Bittersweet

Avecilla Cautiva

Pues como siempre perdón por los errores de dedo y por lo tarde qwq

Un pesado silencio se posó en el local por unos momentos, las palabras del omega fueron como una cachetada con guante blanco para el irlandés, el cual sentía una enorme vergüenza, pues honestamente no esperaba que el pequeño tricolor lo recordará aún, porque claro que él sí lo reconoció, imposible olvidar esos ojos dorados que ahora lo observan con auténtica molestia. Por su parte, Italia y América miran sin lograr comprender bien, en especial la joven, pues al menos ella cree incapaz a su adorado tío de ser un pervertido, por lo que decide aclarar la muy posible confusión, con delicadeza colocado una mano en el hombro del bajito, quien rápidamente la voltea a ver, México no pudo evitar sentirse mal al percatarse del semblante preocupado de su amiga, la joven tiene la intención de hablar, pero se queda solo con la boca ligeramente abierta, pues el latino hizo lo único que se le ocurre para enmendar su falta de respeto.

-Lo lamento mucho, no era usted el hombre que me molesto, lo confundí, le pido una enorme disculpa por mi indiscreción. -

El omega hace una reverencia como la que su padre o cualquiera de los otros asiáticos harían en caso de pedir una disculpa, pero únicamente una pequeña inclinación, tampoco se piensa humillar hincándose. Irlanda da un discreto suspiro de tranquilidad el cual sólo Italia nota. América también suspira, pero ella de alivio, le alegra enormemente que su tío no sea una persona degenerada. Ya más tranquilos, el europeo mayor habla con toda la calma del mundo.

-No pasa nada, jovencito, cualquiera puede confundirse, aún así tenga cuidado, uno debe de tener mucho cuidado con lo que dice. Pero dejando eso de lado, estoy feliz de que si pudieran venir, mi niña, me moría de ganas por conocer a tu amigo. -

El latino da un gruñido ante el descaro de ese sujeto, ganas de golpearlo le faltan, tal vez otro día venga fingiendo un asalto solo para poder madrearcelo, más rápidamente abandona esa idea, y lo hace al ver la hermosa sonrisa de su amiga, es obvio que ella estaba bastante ilusionada con este encuentro. Los americanos son guiados hasta una pequeña sala que se encuentra a un costado del local, y la cual es de tres piezas con una preciosa mesita rústica con cristal al centro. América y México se sientan juntos en el sofá para dos personas, ambos jóvenes pueden ver que Italia se dirige con rumbo a lo que suponen es la cocina, pues va por un poco de té y pastelillos. El oji dorado ve con algo de curiosidad el bonito estante donde están las muestras de postres, le recuerdan bastante a los que Madame Francia le daba cuando era pequeño. Una pequeña sonrisa de nostalgia se dibuja en sus labios, más su atención va a dar al frente cuando el alfa comienza a hablar.

-¿Así que tú eres el tan famoso México? No sabes las ganas que teníamos de conocerte, mi niña América nos habló mucho de ti, del gran amigo y héroe que eres para ella, aunque se quedó corta con la descripción física, eres precioso… Espero no te incomode mi halago, Meicsiceo Beag. -

-¿Famoso? -

Pregunta con duda el mexicano mientras voltea a ver a su amiga, la joven solo se encoge de hombros a la vez que sonríe avergonzada, eso provoca que México sonría de lado, realmente espera que su adorada amiga no haya dicho nada de importancia sobre él, o de lo contrario, si China se entera, se pondrá furioso con ella.

Momentos antes

Mongolia se encontraba revisando su enorme guardarropas, llevaba cerca de cuarenta minutos buscando algo sumamente especial, más su mala memoria, aunado al pequeño desastre que era ese lugar le impedían encontrarlo. Por unos momentos el bicolor detuvo su búsqueda y se preguntó ¿Dónde pudo dejar “eso “? … ¡Por supuesto! A la altura perfecta para que México lo pudiera alcanzar cuando lo deseara, por lo que el mongol checo en uno de los espacios que se encuentra más cerca del suelo ¡Bingo! Una pequeña sonrisa se formó en los labios del bicolor al encontrar una caja de madera en color crema de tamaño mediano, la cual tomó con cuidado para posteriormente ir con rumbo a la cama, allí colocó el mencionado objeto para poder destaparlo y así ver su contenido, un vestido en velo y seda color ivory, delicadamente Mongolia lo sacó para poder verlo mejor, una vez más el alfa sonrió al recordar la promesa que le había hecho a México cuando este era pequeño, pues el omega encontró la preciosa pieza nupcial y quedó totalmente enamorado, así que Mongolia le dijo que cuando creciera, le daría el vestido de Singapur para su boda. Y ahora qué su nieto había elegido un alfa, ese momento estaba cerca, lamentablemente el vestido era un poco grande para el latino, así que deberá pedirle a Japón que lo ajuste a la medida del mexicano.