—Bueno. Hoy es el día. ¿Cierto?
—Si. Llegará en unos minutos. Sigan entrenando. Luego podrán saludarlo.
El entrenamiento transcurrió hasta que llegó el querido Paolo. La mayoría se acercó y lo abrazaron. Cristian se inmutó a sonreírle y Gian solo se acercó y le hizo una pequeña reverencia.
—Buenos días. Usted es el señor Guerrero. ¿Cierto? Me presento. Mi nombre es Gianluca Lapadula. Soy de Italia. Participaré en las prácticas y en los partidos junto a usted. Espero nos llevemos bien.
—Oh. Buenos días. Mucho gusto.
Tan solo verlo llena de alegría a todos. Pensaba. Aquel chico es un pan de Dios.
—¿Hacemos unos pases?
—Claro. ¿Luego vamos por un helado o algo así?
—¿E-enserio? Me encantaría.
Aunque no sea el mejor de todos Gian admiraba a Paolo. Que lo invitara a una salida era un sueño. Podrían hacerse amigos. Claro que por parte de Cueva le hervía la sangre. Todos podían notar lo sonrojado y emocionado que estaba el de tés más blanca. No dijeron nada más y continuaron con su entrenamiento.
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<3