Bittersweet

La Cita 2/2

Sorry por los errores qnq necesito lentes con urgencia.

El joven de mirada escarlata observa al omega a través de sus dedos, ya que a cubierto su rostro con una de sus enguantadas manos, poco a poco se comienza a girar, México por alguna extraña razón siente que un escalofrío recorrer su espina dorsal, cuando el sujeto estaba de frente a él, es que puede notar que lleva un pasamontañas y una máscara antigás, la cual parece se a roto un poco por el impacto, el joven se ve con clara intención de atacar, pero es fuertemente sujetado desde atrás de su camisa por alguien, para luego ser lanzado con bastantes agresividad contra el suelo una vez más. México no ha sido ni capaz de moverse, sólo reacciona cuando alguien le extiende la mano de manera gentil.

-Disculpe a mi amigo, señorita, no está muy acostumbrado a tratar con damitas tan hermosas como….. ¡Oh! Eres hombre, aún así eres precioso. -

México sacude un poco la cabeza para salir de su ensoñación, está a punto de tomar una de las mano de ese extraño sujeto con cubrebocas, pero de un momento a otro es alzando en brazos de manera protectora, en cuestión de segundos a sido pegado a un fuerte pecho que ya está conociendo perfectamente. Las piernas del omega rodean la cintura del alfa, mientras éste se encarga de que nadie vea nada que no deba con ayuda de sus antebrazos, pues con estos forma una especie de columpio, y sujeta al mexicano de sus glúteos. Esa acción obviamente sorprende y avergüenza a México , pero no dice absolutamente nada. Por su parte el hombre de gabardina colocá sus manos tras su espaldas mientras toma una pose erguida, ve como el alto alfa oculta ligeramente su rostro en el hombro del joven que está entre sus brazos, eso es algo peculiar, pero decidió no tomar importancia, pues el sentir como su joven compañero, se pone a un lado de él mientras da un par de quejidos de dolor llama totalmente su atención.

-Lamento mucho los malos modales del chico, no sale mucho, por lo que no está tan acostumbrado a convivir con los omegas, y no sabe cómo tratarlos. Dem, disculpate con el pequeño.-

El alfa de la máscara no articula palabra alguna, mucho menos se mueven, únicamente se dedica a mirar con odio al omega por unos momentos, al menos hasta que siente la penetrante mirada del alfa que lo acompaña, un duelo de miradas se da entre ambos jóvenes, pero no dura mucho, ya que el enmascarado sabe que si se le ocurre atacar al soviético, muy probablemente éste le rompa el cuello. Por lo que, derrotado, desvía la mirada un poco con el pretexto de acomodar el accesorio de su rostro.

-En lugar de máscara debería de ponerle una correa y un bozal, si acaso hubiera tocado tan solo un pelo de mi pequeño, le juro que lo hubiera asesinado con mis propias manos. -

Comenta Rusia con la voz cargada de furia, no espera respuesta ni mucho menos una disculpa, aún cargando al tricolor se retira de allí, sin temor ni nada pasa junto a esos sujetos que se quedan en su lugar, curioso, México se asoma un poco por sobre el hombro de Rusia, esos extraños hombres, ni siquiera se giran para verlos, únicamente se quedan allí de pie sin hacer nada. Los hombros del alfa están bastante tensos, clara señal de su molestia, pero sentir al omega que se remueve un poco hace detener su andar un par de cuadras después.

-Bájame, Colombia te está fulminando con la mirada…. Además la gente nos ve raro., está no es la manera más ortodoxa de cargar a un omega -

-Poco me importa, le jure a China que te cuidaría y eso haré, además así también evitó que los otros alfas te volteen a ver. -

Y tal y como Rusia lo dijo, no bajó al omega y continuó su andar con el más bajito en brazos, claro que Colombia deseaba ir y golpear al euroasiático, pero Filipinas se lo impedía sujetándolo desde atrás de su camisa, eso le daba bastante gracia a América, que de vez en cuando veía su celular y contestaba mensajes de texto. México fue bajado casi veinte cuadras después, y únicamente porque unos policías se acercaron pensando que el omega estaba siendo secuestrado, pero rápidamente negó tal acto, por lo que les permitieron continuar su tranquilo, entre comillas, andar, pues el latino no podía dejar de reír con burla por lo ocurrido.