capitulo 17

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Joel

la dopada palmea el lado vacío de su cama por lo que me acerco, me siento y me quito el tenis antes de acoplarme a ella.

—lamento incomodarte pero llévame al baño, estoy viendo doble—se ríe.

—si, okey.

Me vuelvo a poner de pie rodeo la cama hasta su lugar, la tomo abrazando por las costillas ayudándola a ponerse de pie, duda en pisar ya que siente que se le mueve un poco el piso por lo que opto en tomarla en brazos y me fijo en la playera.

—esta playera es mía, ¿no?

—sipi, manché mi pijama de todos los días, porque nomas tengo una y la de frio, me dormí arriba de la mano la quise sacarla y me la lastimé ahora noemí la tiene remojando en no que tanta cosa para quitarle las manchas y yo me encontré tu playera y me la puse.

—bueno, siendo asi, te puedo regalar unas cuantas que ya no uso tanto, te pueden servir.

—gracias por el momento de caridad.

—no hay de que—la bajo en el umbral del baño—¿puedes?

—si, ya no estoy tan mariana, digo mareada.

—ya empezamos mal con el vocabulario, esos calmantes tienen severos efectos secundarios.

—ya estoy acostumbrada, no te apures—comienza a cerrar la puerta—no le voy a poner seguro por si quiero que entres a recoger mi cuerpo inerte porque no le atiné a la taza del baño.

—okey, aquí voy a estar por si no le atinas, solo te voy a robar el cargador, mi celular murió.

—si—cierra—por ahí debe de andar, ese cargador no tiene dueño.

—dicen que las cosas se parecen a su dueño.

—¿que dijiste?

—que a ver si lo encuentro.

—ahh.

Encuentro el cable y lo conecto haciendo que resucite volviendo a encenderse mostrando la batería cargándose, vuelvo a mi puesto al lado del baño cuando ella sale como si nada.

—¿ya tan pronto?

—falsa alarma, el dolor no fue por liberar a willy, fue por hambre.

—entonces que quieres comer.

—no lo sé, creo que es hora de vandalizar una cocina.

—Vamos—comienza a andar y la detengo—estás bien o sigues mariana.

—ya se me quitó lo mariana, ahora tengo hambre y eso es peor.

—bien pero que sea algo que pueda hacer yo solito, no te vayas a lastimar.

—apoco crees que noemí ha cocinado mis comidas.

—pues si, ¿no?

—es mala hermana.

Bajamos a la cocina y la obligo a sentarme mientras decide que es lo que gusta de comer pero nada la convence por lo que terminamos saliendo a buscar algo que cenar, ella aguarda en el auto porque apenas recordó que viene en pijama y por mi parte yo no la iba a dejar bajar con solo mi playera puesta me quiero ahorrar los golpes a los que se atrevan a faltarle el respeto.

Regreso al auto con el par de órdenes de tacos y regresamos a su casa.

—si esto me hace daño con el medicamento pues lo siento yo tengo hambre.

—no pasa de que te lleve al hospital, no te preocupes, disfruta tu gusto culposo ahora que puedes.

...

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