Bittersweet

El rescate

Las luces de neón iluminaban la ciudad como si de un cuento de hadas se tratase, pero nada estaba más lejos de la realidad. Esa zona en concreto era más bien una pesadilla para muchas personas que allí trabajaban. En ese lugar tan alejado de Dios.

Sexo, alcohol y drogas además del descontrol total era lo que reinaba en la tan famosa “zona roja” el lugar de los teibols y prostíbulos. Y en uno de tantos locales, en el más “prestigioso” de todos, trabaja de manera forzada América, una hermosa jovencita de sensual figura y encantadoras facciones. Era sin duda alguna una belleza de mujer, pero precisamente su belleza fue su perdición. Su padre, UK, se vio involucrado con la gente equivocada tras casi perder su empresa. Le pidió a la tan temida y poderosa mafia rusa una fuerte cantidad de dinero prestada. Apenas estuviera mejor, económicamente hablando, pensaba pagar su deuda. Y todo iba de maravilla, hasta que misteriosamente, UK murió junto a su esposa Francia en un accidente automovilístico.

Su hija mayor, América, intentó hacerse cargo de la empresa de su padre y de la deuda, pero al ser tan joven no pudo, y para poder pagar el resto de la deuda, se vio obligada a trabajar en un teibol.

De eso ya habían pasado diez años, ella actualmente contaba con veinticinco años de edad, y en todo este tiempo no había podido terminar de pagar.

Ella sabía perfectamente la razón, Rusia, el hijo mayor de URSS el jefe de la mafia, desde el primer momento que la vio, tuvo una especie de obsesión con ella. El era el causante de que su deuda no se acabará gracias a los “intereses “, era una manera de tenerla atada a él.

Pero no podía hacer nada al respecto.  Lo único que la consolaba era el saber que sus tres hermanos menores estaban bien, pues a modo de “ayuda” URSS pagaba el colegio de los chicos, pues muy en el fondo tenía corazón el maldito bastardo

-Ame, debes salir ya a escena, Rusia está ya aquí y parece que no tuvo un buen día -

Dijo una bonita chica bicolor de bandera blanca con cruces rojas. Se trataba de Georgia , una muy buena amiga de América además de su asistente personal. América solo asintió, sabía lo que pasaría después de su show, siempre era igual.

Tras darse un último vistazo en el espejo salió de su lujoso camerino. Y tal como había dicho Georgia , Rusia ya se encontraba  en  primera fila esperando impaciente a su “juguete favorito “

Las luces del lugar bajaron su intensidad y América salió a escena apenas la música comenzó a sonar de manera sensual. Ella inició su erotico baile alrededor de ese tubo. Sus movimientos eran majestuosos y sexys, captó la atención de los allí presentes. Era simplemente hermosa y su baile impresionante.

Tan atentos estaban todos en los movimientos de la hermosa joven, que nadie se percató de la llegada de un grupo de cinco personas, todos iban con sudaderas negras y tapabocas. Realmente no era raro ver a gente vestida así en ese lugar, generalmente lo hacían los vendedores de drogas, así que si alguien los hubiera notado, tampoco les hubiera importado tanto.

Los recién llegados se comenzaron a adentrarse en el local, excepto el más bajito, él se quedó viendo el sensual baile de la americana, hasta que alguien lo jalo del brazo.

-Marica, date prisa. No olvides el porqué estamos aquí jugándonos el pellejo. -

-lo sé, pendejo. Además si no te querías jugar el pellejo te pudiste quedar a preparar galletas. No tenían porqué venir, solo les estaba avisando que saldría, no los estaba invitando. -

-¿que? Y perdernos la división? No, pana, usted está loco. Club de difuntos hasta la muerte ¡lalalalalalalalalala! -

Canturrea otro de sus acompañantes mientras continúan su andar. Llegan hasta el pasillo que los lleva a la oficina del dueño de ese lugar, un hombre que se podría considerar como un perrito faldero de la mafia rusa. En la puerta del despacho, se encuentran dos tipos de imponente tamaño. Apenas ven al grupo de extraños acercarse, uno se encamina para interceptarlos, está a punto de hablar pero de pronto cae abatido, y su compañero corre con la misma suerte. Antes de siquiera ser capaz de sacar su arma también recibe un disparo en la cabeza que lo mata al instante. Por suerte el sonido de las música amortigua el sonido de las balas.