Chispitas

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Ese día Gianluca no había estado. Había  ido de compras.
Mal día para ir a comprar.

Cuando regresó se encontró a Cristian en el sillón llorando mientras abrazaba su estómago.

"Duele." Decía entre gemidos de dolor. Estaba pálido y sus mejillas llenas de lágrimas.

Gianluca corrió hacia él y sin pensarlo lo cargó. La clínica estaba a cinco minutos. Iba a ser mejor llevarlo él mismo. Agradeció seguir su instinto y comprar la casa cerca de la clínica.

El caminó fue rápido al llegar gritó por una camilla. Algunos enfermeros y paramédicos que se encontraban en el lugar corrieron hacía él y lo dejaron en el transporte médico.

Se llevaron a Cristian a la sala de emergencias. Pasaron unos cuarenta minutos hasta que salió el médico ambulatorio.

─¿Cómo está?

Su voz se oía desesperada. Estaba a punto de quebrarse y llorar.

─Todo ha salido bien. Su pareja está en buen estado y el bebé no sufrió graves daños.

─Oh qué alivio...

Pronto reaccionó ante las palabras.

─Disculpe. Dijo. ¿Bebé?

─Sí. Su hijo está en perfectas condiciones.

─Doctor. Esto... ¿No es una broma? No sé si me entienda  pero la probabilidad que un hombre quede embarazado es...

─Muy baja. Lo sé. Su pareja tiene dos meses y medio de embarazo. Así que deje de joder que se supone que me iba hace una hora.

El doctor se fue. "Puede pasar a verlo. Lo están transladando a la habitación cuatrocientos tres en el piso cuatro." Fue lo último que escuchó.

Corrió hacia las escaleras. El ascensor se iba a demorar demasiado y si no fuera por la mascarilla que le regalaron todos podrían reconocerlo con claridad.

Subió rápido. Los entrenamientos extra de su profesor no eran en vano. Cuatro, cuatro, cuatro. Bingo. Encontró la puerta de la habitación y tocó suavemente. Un médico le abrió y lo hizo pasar.

Se acercó un tanto nervioso a la cama que se encontraba ahí. Se sentó al lado. Ahí había un pequeño sillón. Cristian no lo miró. No podía. Tenía vergüenza y miedo.

─Amor...

─¿A-aún vamos a estar ju-juntos?

Su respiración era entrecortada. Podían notarse algunas lágrimas.

─Lo estaremos. Te amo. Te amo. Te amo. Estoy tan, tan, tan feliz. No sé si quieras tenerlo o no pero aún así gracias. Te amo mucho.

Lo abrazó como pudo mientras lloraba de felicidad. Su corazón latía. El sonido de sus latidos lo delataban. Se sentía tan feliz por eso.

Luego de que ambos se calmaran hablaron un poco. Era un tema un tanto delicado.

─Yo lo quierisiera tener. N-no sé que quieras tú. Tú decide. Pase lo que pasé seguiré contigo amandote.

─Y-yo también lo quiero. Pero no quiero ser una carga... Con el bebé no podré hacer muchas cosas y-

─No digas eso. Tú, el bebé y yo seremos una bonita familia. Puedo encargarme de todo. Estaremos bien y seremos felices. ¿Estás de acuerdo?

─S-sí.

El sonido de la puerta abriéndose los interrumpió. Una doctora entró un tanto emocionada al parecer.

─Buenas tardes e-eh. Mi nombre es Salomé Ureña. Seré su doctora que los acompañará en el embarazo.

─Buenas tardes. Es un gusto conocerla.

─Y antes de iniciar con la conversación sobre su embarazo... Dejéme decirles que soy una gran fan de ustedes y hacen una hermosa pareja y ahora una hermosa familia. Se ven muy lindos juntos.

─Muchas gracias.

─Bueno ahora sí. A lo que iba. Su embarazo es un tanto riesgoso por el echo de que usted no presenta vagina así que su parto sería programado según cómo veamos el proceso de crecimiento del bebé. Durante el embarazo tomará unas pastillas que le recetaré para controlar su emoglobina y también unas vitaminas ya que el bebé absorberá las suyas. Además de eso tendrá cita médica vía online cada dos semanas para documentar su embarazo. Al ser un m-preg se necesitan más cuidados y atención. Tiene prohibido consumir alimentos picantes y alcohol, tampoco puede cargar más de seis kilos lo recomendable sería tener una dieta balanceada, nada de consumir demasiadas comidas chatarras y coma bastantes verduras y frutas que le ayudarán bastante. En caso de sus antojos puede comerlos con naturalidad. Por último y no menos importante. Nada de coger. No pueden tener sexo.

─Pero-

─Eso es todo. Mi tarjeta está sobre la mesa al lado de su cama en caso de emergencia o dudas. Buenas tardes.

La doctora se retiró de la habitación y Gianluca miró con ojos de cachorro a su pareja.

─No me mires así. Ella lo dijo. Nada de coger.

─¿Entonces cuando sea a luz le podemos hacer hermanitos?

─No. Ahora anda consigueme un arroz con leche y un crepé con nutella y fresas. No olvides ponerle chispitas de estrellitas con una bola de helado sabor beso de moza.

─¿Cómo voy a conseguir eso?

─No sé. Tu problema. Tengo hambre. Tráelo.

Gianluca salió de la habitación en dirección al comedor de la clínica hasta encontrar al que parecía ser el jefe de ese área.

─Hola... ¿Cree que podría preparar esto? Le puedo dar dinero extra si quiere. Pero mi pareja me va a asesinar si no se lo doy y aún no me eh comprado el traje color azul a mi Pou.

Realmente esto del embarazo iba a ser duro. En especial con la planeación que había echo para pedirle matrimonio. "Supongo que será cuando el bebé cumpla un año y medio." Pensó.

Una llamada sonó y al contestar lo único que escuchó fue un "Tráelo rápido. Tengo hambre." y el sonido que marcaba el final de la llamada.

Si así iba a ser el embarazo ¿cómo sería cuando nazca el bebé? Aún recuerda lo duro que fue para sus padres cuidar a su hermano. Comenzó a rezar para que sea niña porque "las niñas son más tranquilas" o eso decía su mamá. De todas maneras solo pedía que fuera tranquilo y los dejara dormir un poco.

También le ilusionaba la habitación. ¿Estaría bien un verde claro? Podían poner flores y varios peluches.

Gian estaba ilusionado. Mientras que Cristian seguía esperando su comida. ¿Tan difícil era conseguir chispas en forma de estrellas?

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<3

Número 9 | LapacuevaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora