Inicios

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Aquellos días fríos eran extrañamente cálidos, pero tenían un calor bonito.
Las prácticas de aquella selección se daban desde muy temprano y al terminar la mayoría salían a comer juntos.
Cuando llegó Gianluca fue completamente normal. Bromas, risas, todo era hermoso.
El italiano era diferente al anterior portador del 9 y todos lo podían notar. Aún le faltaba aprender bien el español, era lindo verlo intentar decir algunas palabras. En la tarde de su segundo día en aquel lugar, tomó confianza con sus compañeros y salió a beber un poco.

─Vamos pe'. Es solo un traguito.

─Te falta barrio bambino.

─Yo. Eh. No tomo mucho.

Bonito. Era lo que pensaba el más bajo. Intentaba formular oraciones simples y su acento lo hacía hermoso.

─Yaya. Déjenlo. Aún se tiene que acostumbrar. Demos un brindis con la inka.

Todos alzaron sus vasos llenos de la bebida gasificada que les encantaba.

─¡Por el nuevo número nueve! 

─¡Hurra!

Definitivamente. Le encantaba esto. Le gustaba el Perú. No lo conocían. Pero lo trataban como un hermano. Se podría acostumbrar a esto.

Número 9 | LapacuevaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora