capitulo 11

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Joel.

Un chingo de tiempo después y un café con la recepcionista para echar chisme la niña se digna a salir, guarda un papel en su bolso y camina hasta detenerse frente a mi.

—¿ya?—bebo lo que me queda de café—¿todo listo?

—yap—responde— ahora si ya nos podemos ir.

—bueno, vámonos—tiendo la mano y me agarra el dedo meñique como niña chiquita—adiós Esme—me despido de la recepcionista que me hizo buena compañía.

—adiós, que les vaya bien, buen día.

—igualmente—corresponde ella.

Salimos del lugar, volvemos a subir al auto y me pongo en marcha, ¿me veré muy metiche preguntando que tiene?

—puedes llegar a la farmacia, porfa, tengo que comprar cosas.

—si claro no hay problema, ¿no hay análisis o esas cosas?

—no, todos bien, solo necesito medicamento para dolor y desinflamación.

—bueno, te voy a creer.

—¿Cuándo te he mentido?

—nunca, eres la persona mas sincera que he conocido, siempre dices las cosas de frente y nunca te las guardas.

—mi pecho no es bodega.

En la primer farmacia que me encuentro en el camino a su casa me detengo y ella baja yendo a surtir lo que sea que le hayan recetado y si le pregunto se va a enojar, deja su celular y el mensaje de su padrino aparece en la pantalla: "donde estás, te estoy esperando para irnos", ya veo porque no se quejó por dejar su auto, llegó con su padrino y ahora la busca para irse, después de unos minutos vuelve y le informo del mensaje que en seguida contesta, deja la bolsa del medicamento en su regazo y solo alcanzo a distinguir uno que dice para es para el dolor/cólico y los demás no los distingo bien entre la bolsa de hule, retomo camino y no me detengo hasta llegar a su casa, me estaciono detrás del mercedes deportivo rojo, su bebé.

—gracias—abre la puerta para bajarse.

—¿por salvarte de la muerte?, no hay de que, terca, ¿segura que vas a estar bien?

—si, solo tengo que descansar y ya.

—¿segura?

—segurísima, aparte Noemí vendrá mas tarde cuando recoja a mi sobrina del colegio, sola no me quedo si es lo que te apura—se baja.

—cualquier cosa llámame entonces.

—voy a estar bien—rueda los ojos riendo—no se vaya a enojar tu novia porque recibes llamadas de tu ex.

—no tiene por que, eres mi mejor amiga, se podría decir que eres la manager del quinteto sensación, eres todo tanto personal como laboral.

—vaya, tengo un mejor amigo hombre, bueno Adrián también es mi mejor amigo pero con él nunca llegaría a lo que llegué contigo.

—y yo tengo una mejor amiga mujer, genial ¿no?

—¿y tenemos que ponernos apodos de mejores amigos, salir o comprar las mismas cosas?

—si tu quieres, no me restrinjo a hacer eso.

—seamos unos mejores amigos normales, no unos básicos, hay que ser locos y ser nosotros.

—la originalidad ante todo.

—de que sirve aparentar algo que no eres, por algo somos diferentes—se encoje de hombros—ahora si ya vete que tu novia ya debe de estar buscándote con ojo de lupa y no te conviene que te encuentre conmigo, de por si creo que no le caigo bien y ni me importa no se me va a acabar el mundo por alguien.

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