"De todas maneras te quedan pocos años. ¿Cierto? No podrías jugar de cualquier modo. Y esto es Perú. Dales plata o denuncialos públicamente y ya."
¿Que fue lo que había hecho? Había escogido mal. Muy mal. Tenía veintiocho años con suerte podía jugar siete años más y le tenía que restar los años de cuidado de las pequeñas y él. Era un m-preg. No era un embarazo cualquiera, este lo dejaría agotado. Su cuerpo necesitaría tiempo para recuperarse.
Recordó las palabras que le decía Gianluca cada vez que iban a dormir y le daba mimos. Su corazón gritaba. Lloraba por la pérdida de su amado.
Las pequeñas seguían inquietas. El olor de Gian se había desvanecido. Y eso agitaba a las bebés.
Gian. Gian. Gian. Llamaba. Esta era la tercera vez que lloraba desde que volvió a ver a Gianluca en los entrenamientos de la selección. Había estado en Italia así que hace poco que había regresado.
Trató de llamarlo. Le mandaba mensajes. Incluso lo seguía en los entrenamientos. No le hacía caso. Ni un solo "hola" simplemente eran completamente desconocidos.
Habían pasado dos meses y medio. Cristian tenía unos ocho meses de embarazo casi nueve. La fecha de la cesárea había llegado. Todo fue relativamente normal. Gianluca había llegado y lo hicieron pasar para que pueda ver a las bebés. Las lágrimas salían y caían.
─M-mis bebés. Mis hermosas niñas.
Las pequeñas se calmaron al sentir el tacto y el olor de su padre. Lo habían extrañado aunque fuera dentro de Cris.
Al levantarse Cristian se encontró con sus bebés en las pequeñas cunas y a Gianluca a un lado de estas. Se veía cansado. Parecía que no había dormido bien en días. Incluso meses.
─¿G-gianluca?
─¿U-uh?
Sus ojos poco a poco se comenzaron a abrir hasta poder ver con claridad.
─Oh... Ya te levantaste. Ya me voy. Las bebés están ahí y traje unas maletas con cosas que tal vez puedan necesitar.
─N-no. Por favor solo quedate un minuto más. Déjame decirlo. Solo eso. No es necesario que digas algo después solo quiero decirtelo. Por favor...
─────────────
<3
