CAPITULO 10

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Debían ser alrededor de las 6 de la mañana cuando Nessa comenzó a removerse entre las sábanas. Abrió los ojos con pereza soltando un largo bostezos luego de unos segundos ya se encontraba más despierta y miró todo el lugar un poco confundida

- Oh, cierto, ayer Erik y Lucas me adoptaron- recordó sentándose al borde de la cama, con ella también llegaron los recuerdos de la noche anterior. Hacía bastante que no tenía una pesadilla así de fuerte, sus malos sueños eran constantes sin embargo había aprendido a sobrellevarlo lo mejor posible pero, cuando eran tan intensos como anoche, simplemente los sentimientos le ganaban

Cubrió su cara con sus manos, estaba un poco agobiaba, se sentía culpable por haber preocupado al azabache y al castaño de esa forma, aunque ambos supieron manejar la situación, ni siquiera Chris o Verónica la habían hecho calmarse y relajarse tanto como lo habían hecho los mayores durante la noche y eso, la había hecho sentir verdaderamente querida

- Ya déjate de tonterías Nessa- movió su cabeza en un tonto intento de apartar aquellos pensamiento. Ya totalmente despierta se dirigió al baño con el fin de alistarse y hasta este momento, no había detallado bien ese entorno.

Era hermoso al igual que el resto del departamento, piso y encimeras de cuarzo, un gran espejo, ducha, tina, todo en tonalidades blancas con unos muy ligeros matices de lila y gris. La castaña esbozó una pequeña sonrisa al verlo todo a detalle, le encantaba y realmente agradecía que sus nuevos padres no colocarán todo de color rosa como lo desearía cualquier niña. No es como si ese color le disgustara, en realidad es todo lo contrario, pero tenía preferencia por colores más neutros y pasteles, preferencia que no sabía como Erik y Lucas habían descubierto ya que nunca se los había dicho pero, no es como si le importara mucho, ambos son personas que trabajan en un ámbito artístico, supuso que algo de ella les hizo imaginar que estos elementos iban a gustarle

Al estar ya lista, salió de su habitación y camino por el pasillo un poco insegura, al llegar al concepto abierto que formaban la cocina, la sala y el comedor no vio a nadie allí, quizás aún era muy temprano, después de todo el cielo a penas empezaba a iluminarse con los primeros rayos de sol

Por su cabeza pasó la idea de despertar al azabache y al ojiverde sin embargo, fue descartada de inmediato, aún era muy temprano y quería que siguieran durmiendo, así que se dirigió a la cocina y comenzó a buscar algunos materiales para cocinar el desayuno. Si mal no recordaba, en una de las visitas que habían hecho ambos hombres al orfanato, le habían mencionado su rutina de la mañana, recordaba lo que le habían dicho, lo cual era una suerte para la castaña ya que sabía lo que debía hacer

Preparar la primera comida del día se le hizo un poco difícil, hacía demasiado tiempo que no cocinaba algo, sabía preparar cosas básicas ya que por necesidad había aprendido a cocinar desde muy pequeña, por lo que no estaba tan desorientada, además trataba de hacer el mayor silencio posible con el fin de no despertar a nadie

Cuando tuvo todo listo, se percató de que ya el cielo estaba totalmente iluminado, lograba escuchar a los pájaros cantando incluso teniendo la ventana cerrada. Observó el reloj que había en la pared de la cocina, marcaba las 7:30 am, vaya había tardado más de lo que pensaba preparando todo, pero estaba satisfecha con lo que había hecho, solo esperaba que no supiera mal

En ese momento escuchó una puerta abrirse, eso la sobresaltó un poco ya que sabía que se trataba de los mayores, los podía escuchar conversando, cada vez escuchaba sus voces más y más cerca

- Aún no se que prepararle Erik, es su primer desayuno con nosotros y no sé que le gusta- pudo escuchar la preocupación en la voz del ojiverde, causándole una pequeña risa a su pareja

- No te estreses tanto cariño, es una niña, puedes prepararle lo mismo que a mí - el azabache se inclinó para besar los labios del menor, quien no dudo en corresponderle, pasando sus brazos por el cuello del mayor, estaban tan inmersos en aquel beso que no notaron la mirada de la ojiazul, ya que ambos estaban ya al final del pasillo

𝐁𝐑𝐎𝐊𝐄𝐍 𝐒𝐔𝐍𝐅𝐋𝐎𝐖𝐄𝐑Donde viven las historias. Descúbrelo ahora