Rabia...
Dolor...
Tristeza...
Impotencia...
Repulsión...
Todas esas emociones mezcladas dentro de su ser que solo podían ser contrastadas por el amargo líquido color cobre que atravesaba su garganta. No hacía que la situación actual se solucionara pero sin duda la hacía un poco más llevadera
- Hijos de puta- gruñó con rabia rellenando por cuarta vez su vaso con whisky para tomarlo de inmediato, esperando que esa amargura lo hiciera olvidar un poco esa repulsión y asco que sentía por dentro
No quería que lo malentendieran el mayor no sentía ese asco y repulsión por su hija, la cual en ese momento estaba siendo acostada en la cama por su esposo luego de quedarse dormida entre lágrimas, quienes realmente lo hacían sentirse así de enfermo eran los malditos desgraciados que lastimaron a su pequeña
Realmente le gustaría decir que una parte de él al menos se sentía en paz al saber que esas cosas se encontraban en prisión y que nunca iban a volver a sentir la libertad sin embargo, estaría mintiendo. Quería ver a esos degenerados sufrir las mismas atrocidades que le hicieron pasar no solo a su hija, sino a cientos de niños y adolescentes que tenían toda una vida por delante. Pero claro, en vez de esos, todos esos hombres y mujeres se encontraban en una celda de aislamiento porque sufrían de maltratados por lo demás presos del lugar y al parecer debían preservar su integridad
- Que estupidez- murmuró volviendo a llenar su vaso y tomarlo de un solo golpe
Unos pasos acercándose a dónde estaba fueron lo único que lo hizo salir por unos momentos del estado en el que estaba, viendo así a su esposo llegar hasta él para hundir su rostro su cuello
- ¿No se despertó?- cuestionó el azabache acariciando con suavidad el cabello contrario, recibiendo un movimiento negativo de cabeza como respuesta
- Solo quise quedarme un rato con ella, por eso tarde un poco- admitió mientras pasaba sus brazos alrededor del torso de su esposo
- Si, puedo entenderlo
Ambos se quedaron en silencio durante unos cuantos segundos, sin saber que hacer o decir exactamente, solo sintiendo el calor de sus cuerpos esperando que eso les diera algo de consuelo
- ¿Quieres hablar de esto?- preguntó el mayor, haciendo que el ojiverde soltará un largo suspiro
- Si, pero no puedo hacer esto sobrio, así que ve sirviéndome un vaso- respondió con cansancio. Caminó hasta el gran sofá de la sala esperando a que su esposo llegará con las bebidas, él cual no tardó prácticamente nada
- ¿Cuántos de estos llevas?
- ¿Tomando en cuenta este?- observó su vaso con atención mientras movía el líquido cobre que había en él- 6 y si continúo como hasta ahora voy a terminar con esa botella completa
- Tal vez necesitemos otra de esas- aunque trató de bromear, el tono amargo de sus palabras solo hacían ver que no estaba mintiendo del todo
Por unos segundos ninguno de ellos comentó nada, solo observaban sus bebidas y se hundían cada vez más y más en sus pensamientos y en aquel desastres de emociones que tenían dentro
- Maldición, no soy partidario de la violencia pero en estos momentos odio con todo mi ser que ya no exista la pena de muerte en la mayoría de países- soltó de repente el castaño, frunciendo el ceño- "Es mayor tortura saber que no serán libres de nuevo" solo son puras tonterías, todos esos degenerados aún son capaces de respirar, aún son capaces de sentir algo de felicidad y satisfacción al recordar todas las vidas que arruinaron. Esas cosas por mucho que ahora estén encerrados aún sienten algo de felicidad y esos solo me da más asco
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𝐁𝐑𝐎𝐊𝐄𝐍 𝐒𝐔𝐍𝐅𝐋𝐎𝐖𝐄𝐑
Random"ʟᴀ ᴠɪᴅᴀ ɴᴏ ᴇs ᴊᴜsᴛᴀ, ɴᴏ ᴅɪsᴄʀɪᴍɪɴᴀ ᴇɴᴛʀᴇ sᴀɴᴛᴏs ʏ ᴘᴇᴄᴀᴅᴏʀᴇs, sᴏʟᴏ ᴛᴏᴍᴀ ʟᴏ ᴘʀɪᴍᴇʀᴏ ǫᴜᴇ ᴇsᴛá ᴀ sᴜ ᴀʟᴄᴀɴᴄᴇ ʏ ʜᴀᴄᴇ ʟᴏ ǫᴜᴇ ǫᴜɪᴇʀᴇ ᴄᴏɴ ᴇʟ" ────・:✧∙✦∙✧:・──── Tu perspectiva del mundo cambia cuando te das cuenta que la realidad supera la ficción, que la ve...