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Los noticieros solo ignoraron el tema y los programas de chismes hacían su show. No hablaron mucho del tema. Al parecer respetaban bastante al deportista italiano.
Al poco tiempo Gianluca y Cris se mudaron juntos a una casa que consiguieron. Según el peruano tenía las tres b así que accedieron.
Claro que Gian también quería darle una sorpresa a su esposo. Estaban demasiado enamorados el uno con el otro.
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─No entiendo la necesidad de que me hagas esperar fuera de nuestra habitación porque está desordenada. Literalmente te veo las tangas cagadas.
─Solo será un ratito. ¿Bien?
─¿Seguro?
─Sí. Pasa cuando yo te diga.
─Bueno.
Pasaron exactamente tres minutos hasta que la voz del italiano habló. Un "Ahora sí. Entra." Se hizo presente. La puerta fue abierta con delicadeza dejando a Cris ver aquella sorpresa.
─Eres un tremendo hijo de puta.
─¿A-amor?
─Dios te amo tanto.
Ambos se abrazaron felices y se dieron un pequeño beso. Este era un siguiente paso.
