capitulo 22

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Joel.

A falta de que Erick no quiere apartarse del video juego ni por un segundo porque cree que va a ganarle a Christopher pero no es así, siempre termina mordiendo el polvo por lo que el que tuvo que ir a atender la puerta fui yo, abro la puerta viendo de quien se trata, era vick junto a los pequeños, abro por completo la puerta cediéndole el paso.

—ya están listos para mover sus traseros al aeropuerto—cuestiona.

—si—responde Erick sin dejar de ponerle atención al juego.

—bueno, agarren sus cosas y vámonos que se nos hace tarde.

—no manches ¿y esos clones?—apunta a los mellizos que lo ven de mala manera, no lo conocen y ya lo odian como su madre la sangre llama como dicen.

—son mis hijos idiota—le increpa.

—como que tus hijos—tartamudea y me ve a mi— ¿eres papá?

—como que eres papá—interrogan a mis espaldas y volteo viéndola a ella asustada.

—no, claro que no, verdad que no victoria, míralos no se parecen a mi, ¿o si?—hasta dudé, ay dios, ah que hora los hice.

—ya quisieras que se parecieran a ti—responde Erick.

—no me ayudes—le murmuro entre dientes.

—entonces porque Christopher dijo que si eran tuyos—se cruza de brazos esperando una explicación.

—uno nunca sabe, quizás fueron novios hace años y nunca nos no lo dijeron, se reencontraron, volvieron a ser novios y ahora otra vez son ex novios—responde él.

—cállense que me los van a estresar y también a mi—los regaña.

—de tal palo tal astilla—habla Richard.

— y como se llaman estos peques—se acerca zab el niñero de todo niño que se le atraviesa, les tiende la mano—soy su tío zab, y ustedes son.

Ven a su madre y les hace seña de corresponder, daem es el primero en darle la mano.

—me llamo daem.

—y tu princesa—le suelta la mano al niño y se la vuelve a tender a la niña.

—celeste.

—mucho gusto niños, ¿Cuántos años tienen?

vuelven a ver a su mamá y ella los ve extrañada hasta que entra en razón.

—5 años—se pone ha hacer cuentas, tanto sin verlos ya se le ha olvidado que edad tienen—si, 5 años.

—los dos— los señala Richard curioso

—si, son mellizos.

—tu hija ya tiene nuevos amigos con quienes jugar cuando nos visite—lo codea chris—quien quita y daem sea tu yerno.

—mi hija no va a tener pareja—refunfuña richard.

—ni los míos.

Ambos se cruzan de brazos indignados.

—y quien fue el del gen mellizo—inquiere Chris nervioso.

—yo, ¿porque?

—aun sigues en tu posición de no quererte casar conmigo.

—si y nunca voy a retractarme, no me voy a casar contigo.

—ni puedes ser la madre de mis hijos?, es que te salieron bien bonitos que yo también quiero mellizos.

—mellizos ya no hago y aun así es un no, así que tomen sus maletas que ya hay que irnos al aeropuerto a la de ya, los veo en la camioneta, tienen 10 minutos—les toma la mano a los mellizos—y el tiempo corre.

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