Capitulo 7

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Cerca de las doce de la noche, Luke y yo ya estamos agotados, él prácticamente babea sobre su libro y antes de despertarle, le hago una foto con mi móvil, simplemente para chantajearle por si algún día lo necesito. Le remuevo y él abre sus inmensos ojos azules para mirarme, entre molesto y agradecido. Debe de dolerle el cuello o la espalda debido a la postura.

-Bello Durmiente, nos vamos a la cama -le informo mientras recojo mis cosas y las guardo en mi mochila.

Él ríe roncamente, desperezándose en la silla y antes de hablar, suelta un gran bostezo.

-Creí que nunca me lo pedirías, muñeca.

Le empujo levemente, algo sonrojada y él se echa a reír a carcajadas, así que me veo obligada a callarle poniendo una mano en su boca.

-Es tarde Luke, no hagas ruido -le advierto mientras cierro la cremallera de mi mochila y me la cuelgo al hombro.

Él recoge más rápido de lo que le he visto hacer a nadie y se cuelga la mochila al hombro al igual que yo. Suelta otro bostezo antes de echar a caminar hacia la salida. Una vez vamos caminando por el campus, él me mira, y yo tengo que alzar la mirada para juntarla con la suya, ya que es bastante más alto que yo.

-Te... ¿he dicho ya que tengo novia? -sus mejillas, a pesar de que estamos prácticamente a oscuras, únicamente iluminados por farolas situadas en el césped cada cinco metros y la luz de la luna, se tiñen de un rojo luminoso y sus dientes proceden a morder de forma nerviosa su labio inferior.

-¿En serio? -Exclamo en un susurro, ya que no me gustaría despertar a nadie y tener más problemas-. Eso es genial, Lukey -le sonrío con amplitud y él sonríe más tranquilo, soltando su labio-. ¿Cómo se llama?

-Es un secreto -susurra también y yo frunzo el ceño, él ríe y alza las manos-. No me mates, vendrá para Halloween, te la presentaré entonces, quiero que sea sorpresa.

-Sabes que odio las sorpresas -le digo con reproche y él abre la boca para quejarse, cuando ambos oímos un gemido proveniente de detrás de un árbol, situado a unos cuantos metros más adelante. Nos callamos al instante y yo me aferro al brazo de Luke, entre avergonzada y divertida. Él me mira, con la misma expresión y se lleva un dedo a los labios, para indicarme que no haga ruido-. No, Luke, eso está mal... -empiezo a decir en un susurro casi imperceptible, pero él no me oye, o al menos parece no hacerlo, ya que tira de mi brazo y camina silenciosamente hasta un metro más atrás del árbol, donde los gemidos se oyen con más intensidad.

-Sin novia, y sin poder ver porno, ¿crees que pienso quedarme sin ver una sesión de sexo? Ja -me explica en un susurro casi tan bajo como el que yo usé segundos atrás y le miro, asqueada y sorprendida, soltando su mano rápidamente. Él aguanta la risa-. Uso la otra mano, tranquila.

-Eres asqueroso -le espeto haciendo una mueca y él no puede evitar sonreír mientras saca su móvil. Le detengo el brazo mirándole seria y le regaño susurrando-. Una cosa es que te quieras "alegrar" a su costa, y otra es que lo quieras hacer todos los días.

Sin embargo, él solo rueda los ojos y guarda el móvil. No creo que sea por lo que le he dicho, sino porque tendría que usar el flash para poder grabar con esta oscuridad y no quería arriesgarse a que nos descubrieran. Sin embargo, se mueve un par de metros hacia el lado y, por su cara, sé que lo que está viendo parece digno de ver y sobretodo de sentir, y no puedo evitar ponerme de puntillas para ver por encima de él, pero no veo nada, así que me muevo un par de metros hacia un lado, donde, en efecto, veo una pareja.

La chica tiene sus cabellos pelirrojos esparcidos por el césped y sus labios están entreabiertos, mientras que su cara se contrae de placer. Lleva toda la ropa puesta, aunque su falda está levantada e imagino que su ropa interior desaparecida en algún rincón de su alrededor, sumida en las sombras. Probablemente se vaya a la cama sin ella.

