Capítulo 1

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A veces resultaba increíble como pasaba el tiempo. Koutarou tenía la impresión de que hacía sólo dos días que había empezado el instituto pero antes de darse cuenta volvía a ser abril y ya estaba en segundo.

Sentado en el auditorio, intentaba no bostezar. Estaba convencido de que el director no había cambiado una sola palabra del discurso del año anterior. Bien se lo podría haber ahorrado. Hubiese preferido mil veces estar practicando su saque en el primer gimnasio. Koutarou intentaba hacer ver que escuchaba pero resultaba difícil estar quieto cuando no había nada para distraer su atención. A su lado, Konoha ni siquiera intentaba disimular. Estirado en la silla, miraba la pantalla de su móvil.

–Si te ven, te lo confiscarán –Koutarou susurró.

Estaba seguro que si intentaba sacar el suyo iba a tardar dos segundos en tener a algún profe llamándole la atención. Koutarou había llegado a la conclusión que le tenían manía por no querer volver a teñirse el pelo de negro. Estaba orgulloso de cómo le quedaba el platino.

–Bokuto, el problema no es el teléfono. Eres demasiado escandaloso. –Konoha lo miró de soslayo arqueando una ceja.

Koutarou se cruzó de brazos frunciendo el ceño. Estiró las piernas intentando encontrar una posición cómoda en su asiento. El director era muy pesado. Koutarou no entendía cómo podía seguir hablando. Estaba convencido de que no se había detenido ni para respirar. Al menos si se desmayaba, podían reírse un rato. Si tenía que seguir allí mucho rato más, le iba a dar un síncope.

–Tengo ganas de conocer a los nuevos miembros del equipo. ¿Cómo crees que serán?

–No lo sé –Konoha se encogió de hombros sin apartar la mirada de su teléfono–. Me conformo con que no sean peores que Hanabayashi.

–¡Oh! ¡No! Por favor –Koutarou gimió–. Con uno tenemos más que suficiente. ¿Pero no te da ni un poco de curiosidad? –Koutarou miró por encima del hombro lo que hacía Konoha en su teléfono–. ¿Qué gracia tiene trollear a la gente por twitter?

–¿Curiosidad? Nop. No es como si Yukie necesitara encontrar una sustituta todavía, así que

–Supongo que tienes razón. –Kotarou empezó a repicar el pie contra el suelo.

Casi no tenía espacio para sus piernas. Cada vez que intentaba cambiarlas de posición acababa clavando sin querer la rodilla en el asiento de enfrente. Le había pasado al menos cuatro veces cuando el chico moreno que ocupaba el asiento se giró molesto. Koutarou intentó sonreírle pero estaba seguro que había perdido la capacidad para respirar nada más ver sus ojos verde azulados. Era muy mono, con sus rizos azabache cayendo desordenados sobre la frente. Koutarou intentó saludarlo pero el chico resopló indignado y se volvió a girar antes de que Koutarou fuera capaz de articular media palabra.

–Bokuto, ¿ya la estás liando? –Konoha alzó la vista de la pantalla y se lo quedó mirando.

–¿Qué? ¡No! –Koutarou se quejó–, no es mi culpa que los asientos sean incómodos.

Koutarou llevaba rato completamente desconectado cuando los aplausos resonaron en el auditorio. Daba igual cuantas vueltas le diera, Koutarou aún no entendía como el director podía llegar a hablar tanto.

–Al fin –Koutarou se levantó y bostezó estirando los brazos.

Lo peor de volver a empezar las clases era el montón de horas que iba a tener que estar sentado prestando atención. El resto de alumnos ya habían empezado a desalojar el auditorio y después de ocho minutos su fila empezó a moverse. Konoha y él siguieron a la multitud hasta el patio.

First LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora