capitulo 8

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Días después.

victoria.

El sonido del celular insistente me hace abrir los ojos harta de escucharlo y tomarlo para contestar, algo borroso descifro que es Joel el que llama, me aclaro la voz y contesto.

—¿sabes qué hora es?, ¿no?, es mi hora del sueño mas te vale que sea algo importante o te juro que...

—mi abuelo falleció—escucho como sorbe la nariz.

—¿que?—me levanto—¿como?, ¿Qué pasó?—murmuro para no despertar al sujeto cuyo nombre ya olvidé.

Tomo mis cosas del suelo y salgo de la habitación para que el intento de RRPP que tengo siga durmiendo y no moleste, el foco se me prende y recuerdo que le dicen keno pero, neh no me importa, me dirijo a la sala mientras intento vestirme atendiendo la llamada.

—tuvo un infarto, ¿puedes venir?, te necesito por favor.

—claro que voy a estar contigo, ¿Dónde estás?—me doy por vencida, termino sentándome en el sofá, cómodo por cierto.

—en casa, aquí lo vamos a velar.

—bien, iré para allá, necesitas algo mas, que puedo hacer por ti—sujeto el celular con mi oreja y hombro para ponerme el jeans.

—solo quiero que vengas, es lo único que quiero que hagas por mi.

—okey, allá te veo—me pongo los tenis—no tardo—eso digo y todavía no me puedo ir de aquí.

—gracias.

—no hay de que, para eso estamos los amigos.

—me alegro de tenerte como amiga.

Cuelga y en ese instante recibo la llamada de mi abuelo, ¿ahora que?

—que pasa—reviso llevar todo.

—alístate que nos vamos, tu ex acaba de perder a su abuelo y tenemos que ir.

—ya sé, acabo de colgar de con él.

—paso por ti en media hora, no mas no menos.

—estem, no estoy en la casa—suprimo los labios, que bueno que es llamada o me vería toda roja de la pena porque ya sé donde se imagina donde debo de estar.

—saca tu trasero de donde estés, te veo en una hora, no me importa si estás del otro lado del mundo.

—okey, ya adiós.

(...)

Bajamos del auto rentado percatándonos de las personas que hay acompañando a la familia, alcanzo a ver a sus hermanos a los cuales me acerco que en instante que me ven no dudan ni un segundo y me abrazan, sollozan y la verdad es que comparto su dolor.

—gracias por venir—tiene los ojos irritados, Gabriel.

—no tienes porque agradecer, los comprendo y sé como se sienten en este momento al perder a alguien que amas mucho.

—gracias Victoria—se aparta Emanuel y sonríe tristemente, le limpio el par de lagrimas y me toma de la mano—mi hermano está adentro.

—pasen—cede israel.

Mi abuelo viene detrás de nosotros, y en la entrada se encuentra la señora teresa junto a la señora patricia y su otra hermana, me acerco y las abrazo dándole el pésame, me aparto y mi abuelo y mi padrino se acercan a hacer lo mismo y se queda platicando con ellas mientras Emanuel me lleva mas adentro en busca de su hermano el cual es la razón por la que me encuentro aquí, nos detenemos en el umbral de la sala y lo veo a él cubriéndose los ojos con las manos y apoyando sus brazos en las rodillas, su novia me ve pero no le dice nada, solo le sigue acariciando la espalda mientras le murmura no se cuanta cosa que no me interesa.

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