Capitulo 6

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No sé si pedirle amablemente que se vaya o sacarle de mi habitación a patadas. La primera servirá por ahora.

-Ashton, o te vas o te juro que te saco a patadas.

-Oh venga, yo que venía a disculparme por el comportamiento de ayer... -noto como se sienta en mi cama, ya que esta se hunde bajo su peso y las ganas de pegarle se apoderan de mí. ¿Disculparse? No le iba a perdonar ni aunque pasaran mil años.

-Que te vayas -repito en un suspiro, ya cansada de la situación y sobretodo de él.

-Está bien, me voy -su voz es ahora cortante y fría. Se levanta del colchón ya que este deja de hundirse-. Pero que sepas que lo de ayer fue solo el principio -susurra en mi oído lo que me provoca un escalofrío y un temblor en todo mi cuerpo a pesar de que intento disimularlo.

-¡Ashton, que te vayas! -grito y le oigo reír mientras se va. Después la puerta se cierra.

Me incorporo despacio, por si acaso era mentira y aún seguía en la puerta plantado, pero al ver que estaba sola, todo el aire que había mantenido, sale de mi boca lentamente.

Ya más calmada decido tumbarme de nuevo poniendo la almohada sobre mi cabeza y estaba empezando a quedarme dormida, de nuevo, cuando oigo la puerta abrirse de nuevo. ¿Hoy es el día internacional de molestar a Lena?

Oigo la voz de Luke que me llama, lo que me reconforta un poco. Soy capaz de sacar mi cabeza de debajo de la almohada para mirarle con una pequeña sonrisa. Necesitaba a mi mejor amigo de la infancia y ahí estaba él.

-¿Qué tal Lukey? -me incorporo sin quitar la sonrisa de mi rostro, pero en su cara solo hay confusión y enfado- ¿Qué ocurre?

-Ni Lukey, ni mierda, te dije que no te acercaras a Ashton y solo se te ocurre presentarte en una fiesta suya, muy lista, Lena -frunzo el ceño por el tono de voz que está utilizando y él también lo hace al ver mi expresión. Como cuando éramos pequeños: cuando uno se enfadaba, el otro también-. Y no te hagas la idiota, te vi ayer llegar con Rose.

Quizá no debí haber ido, y si, quizá debí hacer caso a sus consejos, pero no permitiré que me hable así. Además, si nos vio llegar, significaba que también estuvo en la fiesta y que vio todo lo ocurrido con Ashton, y no fue capaz de ayudarme. Mi enfado era cada vez mayor, y se notaba en mi cara, contraída en un mohín: el ceño fruncido, los puños apretados, las mandíbulas apretadas, la boca ligeramente torcida, como en una falsa y soberbia sonrisa y mis mejillas completamente encendidas de rabia.

-¿Y qué pretendías, Luke? ¿Que mientras todos os divertíais yo me quedara aquí aburrida? Que injusto eres –resoplo, dejando más que claro mi desacuerdo.

Le oigo suspirar.

-Claro que no es justo, pero ya te dije que no te acercaras a Ashton y no haces otra cosa que ir a una de sus estúpidas fiestas... –gruñe y yo frunzo el ceño. En otra situación, me parecería gracioso, ya que esto parecía una competición para ver quién parecía más enfadado con el otro.

-Si tan estúpida te parecía, ¿por qué fuiste exactamente? –he llegado a un punto en el que me da igual que se enfade conmigo; su reacción me parece realmente injusta. Entiendo su preocupación, pero no puede pretender que me quede de brazos cruzados.

-Claro que no iba a quedarme aquí como un tonto, no hay nada que hacer aquí -suelta casi gritando.

-¿Y pretendías que yo si me quedase? –Bufo bastante alterada- Bien, Luke, lo estás arreglando.

Le oigo suspirar e imito su acción, soltando todo el aire que había cogido.

-Lo siento ¿vale? Pero me cabreó aún más que salieras del local de aquella forma, como si te hubieses magreado con cualquiera.

Mis ojos se abren como platos, palidezco y pestañeo atónita, quedándome unos segundos casi en shock. Luke no puede haber dicho eso, no puede pensar así de mí, sabe perfectamente que yo no soy así, ¿de verdad me ve capaz de ello? ¿Con magrearme con el primer tío que veo en una fiesta?

