CAPITULO 63

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Admitían que habían tardado más de lo planeado en ordenar y guardar todas las cosas que había en la maleta y las cajas que trajeron consigo del hospital, cuando se dieron cuenta ya eran casi las 6pm. Los 3 estaban cansados y ninguno tenía muchas ganas de hacer de cenar por lo que decidieron simplemente pedir un poco de comida mexicana para así poder ahorrarse el trabajo de hacerlo ellos mismos

La cena no se hizo esperar, la comida tardó en llegar unos 30 minutos y no sabían si era por el cansancio que tenían por ordenar todas las cosas de Nessa pero, esos burritos y nachos sin duda eran lo más delicioso que habían comido. Y mientras comían, la castaña sentía como sí su estancia en el hospital psiquiátrico y todo lo que le ocurrió en el pasado hubiese sido solo un espejismo, sentía como si siempre hubiera pertenecido a ese lugar, junto a Erik y Lucas, escuchando todas las anécdotas que compartían y presenciando cada broma que ellos hacían

Y le agradaba poder darse cuenta que está vez no fue como su primera vez en aquel departamento donde no decía nada y escuchaba todo en silencio, en esta oportunidad disfrutaba comentar sobre lo que sea que ambos hombres estubieran hablando e incluso preguntaba cuándo no entendía algo, obviamente no hablaba hasta por lo hombros como lo hacía su trío de amigos; más que nada porque tampoco se sentía muy cómoda hablando tanto, pero le alegraba ver que de verdad estaba progresando

Luego de haber terminado de cenar ni siquiera tuvieron que pensar que harían después, Erik fue de inmediato a preparar el chocolate caliente en lo que Lucas con una ayuda mínima por parte de la castaña menor, acomodaron el mueble que tenían en la terraza llenándolo con cojines para poder acurrucarse los 3 juntos, beber sus chocolates calientes y disfrutar de la brisa fresca que ofrecía la noche

Hasta ese momento, ninguno de los hombres le habían preguntado nada sobre el tiroteo ni le habían pedido más detalles sobre toda su estancia en el psiquiátrico y eso la calmaba. La hacia sentir bien el hecho de que el azabache y el castaño aún la respetaran y le dieran su tiempo para que ella misma se los contara, cosa que sabía que haría en algún momento pero no ahora

- Extrañaba esto- ese murmuro captó la atención del matrimonio Hamilton que observaron con una tenue sonrisa en sus labios como su pequeña tomaba un poco de su chocolate caliente, el cual tenía algunos pequeños malvaviscos por sugerencia del azabache

- Es verdad, ha pasado algo de tiempo desde que estuvimos los 3 juntos aquí- comentó el castaño depositando un suave beso en la cabeza de la castaña

- Si....es decepcionante saber que la última vez yo estaba tan destruída que no pude disfrutar eso en absoluto- la culpa y tristeza eran algo que ambos hombres pudieron escuchar con claridad en las palabras de su hija

- Peque, no es tu culpa. Fue un momento demasiado duro para ti y para nosotros es suficiente saber que ahora estas mejor y que pudimos darte algo de calma en ese momento

- Sin duda son unos malditos ángeles

- Lenguaje- regañó el ojigris al escucharla, aunque mentiría si dijera que no le causó algo de gracia el comentario de la ojiazul

- Lo siento pero, digo la verdad- aseguró la castaña con una sonrisa divertida en el rostro, aunque fue reemplazada por una mueca de dolor al hacer un mal movimiento tratando de acomodarse en su lugar, preocupando así a la pareja

- Hey ¿Estás bien?- preguntó el ojiverde con preocupación

- Si, si, solo necesito un minuto- respondió mientras tomaba un poco de aire

- Tal vez debas tomar tus medicinas para que te limpiemos la herida y puedas ir a dormir, ha sido un día largo- sugirió el menor de los hombres notando, junto a su esposo, como el pequeño cuerpo de su hija se tensaba al escuchar sus palabras

𝐁𝐑𝐎𝐊𝐄𝐍 𝐒𝐔𝐍𝐅𝐋𝐎𝐖𝐄𝐑Donde viven las historias. Descúbrelo ahora