Todo siempre Puede Empeorar

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Los ojos dorados del mexicano se posaron en el rostro serio y firme de su salvador, el cual miraba molesto a Irlanda, el tricolor europeo sólo acomodó su traje y le regresó una mirada molesta al recién llegado, el cual colocó a México aún más atrás de él, era obvio que no le daría oportunidad ni de verle un pelo al omega

-El pequeño dijo que no, si no lo entiendes, yo me haré cargo de que lo entienda… por las malas -

Comenta mientras truena sus nudillos,  el irlandés sólo toma una pose arrogante mientras chasquea la lengua con auténtica molestia, puede ver como varias personas se detienen a ver el escándalo que se está formando, acomoda su corbata y se marchó de allí, no sin dedicarle una última mirada al mexicano que se oculta tras el gran cuerpo. México por su parte mira rápidamente a su héroe , el cual se gira y sonríe de manera amable mientras acomoda sus lentes.

-¿estas bien? ¿No te hizo daño?

-E, estoy bien señor, gracias -

Comenta lo más natural que puede, pero la verdad era que los nervios lo mataban, intenta a toda costa ocultar su rostro de la vista del otro -

-No soy tan viejo, puedes llamarme….. -

-Alemania, bastardo del demonio ¿porque te fuiste así?

-¡Oh! Señor URSS, discúlpeme por favor, es solo que vi a este pequeño omega en peligro y debía ayudarlo. Mi instinto así me lo exigió -

-Un omega, Ya veo-

México estaba dando gritos internos al tener frente a él a, no solo el líder de la mafia rusa, si no también a su mano derecha y de su hijo, Alemania, el cual por cierto lo estaba mirando tan fijamente que podía jurar que estaba analizando su alma, y su terror sólo aumentó al notar también que el Sovietico lo comenzó a mirar detalladamente ¿ Acaso su suerte podía empeorar?

-¿Porque demonios me dejaron atrás…..? -

México pudo sentir como la sangre se le iba a los pies y sus mejillas calentarse, esa voz, esa maldita y sensual voz la podía reconocer en cualquier lado, pero le rogaba a sus dioses porque estuviera equivocado y se tratase de alguien más, sin embargo se quedó de piedra al girarse un poco y descubrir que en efecto se trataba de Rusia, el cual también estaba en una especie de shock mientras lo miraba a la vez que sonreía alegremente , el latino pudo sentir cómo su corazón daba un brinco, el pinche poste tenía una linda sonrisa cuando se lo proponía.

El Sovietico menor estaba más que feliz  de ver de nuevo al latino. Su primer impulso fue el de correr y abrazar al omega, pero rápidamente abandonó la idea al sentir la penetrante mirada de su padre sobre él  

-¿Se conocen? -

Preguntó en un tono de voz ronco y frío URSS, el omega juraría que en cualquier momento sus piernas flaquearian, pero se obligó a mantenerse de pie lo más firme que le era posible. Estaba rodeado por tres jodidos alfas que casi le doblaban el tamaño, además de que uno era un élite, lo dedujo ya que el aroma del Sovietico mayor era mucho más fuerte al de los otros dos y lo estaba comenzando a marear. Su cerebro le gritaba que saliera corriendo de allí, pero su cuerpo se negaba a obedecer. Por su parte, Rusia regresó a su postura erguida de siempre para no levantar sospechas en su padre.

-Het, no lo conozco -

Comenta frío el euroasiático menor. México lo mira con el ceño un poco fruncido su “Tóxica interna “ le quiere reclamar por estarlo negando, pero su lado racional le grita que guardé silencio  si deseaba salir vivo y virgen de allí. Por su parte, URSS analiza el pequeño cuerpo del omega de manera discreta, deseaba  poder arrancar esa maldita sudadera que no le permite admirar como realmente desea la silueta del más bajito. Debía admitir que era bastante lindo, porque claro que noto que se trataba de un chico. Sonrió para sus adentros, tal vez ya era hora de conseguirle una nueva madre a sus hijos.

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