Él tiene la cara entre las piernas de ella, escondida bajo la falda de la chica. De pronto, saca su cabeza y mira a la chica con lascivia, sin percatarse de nuestra presencia. Desabrocha sus pantalones y los baja con una rapidez tremenda, sin duda, adquirida con la experiencia. Busca algo en el bolsillo trasero de estos y saca un preservativo, el cual abre con la boca y lo pone con habilidad sobre lo que tiene entre las piernas, que gracias a Dios, no consigo ver debido a la luz.

-Joder... -dice él con un gruñido cuando adelanta sus caderas y no puedo evitar abrir los ojos como platos. Conozco esa voz, de hecho, esa voz no ha abandonado mi cabeza ni un segundo desde que la oí por primera vez: es la voz de Ashton.

-Vámonos -le insisto a Luke en un susurro, pero él niega y sigue asomado para espiar a la pareja-. ¡Luke!

Tapo mi boca con rapidez, y miro a Luke en busca de ayuda, que se pone tan pálido como yo.

-¡¿Quién está ahí?! -gruñe la voz ronca de Ashton. No sé si debido a la excitación o al enfado que ha tenido que producirle que alguien le interrumpiera.

Echo a correr con todas mis fuerzas hacia el edificio principal, oyendo a Luke solo unos pasos por detrás de mí. Siento el corazón latir desbocado en mi garganta, casi como si se me quisiera salir por la boca, las mejillas encendidas debido a la carrera y mi cuerpo temblar estrepitosamente por la adrenalina que recorre mis venas. No dejo de correr hasta que no estoy encerrada en mi cuarto, con la puerta cerrada con llave y mi espalda pegada a la madera de esta.

Rose se incorpora en su cama rápidamente y me mira preocupada.

-Lena, ¿has visto un fantasma?

-Casi -susurro con dificultad y con la respiración agitada. Cierro los ojos y apoyo la cabeza en la puerta intentando tranquilizarme. Sin embargo, mis intentos son en vano, ya que oigo unos fuertes golpes en la puerta, lo que hace que mi cuerpo vuelva a tensarse y dé un respingo asustada.

-¡Abre la puerta! -es él, de nuevo, y se oye más enfadado de lo que nunca ha estado... al menos conmigo.

Rose parece casi tan asustada como yo y sus golpes son tan fuertes que parece que en cualquier momento se va a romper la puerta. Los profesores tienen que estar oyendo todo el barullo, y no estoy dispuesta a que me inculpen por algo que está haciendo él, así que abro la puerta y le miro, intentando sostener la mirada.

Abro la boca para explicarle, pero él me toma del brazo y tira de mí hasta lo que creo que es su habitación. Una vez dentro, me empuja a la cama y me quedo paralizada, sin poder moverme o hablar, temiéndome lo peor.

-¿Tienes idea de lo que has hecho? -me dice con tanta furia que no puedo evitar que un temblor me recorra. Se acerca a mí y tengo que apretar los labios para que no se me escape un sollozo. Me mira a los ojos: sus pupilas están dilatadas, quizá por la furia que contienen, quizá por la oscuridad que se apodera de la habitación, o quizá por la excitación que sentía minutos antes- Te odio.

Frunzo el ceño, no es que esas dos palabras me afecten, pero las dice con tanto asco y furia que siento que es verdad: me odia, con todas sus fuerzas y poco a poco, el mismo sentimiento se apodera de mí, pero no soy tan valiente como para imitar sus palabras, pero si para sostenerle la mirada.

-Ten por seguro que te vas a arrepentir, Lena Thompson, te las voy a hacer pagar muy caras el haber venido aquí, y no voy a parar hasta que te vayas -susurra con la voz rasposa-. Voy a joderte la vida, ¿me oyes?

Esta vez sí, me recorre un escalofrío por la espalda y trago saliva, aun sin poder decir nada en mi defensa o siquiera empujarle para poder irme.

Bully (Ashton Irwin Fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora