Bittersweet

El Retador

Una enorme disculpa por los errores qnq

México finalmente ha dejado de luchar, su mirada se clava en el piso, con una de sus mano cubre su boca, pues unas inmensas ganas de vomitar lo invaden, las lágrimas ya han salido de sus hermosos ojos dorados mojando el brazo del mongol que aún lo sujeta firmemente. De forma compasiva China observa a su hijo, al cual desea abrazar para intentar transmitirle un poco de paz, pero algo muy dentro de él le indica que es mejor mantener la distancia. Por su parte, los nórdicos están pensando en ir por su hermano, pues aunque las reglas indican que debe matar a Rusia, el euroasiático ya ha perdido y creen innecesario que Finlandia siga desquitandose con el inerte y prácticamente indefenso cuerpo del otro alfa.

Colombia desvía discretamente su mirada, pues le duele el ataque de ansiedad del que es presa el pequeño mexicano, quien voltea a ver la ushanka del euroasiático que está tirada en el suelo, pues al estar peleando por su libertad, está se cayó, el semblante de México se vuelve de auténtico dolor, le cuesta creer que Rusia perdió, una de sus manos se estira para intentar alcanzar el curioso gorro, peor obviamente le resulta imposible por la altura. Mongolia únicamente bufó irritado, de alguna manera le molestaba el hecho de que Rusia hubiera perdido por ser tan descuidado, pero más le molestaba que el futuro alfa de su heredero fuera un reverendo tramposo, definitivamente no se merecía a México, pero no le quedaba de otra más que aceptar la victoria del europeo, el cual se encontraba bastante jadeante mientras muestra una amplia sonrisa de satisfacción. Por su mente cruzan las mil y un maneras en que puede acabar definitivamente con la vida del euroasiático, podría sacarle el corazón, e incluso hacerse el águila de sangre con él, pero una mejor idea cruza por su cabeza, una que también le enseñara a México a respetarlo de una buena vez. Tomando el pie de Rusia, y con algo de dificultad, comienza a arrastrar al contrario con la intención de llevarlo hasta la orilla. Tal acción capta la atención de sus hermanos, de China y Mongolia, inicialmente para posteriormente URSS y Bielorrusia ver lo que ocurre, ninguno de los allí presentes dan crédito a lo que el nórdico está a punto de hacer. Un grito de terror es dado por la hermana menor del soviético, la joven sacude a su padre mientras le ruega que salve a su hermano, pero el alfa rojo sabe que aunque quiera ayudar a su heredero no podría llegar a tiempo. Sólo les queda ver como Rusia será lanzado como basura contra el suelo, URSS únicamente abraza a su hijas a su pecho para que no vea lo que se viene.

El grito de Bielorrusia saca a México del pequeño shock en el que cayó, con los ojos bien abiertos ve como Finlandia arrastra a su amado ¡A su chichón! Pero al voltear a ver a los presentes, ve como todos tienen la mirada alzada, es obvio que ninguno va a interferir. Eso por obvias razones lo llenó de furia, pero no sólo a él, sino también a su omega, el cual internamente rugió con furia llamado la atención de los demás. Con una demoníaca fuerza y creciente deseo de ayudar a quien él considera su alfa, México una vez más comienza a luchar por su libertad. Inicialmente Mongolia no le presta tanta atención, pero al sentir cómo ha logrado liberarse un poco del abrazo, hace al asiático voltear a ver al pequeño omega. El bicolor está a punto de exigir a su nieto que se quede quieto pues lo está haciendo enojar, pero la colita de serpiente del latino rodeando su cuello con bastante fuerza lo silencia de forma abrupta. En un movimiento que nadie lo ve venir, él asiático es lanzado con bastante fuerza contra la pared, en la cual se estrella causando incluso un pequeño cráter por el poder del impacto. Todos se quedan con los ojos bien abiertos, les cuesta creer que alguien tan bajito y aparentemente frágil haya logrado dejar fuera de combate a Mongolia, el cual también está estupefacto y sorprendido, pero su semblante cambió a una pequeña sonrisa ladina y de alguna manera orgullosa… Había elegido bien a su segundo heredero.

Sin perder tiempo, y antes de que alguien lo pudiera siquiera detener, México libera y extiende sus alas, se inclina ligeramente y eleve el vuelo lo más veloz que le es posible con rumbo a la azotea de ese lugar, China está también por liberar sus propias alas para seguir a su hijo, pero la potente voz de Mongolia lo detiene.