dije que te apartaras de mis asuntos. Y no lo hiciste... ahora, voy a cumplir mi promesa de conseguir que te largues de aquí. Y creeme, pienso conseguirlo antes de Navidad... -hace una pequeña pausa en la que se aparta adoptando una postura erguida-. Puede que lo consiga antes de Halloween. Todo depende de ti y de tus ganas de quedarte, preciosa.