Bully (Ashton Irwin Fanfic)

Capitulo 11

Faltan un par de horas para la fiesta de Ashton. No me he atrevido a abrir los cajones de mi mesilla para no encontrarme con lo que me había preparado, y mientras Rose se prepara en la habitación de sus amigas -porque yo misma le pedí un momento a solas-, me debato internamente en si debo ir o no. Finalmente, decido que de perdidos al río, por lo que abro el cajón de la mesilla y lo primero que me encuentro es una peluca pelirroja, lo que me descoloca por completo. Junto a ella, hay una pequeña nota que me cuesta leer por la mala letra que tiene Irwin.

"Tengo un fetiche por las pelirrojas. No me juzgues y póntela.

Atte: Ash XX"

Ahora todo cobraba más de sentido, pues el día que pillé a Ashton con una chica, recuerdo a la perfección que esta tenía el pelo rojo... pero después, en el baño, la chica era rubia. Todo muy extraño.

Voy al pequeño aseo del cuarto y me recojo el pelo antes de ponerme la dichosa peluca. Tampoco me veía tan mal con el pelo de un color tan... ardiente. Además, la peluca no era de esas baratas. Casi parecía mi pelo real.

Vuelvo a la habitación y abro el cajón inferior al que abrí antes, descubriendo un corto vestido azul de palabra de honor. Hago una mueca al instante. Rezo para que no me haya comprado tacones. Los odio. Me pongo el dichoso vestido y bajo este veo que, efectivamente, hay un par de tacones de una altura exagerada que voy a "olvidar" ponerme, por lo que en vez de eso, me pongo unas sandalias con un poco de tacón.

Tras maquillarme y todo el proceso, me pongo la máscara de color negro que Ashton dejó en el cajón y bajo corriendo. Pero algo hace que me detenga en mitad de la escalera: Rose está ahí parada con sus amigas.

Con el miedo instalado en el cuerpo, me estiro y alzo la cabeza, adoptando una pose altiva y orgullosa, como la que adoptan las amiguitas de Ashton. Bajo escalón a escalón, cada vez con el pulso más acelerado, pues no sabía si Rose me descubriría o no, y cuando llego a su lado, la empujo levemente con el hombro.

-Quita de en medio -digo, cambiando mi voz y haciéndola más aguda y nasal. Oigo como ella y sus amigas se apartan y suben las escaleras refunfuñando y más tranquila, salgo al campus de la universidad.

-Estabas tardando -me reprocha alguien a mi lado. Giro la cabeza y le reconozco al instante, pues jamás podría pasar por alto sus ojos hazel.

-Cállate, Ashton. Era la primera vez que me ponía lentillas y casi me saco un ojo -digo de malhumor y echo a andar a su lado. Ni si quiera me había tendido el brazo para parecer caballeroso- ¿Prefieres ir a una cita con una tuerta o con una tardona?

No dice nada, por lo que sé que llevo razón y él no quiere dármela. Al menos eso hace que me sienta más segura.

-Recuerda cómo tienes que comportarte en la fiesta: nada de ese humor mordaz y ese sarcasmo -dice, abriendo la puerta del coche y esperando a que me metiera.

-Oh, por supuesto Ashton -digo, imitando la voz de la estúpida rubia con la que estuvo apunto de acostarse y consigo sacarle una leve sonrisa.

Ya en camino a la fiesta, Ashton pone música y comienza a cantar. No sabía que lo hacía hasta ahora, por lo que me quedo mirándole sorprendida durante un rato. Cuando la canción acaba, él me mira sonriendo mordaz y luego vuelve a poner los ojos en la carretera.

-Como ves, estoy cumpliendo mi parte del trato -dice de pronto y me veo obligada a mirar a otro lado, pues seguía observándole como embobada-. Pero puedes mirarme, no tengo problema ninguno. Ya sé que soy demasiado guapo.

Resoplo y él suelta una carcajada.

Bajamos después del coche una vez aparcamos, y me lleva, esta vez agarrados del brazo, hasta su casa. La música se oía desde fuera.