Los días pasaban. La hermosa pareja era feliz. Ambos se tenían el uno al otro junto con sus pequeños conejitos. Pasaron juntos dos hermosos años. Asistieron a la marcha del orgullo LGBT observando las diferentes banderas siendo ondeadas.Todo había sido bonito. Hasta ese día. El día que aún Cristian no superaba.
Estaban en una pequeña cita en el centro comercial. Habían ido por unos milshakes puesto que Gian quería probar de nuevo el sabor especial de esa época.
Una alarma sonó en el lugar. Las personas del primer piso corrían hacía las salidas. No había un movimiento sísmico. No sabían que pasaba. Hasta escuchar lo que querían creer que fueran fuegos artificiales.
La sangre no tardó en llenar la pequeña plaza que se observaba de los tres pisos.
─¡Alguien dice algo y le disparó ahora mismo!
Aquel desconocido disparó al suelo alertando a los presentes.
─¿¡Donde está Luis!? ¡Luis! ¡Hijo de puta! ¡Responde ahora mismo antes de que mate a alguien más!
Un señor se acercó gateando hasta el delincuente y en un susurro le habló.
─P-para por favor. Ellos están asustados. Todos nos están mirando.
Sus lágrimas salían una a una.
─¿¡Escucharon!? ¡Este maricón quiere que me detenga! ¡Y todos ustedes van a ver cómo va a morir por ser una abominación!
Todos estaban atónitos. Aunque Gianluca no quiso quedarse solo viendo cómo mataban a alguien. Encendió su celular y lo silenció por completo. Ingresó a instagram y seleccionó la opción que sería su salvación.
Un envivo había iniciado. Las personas llegaron poco a poco, todas observando la escena que ocurría. Las llamadas comenzaron a llegarles.
La policía. Los militares. Todos ellos estaban ahí. Eran más que todos los secuaces que tenía aquel demente. Podrían salvarlos. O eso creían.
─¿¡Quién fue el imbécil que los llamó!?
Empezó a mirar hacía todos lados. Y en un solo parpadeo se llevaron a Gianluca a la fuerza. Ahora estaba arrodillado frente a esa persona mientras trataba de aguantar las ganas de llorar. No quería irse. No sin antes despedirse de su pareja.
La policía y los militares ingresaron apuntándole con sus armas a aquella pandilla.
─Maldición.
El desconocido logró escapar. Pero no sin su venganza. Le disparó en su abdomen. El sonido retumbó por todo el lugar. Gianluca cayó al suelo. Empezaba a ver borroso.
Cristian corrió hacia su novio. Corrió cómo nunca antes y le habló.
─Amor. Amor. Hey. Vas a estar bien. ¿Si? Cariño. Aguanta un poco. Por favor. Te necesito. Por favor.
─Te amo.
Gianluca cerró lo ojos con una pequeña lágrima y una sonrisa en la cara. Había logrado decirle un te amo antes. Eso era lo que le importaba.
─¡NO! ¡MALDICIÓN! ¿¡DONDE MIERDA ESTÁ LA PUTA AMBULANCIA!? ¡MI NOVIO ESTÁ CON UNA BALA EN SU PUTO ESTÓMAGO!
─S-señor están en camino. No sé preocupe. Va a estar bien. Déjeme acercarme. Voy a detener el sangrado.
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¿Llegaron? Sí. Lo hicieron.
En el hospital le dijeron algo. Y él volvió a quebrarse. Su pareja. Su novio. Su alma gemela. Eso no podía ser posible. No podía.▂
─Lo necesito. Es lo único que quiero ahora.
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Fua. Hace tiempo quería hacer esto.
Terminé de escribirlo mientras estaba en videollamada con mi novio JiMin.
Dice que les manda saludos.🥰👆<3