-Vete –le espeto, ya fuera de mis casillas, furiosa, con los puños tan apretados que estoy clavándome mis uñas en las palmas de mis manos- ¡Fuera de mi habitación, ya!

-Lena... saber que no quería dec.... -le interrumpo con otro grito furioso.

-¡Que te largues! –cojo la almohada y me giro para tirársela, pero en ese momento la puerta se abre, mostrando a una Rose desconcertada y algo sorprendida.

-Si queréis puedo irme un rato, no me import... -niego rápidamente, interrumpiéndola a ella también.

-Tranquila Rose, Luke ya se iba ¿a que sí? -le sonrío falsamente al interpelado y él entrecierra los ojos, dándose la vuelta y marchándose, cerrando la puerta con cuidado. Me tumbo en la cama cerrando los ojos, escondiendo la cara de nuevo bajo la almohada.

-Lena…

-Ahora no, Rose –le digo en un tono frío. Oigo un suspiro proveniente de ella y después como los muelles de su cama se quejan al sentir sobre ellos el peso del cuerpo de mi compañera de cuarto.




Horas más tarde, saco la cabeza de la almohada. Miro a mi lado y veo a Rose plácidamente dormida, arropada con las sábanas. Prefiero no molestarla, así que cojo mi mochila en silencio y bajo hasta la biblioteca.

Ni si quiera me he mirado en el espejo, pero no debo de tener muy buen aspecto después de haberme pasado tres horas llorando en silencio y con la cabeza bajo la almohada. Me peino rápidamente con las manos, haciéndome una escueta coleta baja. Cuando llego a la biblioteca del campus, miro el reloj de mi teléfono: pasan de las diez de la noche y obviamente, no hay nadie en la amplia sala repleta de libros, puesto que las clases acaban de comenzar y no hay nadie con deberes atrasados o exámenes importantes que estudiar a última hora. Aun así, me siento en la mesa más al fondo que hay, escondida entre un par de estanterías llenas de libros sobre la historia de la música. Introduzco la clavija de mis auriculares en mi teléfono y después pongo estos en mis orejas, para después dar un par de suaves golpecitos a la pantalla de mi pequeño aparato electrónico y empezar a escuchar mi música favorita.

No, yo tampoco tengo tarea atrasada, pero aun así, no estoy aquí por nada, me prometí a mí misma que sacaría las mejores notas de mi curso para poder demostrarles a mis padres que esto era lo que quería, así que me dispongo a subrayar algunos apartados importantes en mis libros y a anotar las cosas más importantes un par de folios, para recordarlo más fácilmente.

Casi había olvidado que para esto estaba aquí, no para absurdas fiestas ni discusiones con estúpidos abusones como Ashton, sino para sacar partido a mis dotes musicales y poder cumplir mi sueño.

Sigo aborta en el libro cuando un bolígrafo llega rodando hasta mí, cayendo en mi regazo. Frunzo el ceño, confundida, y lo miro, agarrándolo entre mis dedos para después dejarlo en la mesa, de nuevo.

No habían pasado dos minutos cuando otro bolígrafo, distinto del anterior, vuelve a rodar hasta mí.

-¿Pero… qué…? –me quito los auriculares, dejando a un lado la música para centrarme en quién estaba tirándome los dichosos bolis. Alzo la vista y me encuentro con Luke, de nuevo, y su mirada de arrepentimiento que ya se me era tan conocida- Si vienes a que te perdone, olvídalo, rubito.

Él se sienta frente a mí, dejando todos sus apuntes y libros junto a los míos.

-Sé que te traté injustamente… y lo siento.

Hago una mueca y vuelvo a prestar atención a mi libro, escribiendo un par de cosas en él con el lápiz.

-Lena… -ambos suspiramos a la vez, lo que nos saca una pequeña risita, y me atrevo a mirarle a los ojos.

-Puedo defenderme sola.

-Pero no quiero que te haga daño…

-Ya te he dicho que puedo defenderme sola –le repito aun algo molesta y empujo sus bolígrafos, devolviéndoselos-. Tengo que estudiar, te dejo que me acompañes, pero es todo lo que conseguirás sacarme por ahora.

Él alza las manos en un gesto de rendición, pero con una pequeña sonrisa que intenta ocultar adornando su boca. Sabe que eso es un “perdón” de mi parte, y por ello abre sus libros y yo puedo reanudar mi estudio, volviendo a colocarme los auriculares sobre mis orejas.

Bully (Ashton Irwin Fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora